ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪɴᴜᴇᴠᴇ

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Autora POV

— ¿T-Tanjiro...? —el balbuceo avergonzado escapó de los labios de la pelirrosa mientras su mirada se encontraba con la del nombrado.

El rostro del Kamado estaba completamente rojo por el pudor, de forma tal que fácilmente podría competir con un tomate. En un rápido movimiento, el muchacho se dio la vuelta y le dio la espalda en un intento de brindarle aunque sea un mínimo de privacidad.

— L-Lo siento... —tartamudeó el de cabellos borgoña. — El jefe de la aldea me sugirió que probara las aguas termales, dijo que me serviría para relajarme y terminar de sanar mis heridas. Aunque vi a tu madre hace unos momentos, n-no pensé que tú también estarías aquí en el estanque termal... —empezó a divagar rápidamente, casi tropezándose con sus propias palabras, en un intento de explicarse a si mismo. — N-No estaba intentando espiarte, eso sería completamente inapropiado.

— E-Está bien... —murmuró la joven Iguro, deteniendo la pequeña diatriba del chico. — No estoy molesta contigo, solo... me tomaste por sorpresa, eso es todo. Las aguas termales aquí son de uso público, así que estás en tu derecho de estar aquí.

— P-Pero aun así... —intentó replicar el Kamado, aun escuchándose sumamente apenado, pero sus palabras se detuvieron tan pronto como un pequeño objeto blanquecino impacto contra su cabeza. — Auch... Esto es... ¿Un diente? —murmuró entre confundido y horrorizado mientras examinaba el objeto en su mano. Tras unos momentos, levantó la mirada en dirección hacia donde había procedido el proyectil, intentando encontrar a quien podría haber perdido aquella pieza dental. Una expresión de sorpresa cruzó sus facciones al percatarse de que, en las cercanías, la figura familiar de un cierto joven estaba presente. — ¡Shinazugawa Genya! —exclamó de pronto. El nombrado se volteó hacia él tan pronto como escuchó que lo llamaban.

ᴄʜᴇʀʀʏ ʜᴜɴᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora