C a p í t u l o 4

296 38 20
                                    

Seguramente os sorprenda de tantas actualizaciones, ya que suelo ir lenta XD.
Pero quiero aprovechar que mañana me voy de viaje y vuelvo viernes por la tarde, espero que os guste.

Fue un amanecer tenso y efímero.

Phoebe se levantó la primera, y además más temprano que de costumbre, pero sintió en su cuerpo una señal de que debía de levantarse ya.

Se sentía rara, pasó su mano por su cabello moreno, para después frotarse los ojos, se puso de pie y un escalofrío acompañado de un tembleque recorrió su cuerpo, sintiéndose cautivada y estando alerta por un sexto sentido, siguió su rutina.

Se sentó frente su pequeño lavadero, su jarrón con agua lo volcó en su plato, a continuación se mojó su cara para despabilarse y quitar legañas entre otras cosas que deja un buen sueño.

Y aun adormilada, se recogió de manera sencilla su cabello, miró la ventana, y era una mañana terriblemente vacía y deprimida.

Parecía todavía de noche, inclusive se podía observar la luna.

Quiso irse a la cama, pero no podía, su cuerpo sentía que debía de pasearse o hablar con Jonathan.

Con ese sentido, fue por el pasillo, intentando no hacer ruido, cuando estuvo enfrente de la puerta del dormitorio del señor, se pauso y medito unos segundos.

Necesitaba charlar, necesitaba ver si se encontraba bien, ayer las pocas palabras que se dirigieron anoche después de que se fuera el invitado, le dejaron con preocupación y seguramente sea eso lo que no la deje descansar.

Preguntando si era oportuno o no, escucho unos sollozos dentro del dormitorio, y sin importar que vestía su camisón, entró.

El señor se sorprendió por su inesperada visita, se puso su gorro de dormir e intentó taparse un poco, pues se avergonzaba que también le viese en su camisola.

- ¿que pasa Phoebe? -preguntó intentando sonar lo más limpio posible.

- No podía dormir, y escuche un sollozo - confesó, mientras encendía una lámpara de aceite, pues la poca iluminación que proporcionaba el amanecer no dejaba verlos mutuamente.

Jonathan solo contempló como encendía la lámpara, y hubo unos segundos de silencio, meditando en pleno sigilo.

- ¿Todo bien Jonathan? Me preocupaste como ayer abandonaste todo para irte a dormir de aquella manera...

- No importa... - musito.

- ¿Como que no importa? Entiendo que estés pasándolo mal, pero eso no puede ser sinonimo a que estés deprimido y con ansiedad, señor lo único que quiero decir y no quiero que se malinterprete, es que desde luego, deberías de intentar animarte cuando su mujer seguramente no esté melancólica por no verte. - repuso gritando en susurro.

El receptor abrió los ojos pasmado por sus palabras - y verdades- y no pudo evitar que se cristalizaran.

- Se tuvo que decir y se dijo... - murmuró más calmada - siento si te ofendí o dije algo desagradable para tus oídos. 

- Para nada... - el rostro de Jonathan ya estaba bañado en lágrimas.

La nodriza sintiéndose culpable se lamentó con total honestidad, pero Jontahan le abrazó intentando encontrar reconfortación.

- D-Dios mio... - Jonathan apretaba su cabello con suavidad, como si estuviera desapareciendo la persona que abrazaba- gracias por todo, de veras.
Creo que lo único que hizo bien Erina fue traerte aquí - Phoebe correspondió el abrazó atónita a la vez que ruborizada- me has apoyado, te has preocupado, y no solamente de mí,  también de mi hijo, ya no eres una nodriza ya hasta ocupas lo que una madre debería de hacer.

Nodriza - (Jonathan Joestar) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora