"Misión"

65 7 1
                                    

Shi Qing Xuan andaba en su forma femenina vagando por el mundo mortal, con su aura dulce y frágil caminaba distraída mientras se abanicaba con su abanico verde claro, en el centro del arma la palabra "Viento" estaba escrita en tinta negra. La joven dama portaba un vestido blanco con bordados verdes claros y tonos tornasol, la mujer sonreía con dulzura cuando un joven de buena apariencia se le acercó.

-¿Qué hace una bella joven sola por estos rumbos? – Preguntó el hombre con una mirada lujuriosa y una sonrisa de lado a lado. – La diosa supo de inmediato cuales eran sus intenciones, pero aquel hombre no estaba de mal ver, pues cubría sus características físicas de un hombre atractivo, por lo que quiso arriesgarse un poco más, además ella era la Señora del viento, no le podría hacer nada un simple mortal.

-Solo quise caminar un rato y tomar una copa de vino; dicen que el alcohol de aquí es único, por lo que me gustaría probar un poco. – Contestó con una tierna y adorable sonrisa, el hombre al ver tal expresión su corazón dio un salto, además las curvas de la mujer eran pronunciadas y de buen ver, por lo que no dudo en invitarle unos cuantos tragos.

- Eso es cierto, el alcohol de aquí es el más delicioso que haya probado, y ya que tengo tiempo permítame invitarles unas copas. – Dijo el hombre tomando de la cintura a la joven y guiándola hacia a un bar cercano.

-Es muy amable de su parte, pero no creo que una dama como yo sea acompañada por un hombre desconocido a un bar, eso daría mucho que hablar. – Respondió mientras se zafaba del agarre del joven, el cual la miraba un poco desilusionado y con el ceño levemente fruncido.

-Me parece muy injusto para usted, pues no le estoy haciendo nada. – Comentó mientras la agarraba de la muñeca y la jalaba hacia él, una vez que estuvo en sus brazos tomo una navaja que tenía escondida en sus mangas y la colocó al lado de la cintura de la joven, la cual se estremeció y frunció el ceño.

-Si gritas o haces algo estúpido tu vida termina aquí y ahora. – Amenazó con voz baja pero lo suficiente para ser escuchado por la joven. El hombre la empujó para que continuará caminando, ahora dirigiéndose al bosque, a lo más profundo, la diosa podía detenerlo de un solo golpe, pero quería saber si este hombre era el que le habían pedido que lo atrapará, pues varios devotos le habían implorado por su cabeza, ya que había violado a varias hijas y hermanas de los señores feudales o comerciantes.

Por lo que fue a investigar si se trataba de él o de otro, pero de todas formas quien fuera que sea, sería frenado cuanto antes.

Cuando se adentraban más a lo profundo del espeso bosque, el hombre empujó con fuerza a la joven, tirándola contra el suelo, la chica soltó un leve quejido, el mayor comenzó a bajarse los pantalones, cuando iba a abalanzarse contra la mujer, fue detenido abruptamente.

El hombre se volvió para ver de quien se trataba, apuntó con su navaja a su contrincante, pero al ver que se trataba de una bella joven detuvo su ataque, la mujer era joven, de pechos regordetes y redondos, de cintura pequeña y de caderas amplias, de labios gruesos y rosas, de mirada fría y penetrante, portaba un vestido negro ajustado a su cintura y un escote en pecho, el hombre al ver tan semejante mujer su virilidad se elevó, sonrió con regocijo pues no logro suprimir su felicidad al saber que tenía un par de hermosas mujeres esperando por él.

Sin embargo, la mujer vestida de negro al ver la mirada lujuriosa y la asquerosa mueca de regocijo en su rostro no dudo en darle un puñetazo en la cara, haciendo que un hilo de tibia sangre salpicará el césped y la tierra de rojo.

El hombro chilló de dolor, la nariz le estaba sangrando y unas cuantas lágrimas se deslizaban por sus mejillas. - ¡Maldita perra! - Enfurecido cogió la navaja y la apuntó a la mujer, la cual la esquivo y le dio una patada en el vientre, el hombre cayo al suelo y vomitó una gran cantidad de sangre, incluso un pequeño charco se formó debajo suyo.

OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora