06|⚡Pietro Maximoff⚡

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Título: "I've Been A Good Girl".

Pareja: Pietro Maximoff || Quicksilver X Lectora.

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"I've Been A Good Girl"

  Estabas otra vez con ese chico Dylan, no te desagradaba, pero tampoco era lo que buscabas. Parecía buen chico, ese tipo de chico que papá quiere para su nena. Claro que tú no querías a ese chico.

Entraron al bar y buscaron una mesa, casi siempre era lo mismo con Dylan. Comenzabas a aburrirte de él, siempre tan simple y lento. Te sentaste en la misma mesa de todas las noches y esperaste a que fuera a la barra para pedir las bebidas. Volteaste encontrándote con algunos de los Vengadores en otra mesa algo lejana. Sonreíste al ver a Pietro entre ellos, sí, él era el tipo de chico que querías, pero tu padre no dejaría que se te acercara.

—Aquí tienes. —Dylan regresó dejando un vaso de whisky frente a ti, sonreíste en agradecimiento y le diste un sorbo.

Él hablaba, no sabías de qué porque no le prestabas la suficiente atención. Tus ojos viajaban de tus manos a Pietro, sabías que él también te veía, te gustaba ese juego inocente que tenían.

— ¿Qué opinas? —preguntó Dylan llamando tu atención.

Mordiste tu labio inferior pensativa, pero no tenías nada que decir, ni siquiera sabías a qué venía la pregunta.

—Te digo luego, debo ir al baño.

El rubio asintió sonriendo y te levantaste para alejarte de la mesa. Viste de reojo a Pietro y volviste a morder tu labio, él tenía sus ojos fijos en ti. Sabías que no tenía una buena reputación, pero eso no te importaba. Te tenía a su merced, no te quejabas, era lo que querías también. Con tan solo una mirada suya sentías que te faltaba el aire. No te importaría si te robaba un beso, quisieras que lo hiciera, eso y algo más.

"Juro que soy una buena chica, siempre lo fui. Pero esta noche no quiero ser esa chica".

Entraste al baño y te viste en el espejo frente al lavabo. Pasaron apenas unos segundos cuando la puerta se abrió y Pietro apareció a tu lado, su sonrisa lo decía todo y aceptaste sin siquiera decir una palabra.

Te acercaste a él dando un paso y lo jalaste por el cuello de la chaqueta, besaste sus labios con desesperación y las manos de Pietro se pasearon por tu espalda hasta tu trasero. Sentiste como lo apretó y te presionó más contra su cuerpo.

— ¿Quieres salir de aquí? —preguntaste sonriendo de lado.

Él rodeó tu cintura con sus brazos y cerraste los ojos. Al volver a abrirlos estaban en tu auto, lo habías estacionado a unas calles del bar, tendrían al menos un poco de privacidad.

— ¿Te parece bien o prefieres otro lugar? —habló con su acento bien marcado mientras besaba tu cuello.

—Es mejor que el baño sucio de un bar.

Estabas sentada sobre su regazo, sus manos acariciaban todo tu cuerpo y te provocaban mil sensaciones. Sus besos eran dulces y se mezclaban con el alcohol que ambos habían estado bebiendo. Sentiste como subía la falda de tu vestido y masajeaba tus muslos. Comenzaste a moverte sobre él y su erección cobró vida. Los gemidos no tardaron en llegar por parte de ambos. Besaba tu cuello y tus labios, acariciaba tus piernas y senos por encima de la tela. Desabotonaste su camisa y la corriste junto a la chaqueta para pasar las manos por su abdomen marcado. Él abrió el cierre del vestido y bajó el frente, se sorprendió al ver que no traías sostén.

— ¿Alguna vez te dije lo hermosa que eres?

—No me molestaría que lo repitas—susurraste sobre sus labios.

Apretó tus pechos entre sus manos y soltaste un fuerte gemido, pasó la lengua por la misma zona provocando que tiraras la cabeza hacia atrás. Te tomó por el cuello presionando levemente y chupó tus pezones.

Bajaste las caricias de su abdomen a su entrepierna, sujetaste su miembro con fuerza y lo escuchaste gemir tu nombre, eso te había excitado aún más. Bajaste su pantalón un poco complicada por la posición y sacaste su miembro para masajearlo.

—Tu padre me mataría si supiera de esto—murmuró jadeando.

—Él no tiene por qué enterarse. Puede seguir creyendo que su hija es la niña buena que no se mete con chicos como tú—hablaste con la respiración agitada y besaste su cuello—. Pero, por favor, no me trates de esa forma esta noche.

Pietro sonrió ante tus palabras y te sujetó con un brazo para elevarte un poco, pasó una mano a tu entrepierna y corrió tu ropa interior. No podías describir con palabras la forma en que te hizo sentir cuando metió sus dedos, te tenía tan mojada que pasaron con facilidad, eso pareció gustarle.

—Sabía que podía hacer que te excitaras de esta forma, pero comprobarlo es distinto, quiero cogerte en este instante.

No importa lo que estuvieran haciendo desde que entraron al auto, que Pietro te dijera eso te sonrojó de una manera ridícula.

— ¿Y qué esperas?

Quitó tu mano que aún seguía masturbándolo y en un rápido movimiento entró en ti con su pene duro. Gritaste al sentir la invasión repentina, se quedó unos segundos así hasta que te moviste. Te tomó por las caderas y comenzó un vaivén lento. Lo estabas disfrutando como nunca, Pietro era sin duda el chico con el pene más grande entre los que habías disfrutado alguna vez. Lo sentías en cada rincón, llenándote de una forma deliciosa y placentera.

—Más rápido—ordenaste, casi suplicando.

Pietro obedeció y te ayudó a ir más rápido. Dabas saltos sobre su polla intentando no golpear tu cabeza contra el techo del auto, tus manos estaban firmes en su pecho sosteniéndote. Una de sus manos estaba ahora en tu trasero y la otra masajeaba tus senos.

Pasaron unos segundos más y Pietro te obligó a cambiar de posición. Como pudo te colocó en cuatro contra los asientos y él detrás de ti con muy poco espacio. Sujetó tus caderas y te envistió rápido, era algo brusco, pero eso era lo que querías en ese momento, que fuera rudo contigo. Estabas harta del sexo suave y delicado.

Cubriste tu boca con una mano evitando que se escucharan tus gritos de placer. El velocista pasó una mano a tu entrepierna para vibrar sus dedos en tu clítoris mientras seguía con las duras estocadas, quería que alcanzaras el orgasmo al mismo tiempo que él.

Fueron pocos los segundos que tardaron ambos en llegar, él pronunció tu nombre al liberarse y tu gritaste contra la palma de tu mano. Fue el mejor polvo de tu vida.

—Lo siento—dijo de pronto sorprendiéndote.

— ¿Por qué? —Se acomodaron en los asientos, aun respiraban con dificultad.

—Quería que durara más—respondió sonriendo de lado.

Se veía tan sexy así, un poco sudado, el cabello revuelto, su pecho subiendo y bajando acelerado, cada vez que hablaba su acento se marcaba más.

—Podemos volver a intentarlo si quieres—dijiste acomodando tu vestido—. Pero esta vez no será en un auto.

—Donde quieras, preciosa.

Te inclinaste sobre él y besaste sus labios con más suavidad que antes. Te apartaste lento y corriste el cabello que se le pegaba a la frente.

— ¿Vamos a casa? —Él asintió con su hermosa sonrisa coqueta, tú buscaste las llaves para encender el auto e irse al complejo. Los demás estarían en el bar, así que disfrutarían al máximo la noche.

《𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤 • 𝕄𝕒𝕣𝕧𝕖𝕝》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora