ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪᴄɪɴᴄᴏ

774 117 76
                                    



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Autora POV

El entrenamiento bajo la supervisión de Obanai era, sin duda alguna, el más aterrador hasta el momento. La prueba consistía en un combate con espadas de madera en una habitación repleta de obstáculos, y dichos "obstáculos" no eran nada más y nada menos que otros cazadores que el pelinegro había atado y amordazado como castigo por no ser capaces de cumplir con sus expectativas.

Tanjiro tenía problemas para combatir en tales condiciones, a menudo limitando sus movimientos por temor a golpear a alguien, y esto a su vez lo dejaba expuesto como un blanco fácil para los ataques del pilar de las serpientes.

Con cada golpe que recibía, el Kamado podía sentir como el patriarca de la familia Iguro-Kanroji se ensañaba particularmente con él, azotándolo con una fuerza tal que casi parecía inhumana.

Al final del día, el joven cazador terminaba con tantos chichones, edemas y cardenales que era casi imposible para él moverse sin sentir dolor. Incluso bañarse parecía una tarea casi imposible, pues el agua caliente que se suponía que debía aflojar sus músculos, se sentía como una tortura china contra sus cardenales.

Los primeros días fueron difíciles y transcurrieron sin grandes avances de parte de Tanjiro. Durante el día recibiría una golpiza, y durante la noche se quejaría del dolor de su cuerpo junto con los demás cazadores. Sin embargo, aún no pensaba rendirse... Incluso cuando el entrenamiento era duro, su convicción no había flaqueado ni aminorado: Le demostraría a Obanai su valía.

ᴄʜᴇʀʀʏ ʜᴜɴᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora