Nodriza - (Jonathan Joestar) TERMINADA

C a p í t u l o 5.

Un carruaje llegó temprano por la mañana, y entró Erina con cartas en las manos y otros cestos con regalos, aparte de las maletas que cargaban los criados.

Naturalmente una madre sin ver a su hijo, lo buscaría de inmediato, y le daría un abrazo, sin embargo, no dijo nada y se fue directamente a un saloncito.

Phoebe abrió la boca sorprendida a ver su señora llegar.

Jonathan hizo un gesto para que se calmara, y ella entendió a la perfección lo que quiso decir.

Luego de unos minutos regreso Erina de su salita, y fingió una sonrisa.

En ese preciso momento todos ya estaban en la mesa desayunando, y como las órdenes que dictó Jonathan ayer, solo habían tres platos.

- ¡Oh! ¡yo que regreso exhausta y no tengo desayuno! - se quejaba. - ¿lo olvidaste querido?

- Perdone querida, no sabía que llegarías tan temprano, puedes pedir que te lo preparen.  -contestó sin mirarla ni una vez.

La rubia cerraba los puños enojada, y su hijo fue a abrazarla y estiraba su falda para que le hiciera caso.

- Si, si, mamá está ocupada tiene que ir a avisar una cosa. - añadio para irse a la cocina y reñir al cocinero.

George II lloro por aquel gesto frío de su madre y Phoebe se levantó para tomarle y carmarle y Jonathan pensaba y afirmaba que Erina era totalmente alguien despreocupada.

Erina ceno en otra mesa, en el jardín más concretamente, se había enfadado con su esposo por aquel detalle.

Al terminar la hora del desayuno George fue con su institutriz para aprender.

- ¿cuando te aviso que llegaría? - preguntó Phoebe sin levantar mucho la voz.

-Ayer me envió una carta - confesó- pero me da igual que venga o no.

Dicho esto, se levantó la nodriza y fue a la salita donde anteriormente, estuvo Erina.

Al pasar el rato, ninguno de la pareja se hablaron, salvo Erina, que le aviso que se iba a hablar con la vecina.

Paso exactamente 1 hora y veía Jonathan como su mujer reía con la vecina, Emma.

Estaba más que enfadado no podía creer como era tan cara dura de llegar y no solamente no dirigir una palabra, esque no saludo ni a su hijo.

Cada vez Jonathan solo encontraba cosas negativas y prejuicios hacia Erina, no sabía cómo se enamoró de semejante monstruo avaricioso, y como no le explicó nada de como fue a casa de su cuñado o al menos como le fue a su padre en el trabajo.

Erina ya despidiéndose de su buena amiga fue a su mansion, y se desató la ira.

Entro en su dormitorio sin dirigir la palabra- como siempre - y espero el momento a que Jonathan entrase.

Efectivamente cuando Jonathan entró, encontró una Erina muy seria, sentada en un sillón de terciopelo que tenían, mientras paraba su lectura y le miraba a los ojos.

Jonathan sabía que algo sucedía pero quiso actuar de misma manera, y la ignoro y cogió las cosas que tenía que tomar.

- Ya veo, mientras yo ayudo a mi padre como una desgraciada y debo de aguantar emociones y mi corazón reprimirse, tú te andas con la nodriza de jovenzuelo. - escupió y cerró el libro de golpe.

Jonathan se giro sin entender lo que quería explicar, y ahora que lo tenía de frente, siguió criticando.

-Ya me han puesto al día, que fuiste con la nodriza de paseo, y estuvisteis de broma... ¿Acaso ella debe de salir en estas ocasiones? Ella es nodriza, bien lo dice su nombre. Veo que como no tenemos concubina la usas como eso ¿eh?.

Su esposo fue hacia ella, y su rostro estaba rojo de la ira, ¿como se atrevia a decir eso de Phoebe?.

-Fui con ella porque George II, te recuerdo es nuestro hijo, quería salir a dar una vuelta, pero te echaba tanto de menos y quiere tanto a Phoebe como si fuera su madre que la lleve conmigo de excursión.

-¿y eso implica que os comporteis como tortolitos riendo? ¡¡te gusta la carne fresca, eres un zorro astuto Jonathan, no me vuelvas a hablar,  no puedo creer que te estés acostando con ella, hasta la llamas por su nombre!! ¿También lo gimes? - los ojos celestes de Erina se pusieron cristalinos, se levantó y se alejó de él, se fue donde estaba su cama.

- ¿¡quien a dicho que me acosté con ella?! ¡¿porque mientes?! ¡¡lo único que hice fue llevarla con mi hijo, no me intentes profanar cuando tú te quedas con excusas en casa de mi hermano!!. - grito, y perfectamente Phoebe y los demás lo oyeron.

Erina se puso pálida al escuchar eso, sus nervios atacaron para defenderse.

- ¿¡osas culparme de algo que me perjudicaba para victimizarte?! ¡¡Esa nodriza puta esta despedida!! ¿¡me oyes?! ¡¡totalmente despedida, enhorabuena por ella, ya puede ganarse dinero acostadose con gente como tú, adultos casados!!.

- ¡¡Estás hablando más de la cuenta, jamás hice tal cosa, y parece que evitas lo que te comentó!! ¿No me dirás que usarás tus encantos para parecer lastimada cuando has pasado de largo de nuestro hijo y de mi, verdad?

Los gritos resonaba más incluso vecinos se asomaban, pero a la pareja ya le daba igual.

- ¡¡Y tu que sabrás!! ¡solo estás celoso de que me quedara en casa de tu cuñado, porque sabes que antes nos gustabamos, eres alguien celoso y pecador, aléjate de mi! ¡te puedes ir si quieres con tu queridisma concubina!

- ¡no me iré porque está es mi mansión y mis cosas! -se acercó Jontahan a ella y la sujeto del brazo - ¡por mi te vas a vivir con mi hermano o debajo de un puente, solo me buscas por dinero!

- ¡¡Me estás agrediendo!! - decia nerviosa, pues se daba cuenta que no podía atacar a la sensibilidad de su esposo.

Phoebe entró preocupada para que las cosas no avancen más.

-¡Basta! ¡vuestro hijo lo está oyendo todo y está llorando! ¿¡no os dais cuenta?! ¡si me quieres despedir, hazlo, pero la verdad es está! - le dio una carta a Jonathan, una carta que reconocía muy bien Erina.

- ¿q-que? ¿has hurgado en mis pertenencias? ¡además de puta, ladrona! ¡Echarla, echarla de aquí! - exigía.

Pero ningún criado hizo caso a las órdenes.

Jonathan intentaba concentrarse en medio de tanto escándalo.

Queridisma Erina Pendlenton:

Perdona por llamarte de nuevo así, pero se que te gusta que te conozcan con tu apellido de soltera.

¿Le has comunicado a Jonathan Joestar eso? Me gustaría que te quedaras más veces, esta vez, dile que vas con tu padre, aunque vengas conmigo.

Puede ser que sea algo arriesgado, porque si le pregunta a tu padre, se pillara al gato.

Pero no pudo leer más, Erina le arrancó la hoja, y solo vio una parte del folio, el final de la carta, que estaba firmada con un pseudonimo "wry".

- ¡¡No sigas atravesando mi intimidad!!  - lamentaba.

- ¿¡apellido de soltera?! ¿¡no serás tú una concubina?! - se quito el anillo de casado y se lo lanzó- ¡¡quiero que te marches!!

- ¡¡No me voy a ir, este es mi hogar, tengo aqui a mi hijo y...! - fue interrumpida.

- ¡¿eres madre cuando te conviene?! ¡he dicho que te largues o quemó tus pertenencias contigo dentro!

Erina se fue corriendo, pensando en lo irreconocible que estaba su marido, pues nunca levantaba la voz y era muy inocente, por tanto se salía con la suya siempre, pero antes de irse se giro para concluir.

- ¡¡Jonathan Joestar, recuerda lo que has echo y las palabras que has usado, te prometo que todas las desgracias y cosas infames caerán sobre tu maldito apellido!! - y luego miro a Phoebe - ¡¡y tu maldita lagratija mitijosa, debí dejarte pudriendote en la calle!! - se fue dando un portazo.

Una vez más, una noche tensa, pero Jontahan se encontraba aliviado por una cosa: había descubierto que clase de persona estaba casado.

Pero no sabía quien podía ser el pseudonimo.