"Los declaro hermano y hermana"

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Y está claro que nada es gratis en la vida.

Siempre fui alguien sencillo, alguien que apreciaba lo que tenía y no me podía quejar, ser un hijo único hace las cosas más fáciles tanto como para padres como al hijo. Todos los regalos, gastos diarios y premios extra iban para vos, y ni hablemos si eras el favorito de toda la familia, un golazo de media cancha. Pero, había momentos donde la soledad te invade, cambia tu estado de ánimo, te hace pensar tonterías y piensas que no estaría tan mal alguien que por lo menos haga ruido de fondo en la habitación. Obviamente que cuando recuerdo al hijo de la vecina esos vagos pensamientos se diluían pero durante una época de esperanza, me alegra saber que pude contar con una hermana "¿Del corazón?"

En los viejos días, además de Clara y Bianca, también tenía a Carolina y no estaba mal. Era alguien incondicional, con sus propios dramas internos, pero a pesar de todo era una chica cariñosa, al menos conmigo. Los recreos juntos, fotos con filtros Retrica y posteo en Face diciendo lo más grandes amigos que hay.
Esperen un momento...¿Mencione a Retrica? Esto sí que delata cuántos años fueron de esta historia.

Volviendo a Carolina, si hubo una vez donde se logro consagrarse como mi hermana fue cuando me regalo un BlackBerry. Tal vez las personas de mi generación piensen uno de esos celulares era una porquería... y lo era, pero haber pasado de un Nokia que su única función se limitaba a gastarme el poco dinero que tenía en Clara y hacerme adicto al Sudoku, fue un gran salto.

Pudo haberlo vendido, quedarse en algún cajon o dárselo a alguien mas pero no, me lo dio a mí porque sabía que le serviría más a mí que a nadie y vaya que tenía razón, si ese celular hablara de todo lo que paso por sus manos, tal vez yo no tendría que estar contando todo esto. Fue un pago muy grande y desde ese momento tuve una deuda, que me llevaría por un largo camino de dolor y malas decisiones...pero como dije, falta todavía para llegar a ese punto...ahora Carolina es buena, su mamá Mary me adora, Clara estaba contenta de no tener que gastar lo poco que tenía en un "Yo también te amo Manu" y felicidades Manuel Rodríguez, tienes una hermana.

Todos nos veían y no entendían porque una chica dos años más grande se juntaba con "el rarito de los auriculares" o eso es lo que pensé en mí ingenuidad e inocencia. Pero todo marchaba sobre ruedas, tenía una linda novia, un mejor amigo que no cambiaría por nada y ahora una hermana con un cariño incondicional que no le importaba lo que diga o haga, para ella era su hermanito menor, su amigo para toda la vida, su eterno protector. En cuanto a los dramas, una parte de mi quiere creer que era propiamente de la edad, que era por la soledad interna que estaba llevando por casi no tener amigos y que la psicóloga vagamente intentaba suprimir, pero todos los que vivimos esta historia, los que leímos su historia varias veces para repasar los hechos del futuro y del pasado, sabemos que nunca todo esto debió pasar del capítulo uno aunque tal vez, si me hubiera saltado todo esto, nunca hubiera aprendido realmente la lección.

Amar después de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora