"La chica magica"

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¿Recuerdan al chico tímido del principio? Bueno, mientras yo estaba ocupado con Clara, el no perdió el tiempo y decidió apostar alto, tan alto como a la chica mágica. Nunca supe ni entendí el porque del apodo pero ya todo el mundo le decía así, era como su marca personal. Alta, rubia, con una hermosa sonrisa y personalidad divertida, aunque también nos llevaba varios años. Algo que tampoco entendí fue como el chico tímido se empezó a obsesionar con ella, eran de mundos distintos y gustos que no coincidían pero la vida nunca deja de sorprender. Como de costumbre, el necesitaba que lo acompañara para que no sentirse tan asustado y que si lo llegaran a humillar, al menos que no sea el solo. Esta vez contábamos con ventaja, uno de sus compañeros nos conocía, Matias Takuna, era uno de los pocos que veía a los mas jóvenes como gente copada y cuando le planteamos la situación del chico tímido, todavía no me olvido sus palabras textuales:

"Ella no te va a hablar ni ahí, a menos que la agarres por el lado de la mejor amiga"

Y esas palabras, fueron el detonante de algo tan hermoso como los hechos que siguieron. La mejor amiga de la chica mágica se llamaba Ailen Vargas y aunque a primera vista parecia una chica que solo se juntaría con chicos aun mas grandes que ella, la vida y una pizza barata me demostrarían lo contrario. Con mi amigo pensamos pretextos y excusas para hablar de forma casual y una vez mas, Matias Takuna vino al rescate..aunque de manera indirecta:

-Disculpa ¿Vos sos compañera de Mati? Porque andábamos preocupados por el, anda medio raro, medio decaído y viste vos que sos su compañera capaz sabes si algo lo esta afectando o si lo molestan en el curso... 

Y no se como pero funciono.

¿Mati? ¡Que raro! si siempre esta jodiendo y de buen humor, es mas muchas veces es el alma del grupo. Me respondió confundida pero asombrada, al mismo tiempo que el chico tímido se adelanta y le pregunta a la chica mágica...si, aun así el era tímido. Y estaba yo, inventando un trastorno bipolar a un chico mas grande, todo para que mi compañero tenga su chica mágica, aunque yo no me podía quejar, ya que estaba conociendo a mi propia chica magica. Ailen era hermosa, no era pretenciosa, bien de un palo roquero y una sonrisa que volvía loco a cualquiera...o por lo menos para mi lo era. Cada charla, cada dialogo con ella era para volverse loco y quedarse maravillado, ella era tan genial y era uno de esos amores platónicos que te dejan asombrado con su existencia.

Volviendo al chico tímido y la chica mágica, avanzaron bastante pero se notaba de lejos que lo veía como un hermanito menor, como alguien que le daba ternura y hasta en cierto punto, lastima. Aun así, aunque el intento y  la remo en dulce de leche y persistió, acabo rindiéndose...por culpa de Matias Takuna, de forma directa. Habían pasado los días y yo todavia hablaba con Ailen a diario, dentro y fuera de la escuela, era simplemente genial...hasta ese bendito martes en el que Matias empezó a indagar el porque sus compañeros y hasta algunos profesores lo trataban raro, como si fuera especial. No le fue difícil atar los cabos sueltos y mandarnos al muere con las chicas, y aunque Ailen en el recreo se enojo y me dejo hablando solo, ese mismo día luego en la plaza aclaramos bien todo. Los martes solía pedirse una pizza en el almuerzo así que nos tiramos en el pastito y nos relajamos, le explique como había sido toda la situación con el chico tímido, mis verdaderas intensiones y hasta le hable de Clara.
Podría decirse que en mi caso tuve un buen final, aunque se notaba bastante la madurez mental entre nosotros, aun así tuvimos una bonita y relajante amistad. A lo largo de toda mi vida solo he conocido cuatro chicas así de especiales, contando Ailen y lo admito, son mujeres que volverían loco a cualquiera con buen gusto y me alegra saber que en su mayoría, supe aprovechar mi cruce en sus caminos, en sus historias.

Para compensar el papelón de Mati, accedimos a ir al cumpleaños de su hermano menor(que era un año mas chico que nosotros)y ahí aclararle a los padres el malentendido que había llegado tan lejos, que el director llamo a una psicólogo, aunque no podíamos quejarnos, el cumpleaños era en una canchita de fútbol.

Amar después de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora