Día 6: Traidor

241 25 24
                                    


🔥

   Como casi todas las noches, un capitán de cabellos blanquecinos respetado por todo el mundo frecuentaba el sucio y ruidoso bar de la ciudad. Era el único lugar donde pasaba desapercibido por todos, a nadie le importaba quien era quien, olvidaban sus puestos, sus roles, sus rivalidades, todos eran iguales. Esto se debía a la poca atención que se prestaban por estar ensimismados en sus problemas. Algunos marineros y piratas iban a olvidarse de la vida por un rato, a beber todas sus penas para continuar con sus desagradables vidas.

   Aquella era la misma razón por la que este capitán decidió empezar a concurrir el Bar Calaveras. Si bien, era uno de los mejores capitanes para una de las mejores tripulaciones de todos los mares, no podía negar que sentía un vacío terrible. De esos donde miraba su vida como un hoyo infinito en el que sigue cayendo y cayendo, sin escapatoria. Robo tras robo, muerte tras muerte, ningún suceso podía hacer correr su adrenalina de la misma manera que le sucedió cuando tenía dieciséis años y se convirtió en pirata con su primer robo victorioso.

   Habían pasado demasiados años y quizás la edad le estaba haciendo cuestionar todo lo que conocía, pero trataba de no concentrarse en esos pensamientos porque un pirata no debería preocuparse por unos estúpidos sentimientos. Eso era para personas débiles y él no se rebajaría a tal nivel para no perder su reputación. No había tiempo para emociones, sólo para tomar hasta ver borroso el suelo y así poder acallar las voces de su mente.

   Era un día normal en su rutina de sentir lástima por sí mismo para después intoxicarse con la espumosa bebida. Ordenó el mismo trago de siempre y se dispuso a beber hasta que le ardiera la garganta. La música sonaba más viva que nunca, algo irónico considerando que todos los presentes muchas veces preferían estar muertos. Estos pensamientos le causaron gracia, formando una pequeña sonrisa en sus labios mientras tomaba otro sorbo de su bebida alcohólica.

   A unos metros de él, un hombre de mediana edad de cabellos castaños, barba con tintes blancos, y con un parche en uno de sus ojos, observaba esa pequeña escena. Lentamente se acercaba al sujeto albino para sentarse junto a él, quien no se inmutó por tal acción, sólo siguió en lo suyo.

—Quien diría que el famoso Capitán Willyrex frecuentaría un basurero como este—comentó desinteresadamente el recién llegado mientras copiaba al contrario tomando su bebida.

—Lo mismo digo de ti, tan famoso como yo no eres, pero conozco a la mayoría de los capitanes del continente. Seguramente te he de haber robado una que otra vez por ahí—respondió de la misma manera casual y desinteresada.

—Entonces si me conoces no hay razón para presentarse.

—¿Presentarse? ¿Un pirata educado? Quien diría que aún existen de esos—empezaba a sentir calor a causa del alcohol—Recuérdame tu nombre que soy terrible con ellos.

—Capitán Fargan, y sí, prefiero ser educado para que no sospechen cuando los apuñalo por la espalda. Es la técnica de engaño perfecta—decía egocéntricamente.

—Ah, pues entonces lo tendré en cuenta...pero tampoco creo que te atreverías a acercarte menos de un metro de mí, o el apuñalado serás tú—amenazó totalmente sereno y casual, como si fuese lo más normal del mundo. En parte era verdad, no sería la última persona que mataría por intentar atacarlo, debía cuidarse las espaldas.

—Te sorprenderías de lo que soy capaz, Willy—lo miró pícaramente después de llamarlo por un apodo sin previo permiso.

—¿Ah sí? ¿Te importaría mostrarme? No tengo nada que perder—respondió con la misma picardía que el castaño. Era como si entendieran perfectamente a qué iba esto. Quizás estaban perdiendo el uso de razón.

Willgan Month 2021 《Corazones Explosivos》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora