La música está muy alta, pero eso no me molesta para nada. Tengo un vaso de alguna bebida rara que pidió Zahir para mi, recomendando que era lo mejor que iba a probar en mi vida. Y la verdad, está muy rico, pero no sé si supera el fernet.
Nicole está al lado mio charlando con un chico y tomando lo mismo que yo. Mi compañero de trabajo desapareció hace un rato ya y dudo que vaya a volver.
Llegamos hace poco más de una hora al bar y el ambiente es tranquilo y seductor. Llevo unas copas encima, no muchas, pero lo suficiente para que mi cabeza de vueltas cuando me levanto para ir al baño.
Me tiro agua a la cara pero trato de no moverme el poco maquillaje que me puse hace unas horas. Sólo un poco de máscara de pestañas.
Vuelvo a la pista y Nicole me ve de frente y me sonríe.
—Vamos a bailar—dice animada y borracha. Yo le sigo el ritmo porque muy sobria no estoy tampoco. Pasamos un rato bailando canciones que ni me sé pero que disfruto justamente porque no las entiendo. Me río bastante con el acompañante de mi compañera, parece que tiene un buen ligue hoy. Nicole es una chica muy linda, el pelo negro y largo le llega a la cintura. Tiene unos ojos verdes hermosos y unos labios rellenitos que ahora mismo están decorados de un color carmín que resalta en su pálida piel.
Yo por mi parte, soy castaña y mi pelo solo llega poco más abajo de mis hombros. Mis ojos son oscuros, muy grises y tengo unos labios finos que no me agradan en lo absoluto porque hace que luzca como una nena chiquita. Llevo puesto un vestido rojo que no es apretado pero que se me ve bonito de todas formas, llegando un poco más abajo que mis rodillas. Es un vestido que compré en una tienda de segunda mano hace unos años para el cumple de Lautaro. Es sencillo, lindo y hace que me sienta bien conmigo misma cuando me miro al espejo.
Después de un rato que siento que mis pies no pueden resistir más me acerco a la barra y pido algo para tomar. Cualquier cosa que tenga alcohol, le pido a la chica que me complace detrás de la barra.
Ni idea de lo que estoy tomando, sólo se que el gusto fuerte del alcohol se siente muy bien en mi garganta que ya se acostumbró después de tomarme varios tragos en la noche de hoy.
—Hola te puedo invitar algo de tomar—dice una voz a mi lado en italiano. No me doy siquiera la vuelta.
—Ya tengo bebida.
—Bueno, puedo ofrecerte otra cosa—ahora siento su voz más cerca mio y una mano me toca el hombro, corriendo mi pelo para atrás. Lo saco de un movimiento de hombros y lo miro mal.
—Ahora mismo me serviría mucho que me dejaras en paz—digo de malas. El chico sonríe.
—No sos de por acá, ¿no? Tenes un lindo acento. Me pregunto que tantas otras cosas podes pronunciar con esa boquita—acerca su dedo a mi labio y yo lo saco de un manotazo.
—No te me acerques—agarro el vaso y me alejo de ese estúpido chico que se cree que puede hacer lo que le plazca con cualquiera y me dirijo a una parte donde no hay tanta gente. Me siento en un sofá muy cómodo y sigo con mi bebida viendo todo desde acá. Alcanzo a ver a Zahir bailando con una chica rubia bajita y a Nicole con el mismo chico que estuvo toda la noche.
—¿Querés que te enseñe el lugar?—insiste la misma voz atrás mío. Mi cuerpo se llena de escalofríos. Lo miro de frente. Es un chico que no pasa los veinte años, tiene ojos celestes y unas cejas pobladas. Está lleno de pecas y tiene toda la pinta de ser el típico chico que no acepta un no por respuesta porque se cree superior a todos.
—Ya te dije que no quiero que te acerques a mi, te lo estoy diciendo en italiano, ¿no entendés?—me entiende perfectamente porque sonríe tranquilamente.

ESTÁS LEYENDO
Lautaro Martínez
FanfictionLautaro y Amaia fueron mejores amigos de toda la vida, ella siempre estuvo para él, incluso cuando nadie más lo estuvo. En sus momentos más difíciles, ella era la que siempre estaba para que él pudiera apoyar su cabeza en su hombro y llorar por hora...