⋆¸ * ೃ☼ ▍CAPÍTULO UNO ━ PROBLEMAS EN NUEVO MÉXICO ▍
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CON UNA SOLA PARADA PARA COMPRAR una hamburguesa, Fallon Galloway llegó a Nuevo México en uno, casi dos, días. Fue un viaje largo y agotador, pero no fue desalentador en ningún momento. Fallon estaba tan decidida, de una manera que nunca antes lo había estado. Estaba cerca de encontrar lo que podría ser la cosa que probaría todo lo que creía y todos sus años de investigación tendrían finalmente credibilidad.
En pocas horas, las grandes calles y edificios de Nueva York se habían convertido en los caminos de tierra y arena de Nuevo México. Los largos mechones castaños claros de Galloway se agitaban gracias al fuerte viento fresco de aquella soleada mañana. La voz de la mujer era aguda mientras cantaba Diana de One Direction, algo que, sin entender por qué, conocía completamente, sin equivocarse en la letra.
Fallon dejó de cantar cuando oyó sonar su teléfono móvil. La música familiar llegó a sus oídos justo después de cruzar la señal que decía "Bienvenido a Nuevo México". Tomó el aparato en la mano y redujo un poco la velocidad de su coche para responder a la llamada del número desconocido.
── ¿Hola?
── Hola, hola, ¿Fallon Galloway? ── preguntó una voz femenina conocida por Fallon al otro lado de la línea. La mujer intentaba sacar de su memoria de quién se trataba, mientras respondía a la persona con un simple "Sí" ── Soy Jane Foster. Nos conocimos hace un tiempo en la universidad...
── Sí, sí. Me acuerdo de ti. ¿Cuánto tiempo, cómo estás?
── Estoy bien. Llena de trabajo, pero bien ── dio una risa débil ── Mira, ahora tengo que ser directa. Te llamé porque quería que me ayudaras con algo importante.
── Adelante. ── dijo Fallon, frunciendo el ceño.
── Entonces, recuerdo tu investigación sobre los dioses nórdicos y su genial trabajo sobre el puente Einstein-Rose.... De todos modos, creo que he encontrado algo realmente relevante sobre el agujero de gusano y, bueno, un tipo acaba de caer de él hace unas horas.
── Espera, ¿qué?
── Lo sé, parece una locura, ── Foster suspiró con fuerza ── puedo explicártelo todo si vienes hoy a Nuevo México.
── Bueno, supongo que hoy es tu día de suerte, Jane.
── ¿Por qué?
── Ya estoy en Nuevo México.
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Fallon aparcó su coche frente a la dirección que le había dado Jane. Era una casa toda de cristal, en la que se veía claramente a Foster y a otras dos personas hablando arduamente. Galloway nunca había estado muy unida a Jane Foster, aparte de que fueron juntas a la universidad y trabajaban casi en el mismo campo, no tenían mucho en común. Pero no podía negar que le entusiasmaba volver a trabajar estrechamente con Jane.
Sabía que los hombres dominaban el campo de la ciencia y la investigación, por lo que las mujeres siempre acababan siendo minoría. Además, nunca le gustó la rivalidad y le pareció infantil crear algo así con alguien que se enfrentaba a los mismos problemas que ella. No todo en la vida significa ganar solo. Y después de todo, Jane Foster era una brillante astrofísica y sería increíble poder compartir sus conocimientos con ella.
Apagó el motor del vehículo y lo cerró con llave en cuanto se bajó y terminó de recoger una caja que traía. Fallon se dirigió con pasos tranquilos hacia la casa y fue recibida por la propia Jane Foster en la puerta.
── Qué bien que llegues. Pasa ── dijo Foster, haciendo espacio para que Fallon pasara. Le dedicó una pequeña sonrisa a la mujer cuando lo hizo ── Ah, ellos son Erik Selvig y Darcy Lewis, estamos juntos en este proyecto. En realidad, Erik fue quien me llamó para este trabajo.
── Es un placer conocerte Fallon ── dijo Erik, extendiendo su mano para que la joven la estrechara, mientras que Darcy se limitó a agitar la mano y a esbozar una agradable sonrisa.
── También es un placer conocerle, doctor Selvig. ── Ella sonrió.
Dejó sus cajas sobre la mesa, viendo algunos papeles esparcidos sobre ella. También había algunas notas, junto a una foto rojiza que mostraba la silueta de un hombre, en medio de lo que parecía, una tormenta de arena. Fallon no pudo asimilar del todo lo que mostraba esa imagen y estuvo a punto de preguntarle a Jane, cuando Darcy dijo algo.
── Mira, para ser un vagabundo loco, se nota bastante sano. ── Galloway miró en la dirección en la que miraba Lewis, encontrando a un hombre rubio, alto y sin camiseta que salía del baño. ── ¡Ay, perdón por el susto!
── ¿Quién es? ── preguntó Darcy, mientras Jane anotaba algo en su cuaderno y el rubio empezaba a revisar sus cosas.
── Es el tipo que encontramos anoche. Jane cree que tiene alguna conexión con el puente.
── Oye, espera. Espera. Disculpe ── Foster corrió hacia el rubio, impidiéndole que revisara sus cosas y terminara rompiendo algo. Después se apartó de él, echando una ligera mirada al cuerpo moteado del hombre.
── ¿Qué es esto? ── dijo mostrando la camiseta azul que tenía pegada una pegatina con el nombre de alguien escrito.
── Ah, mi ex. ── habló Jane, mientras se quitaba el parche. ── Genial con los pacientes, pésimo con las relaciones. Ah, esta es la única ropa que tengo que te queda bien....
── Se ajustan ── respondió el rubio, un poco bruscamente. Luego caminó en la dirección en la que estaban los otros tres.
─── De nada ─── refunfuñó Foster.
De repente, Fallon recordó la razón por la que había acabado en Nuevo México: el martillo Mjölnir. Si su propósito estaba en la tierra, obviamente su dueño también debería, y ese hombre
── Espera un momento ── gritó, llamando la atención de todos ── ¡Sé quién eres! ¡Lo sé! ── Fallon se detuvo frente al hombre alto ── Eres Thor, dios del trueno, nacido en Asgard. ¡Hijo de Odín, el padre de todo, y hermano de Loki, dios del engaño!
── ¿Cómo sabes tanto de mí, midgardiana? ¿Por casualidad eres una espía de mi padre?
── ¿Cómo te ha llamado? ── preguntó Darcy.
── No soy una espía, sólo he estudiado sobre ti toda mi vida. ── dijo ella, emocionada ── debería haberlo pensado antes. Eres la razón principal por la que estoy aquí y, Dios, es increíble poder conocerte en persona. Vaya, parece que me voy a desmayar. ── Fallon se miró las manos ── Me sudan las manos. ¿Por qué me sudan tanto las manos?
── Esta forma mortal es débil ── dijo, ignorando por completo la agitación de la joven y llamando la atención de Darcy y Erik ── necesito comida. ── Todos se miraron con ironía, ante el discurso del rubio.
── Por supuesto, su majestad ── bromeó Galloway. ── Vamos a llevarte a un festín que te va a encantar, y después o durante, ¡me vas a contar absolutamente todo sobre ti!
