11.- SU MUERTE II

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Siento que me quitaron un pedazo de mi alma

Si te vas no queda nada, queda un corazón sin vida

Que a raíz de tu partida se quedó solo gritando pero a media voz

Aradia

Al buscar a mi hermano lo vi dormido en uno de los sillones del lugar, tenía la capucha de sus sudadera cubriéndole los ojos a pesar de estar boca abajo, recordé cuando yo era pequeña y André llegaba a mi cuarto para darme un beso de buenas noches y después arroparme. Decidí revivir eso solo que ahora sería yo quien lo arroparía, tomé mi cobija y se la puse encima, como él era mucho más alto que yo era obvio que sus pies quedaban al descubierto.

- Descansa Andy- le susurré al oído y besé su mejilla.

Rato después llegó Athenea la prometida de Connor, era muy buena chica y me la llevaba muy bien con ella.

Después de estar platicando con ella, me quedé dormida y ahora fue Connor el que me arropó.

A la mañana siguiente fue el entierro, algo realmente difícil para ahora los ocho hermanos García. Antes de partir al panteón bajé a la cafetería y vi que André estaba sentado tomando una taza de té, por lo que decidí acompañarlo.

- ¿Cómo estas Andy?-

- Tenías mucho sin llamarme así-

- Quise revivir los viejos tiempos y hablando de eso ¿Sentiste cuando anoche te fui a arropar?-

- Si, esa fue la primera vez que de verdad me hiciste sentir como si yo estuviera incluido en la familia, de verdad eres mi hermanita y es por ti que soy fuerte y me levanto cada día-

A mí se me llenaron los ojos de lágrimas ¿Acaso André no se sentía incluido? tenía sentimientos encontrados. Me sentía feliz por ser capaz de hacer que mi hermano fuera feliz, por poder hacerlo sentir que pertenecía a una familia pero al mismo tiempo me sentía triste porque no sabía si de verdad pensaba que el solo era un extra en la historia de la familia.

- Siempre has sido parte de la familia y siempre serás mi héroe, mi hermano y mi mejor amigo- le dije mientras lo abrazaba.

De pronto llegó mi padre el famoso empresario Fernando Kane y a lado lo acompañaba mi madre la cual tenía la nariz y ojos algo hinchados debido al llanto, detrás de ellos estaba Connor y probablemente todos escucharon la conversación que tuve con André ya que se unieron al abrazo. Por fin la familia Kane García estaba unida de nuevo.

- Creo que es hora de que vayamos con los demás- dijo mi padre.

- Ustedes vayan, nosotros los alcanzamos en un momento- dijo mi madre mirando a André.

-Bien, los veo en un rato- dijo Connor mientras me pasaba el brazo por encima de los hombros para poder guiarme el camino.

Yo solo miré a André algo preocupada y él me dio una mirada tranquilizante.

*+*+

Regresamos a casa después del fin de semana en México, fui a recoger a Sherkan a la casa de Steven y después regresé con mi hermano. Creí que mi relación con André seguiría siendo la misma pero al parecer el destino tenía otros planes.

- Vivirás sola un tiempo, yo regresaré a México para ayudarle a Connor, haré lo posible por visitarte una vez al mes-

- ¿Pero por qué te vas? ¿No se suponía que tú te quedarías conmigo?-

- Ya está decidido-

- Y si hablo con papá para que puedas ayu...-

- FUE MI DECISIÓN ARADIA!!! YO LE PEDÍ A PAPÁ QUE ME TRANSFIRIERA!!!-

- ¿Qué?- se me llenaron los ojos de lágrimas

- Yo... Lo siento Di, no quería hablarte así, es solo que no puedo seguir aquí, yo...-

- Está bien, lo dejaste muy claro, por favor promete que hablaremos siempre que tengas tiempo-

- Claro que si Pokémon-

- Te dejo que hagas tus maletas-

- Di espera-

- No... No me des explicaciones, no te quito más el tiempo-

- No pequeña, no me quitas el tiempo pero...-

- Te veo al rato- y salí de su cuarto.

*+*+

André se fue de casa al día siguiente, fui a dejarlo al aeropuerto y cuando regresé sentí que faltaba algo pero no le di mucha importancia, subí a la terraza junto con Sherkan, me puse mis audífonos, me asomé por el pequeño balcón y cerré los ojos soltando un par de lágrimas que había retenido.

Unos quince minutos después escuché como si alguien me llamara, así que abrí los ojos y vi que Ven estaba en la calle haciendo las mil y una acrobacias para poder llamar mi atención.

- Creí que jamás voltearías hacia acá- dijo Ven con las manos en las rodillas y tomando bocanadas de aire.

- Espera un poco, ya bajo-

Al abrir la puerta Ven me entregó unas cinco bolsas con todas las frituras habidas y por haber, él entró como Juan por su casa mientras cargaba unas botellas con refresco y mil chocolates en brazos.

- ¿Qué es todo esto?-

- No permitiré que estés deprimida o al menos no deprimida en semejante casota, traje esto para que hoy comas como si no hubiera un mañana y no te quede tiempo para deprimirte- todos necesitemos un Steven Hale en nuestras vidas y al que diga lo contrario le aviento un ladrillo.

Pasar rato con Steven me hizo sentir mejor, él de verdad sabía cómo hacerme reír, apreciaba mucho su amistad.

Steven se quedó dormido cerca de las tres de la madrugada y agradecía que por fin dejara de hablar, omití el hecho de que no le bastó con toda la comida sino que aparte se trajo dos botellas de whisky según él para que me emborrachara y olvidara mi penas pero el único que tomó alcohol fue él y su capacidad de hablar cuando estaba borracho era realmente extrema. Se durmió en el suelo pero era obvio que no lo dejaría dormir ahí así que prácticamente trapeé el piso con él y lo llevé al cuarto de invitados, intenté subirlo a la cama pero fue misión imposible, ese chico

Pesaba casi una tonelada y se veía bastante delgado, me rendí y lo dejé tendido en la cómoda alfombra y lo acomodé de lado para si llegaba a vomitar, no se ahogara con su propio vómito.

Cuando me aseguré de que ya no corría peligro de muerte por vómito me fui a mi habitación, pero era obvio que no lo dejaría solo así que dejé a Sherkan cuidándolo.

Un Pacto A La Luz De La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora