"Amor no correspondido. Segunda Parte"

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A los días siguientes, cada mañana del tercer día Xue Yang salía a comprar los bienes y por las noches salía a cazar o a exorcizar junto con XingCheng, ambos se veían felices como una pareja de recién casados.

Incluso el joven se veía diferente, como si algo de él hubiera cambiado. Y era verdad, desde que conoció a su amado algo en él cambio, su sed de sangre y odio se disipo, ya no mataba, había pedido el perdón del mayor quien al saber la verdad lo rechazó, pero al tiempo vio que la actitud del menor era cierta, sus palabras eran verdaderas y su cambio era sincero.

El joven había sufrido mucho en su niñez, la soledad y la energía resentida trastorno la mente y el corazón de un niño inocente, quien fue pudriéndose lentamente y con un dolor insoportable, por lo que ya era hora que descansará de esa agonía, era un ser humano y también merecía ser feliz.

Cuando la noche llego, la feliz pareja se dirigió al bosque con sus espadas acostado de sus espaldas y sus prendas de vestir ondeando al compás del viento.

Las hojas de los árboles se mecían de un lado a otro, los grillos entonaban su cancioncita a la luna, los búhos cazaban ratones para comer, los murciélagos revoloteaban con sus largas alas negras y sus colmillos al aire.

Los aullidos de fantasmas resonaron, la energía demoniaca se concentraba en el fondo del bosque, la neblina se volvió más espesa, la temperatura descendió, la pareja se vio a los ojos, sabían que debían estar alertas pues ese cambio tan drástico no era normal, por lo que desfundaron sus espadas y avanzaron lentamente, adentrándose aún más en el espeso bosque.

Sin embargo, una oleada de aire frío los empujo varios pies de distancia, un remolino rojizo se acercaba hacia ellos, ambos corrieron y dirigieron sus espadas hacia el remolino, pero este era impenetrable, ambas espadas fueron rechazadas y botadas lo más lejos.

Al ver que sus ataques eran inefectivos tuvieron que correr, cuando estaban huyendo la tenue luz de la luna y de los talismanes se consumieron, quedando a ciegas; una oleada de aire frío los atacó, Xue Yang logró esquivarla en el aire, sin embargo, XingCheng fue arrojado y llevado por las corrientes eólicas.

El menor intento perseguirlo, pero fue atacado por un fantasma de cara pálida y cuerpo delgado, en el centro del pecho había una herida sangrante, originaria de una espada y su boca había una cortada de oreja a oreja, la lengua fue arrancada y los dientes destrozados.

Sin duda tuvo una muerte dolorosa e impactante.

El mayor fue arrojado a las afueras del bosque, cuando se levantó del suelo lo primero que vio fue un par de botas negras, al levantar la vista percibió a un hombre joven, de túnicas oscuras, de un rostro atractivo y familiar, era su amigo Son Lang.

-¡¿Son Lang?! – Gritó emocionado. El contrario solo se limitó a verlo en silencio, su mirada seria y fría.

-¿Estas bien? Hace años sin vernos. – Comentó el hombre de blanco con una sincera y bella sonrisa dibujada en sus rosados labios.

El hombre al ver esa hermosa sonrisa, no dudo en probar eso rosados labios, en un rápido movimiento tomo al contrario de la cintura y lo atrajo a su pecho, luego mordió el par de labios, haciéndolos sangrar. Ya que, aunque deseaba besarlos, lamerlos, con tan solo recordar que esos ya fueron besados y lamidos por Xue Yang, el deseo se desvaneció, el deseo que tenía por ese delgado cuerpo se extinguió, dejando el odio y el coraje, una rabia que se incrementaba al ver los rasgos y las marcas esparcidas en el cuello y brazos del joven que alguna vez fue el amor de su vida.

Por lo que, al tenerlo en sus brazos, lo apretó con mayor fuerza, el hombre se removió asombrado por tal acción de su amigo, pero al ver que trataba de lastimarlo inmediatamente se soltó.

-¡¿Qué te pasa?! – Gritó molesto, sin su espada estaba desarmado y Son Lang conocía sus movimientos ya que pasaron mucho tiempo juntos hace años, por lo que sabía cómo peleaba. Estaba en desventaja.

Son Lang se acercó lentamente hacia a él, sus pasos firmes, su mirada amenazadora y una sonrisa siniestra en su rostro.

-¿Por qué huyes de mí? – Preguntó mientras se acercaba más, mientras que XingCheng retrocedía, un sudor frío recorrió su espalda, la energía demoniaca empezó a cumularse a su alrededor, rodeándolo, dejándole sin escape.

-Déjame ir. – Le ordenó con el ceño fruncido y con una mueca de molestia en su rostro.

-¿Para que vayas a los brazos de ese maldito? No, prefiero verte muerto que con él. – Dijo mientras desenfundaba su espada y la apuntaba a su corazón. En un rápido movimiento la punta de la espada atravesó el corazón, XingCheng vomitó una bocanada de sangre tibia mientras que en su pecho derramo sangre fresca, tiñendo sus blancas túnicas de rojo.

Son Lang lo vio con lágrimas escurriendo de por sus mejillas, sus ojos rojizos y sus manos temblorosas, entre sollozos se aferró al cuerpo que se debilitaba por la pérdida de sangre.

-¿Por... que... lo... hiciste...? – Preguntó en su último aliento de vida.

En ese momento llegó Xue Yang con heridas abiertas y sangrantes, su rostro demostraba cansancio y dolor, pero al ver tal escena se frenó en seco y cayo de rodillas. Con impotencia se arrastró hacia el cadáver, el cual permanecía en los brazos de Son Lang.

-¡¿Qué paso?! – Gritó encolerizado y con los ojos acuosos.

-Paso lo que tenía que pasar. – Contestó cortante y con la voz temblorosa, Xue Yang quiso arrebatarle el cuerpo de su amado de los brazos de aquel hombre.

Sin embargo este lo impidió, aferrándose a ese pálido cuerpo inerte, Xue Yang no podía soportar el dolor de haber perdido al hombre que amaba y que lo hizo cambiar, por lo que impotente tomo la espada y la guio a su cuello, el filo del arma corto su garganta, derramando la sangre y salpicando el suelo de rojo.

Son Lang observo todo en silencio, cogió a XingCheng en sus brazos, llevándolo para purificarlo, revivirlo y borrarle la memoria, pues haría lo que sea necesario para traer de vuelta a su XingCheng, debido a que no permitiría ser un amor no correspondido nuevamente.

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elvis- Sempai

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