ᴄʜᴇʀʀʏ ʜᴜɴᴛᴇʀ

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛᴇ

Autora POV

— ¿A qué tipo de arma se referiría? ¿Tal vez una espada...? —preguntó el muchacho de cabellos borgoña mientras caminaba a la par de su enamorada de cabellera rosada. — ¿Crees que esté enterrada? Que emoción, todo esto parece una búsqueda del tesoro.

La fémina dejó escapar una pequeña risa, se sentía enternecida por la juvenil asombro que el Kamado exudaba. Mitsuri ni siquiera le había dado muchas pistas sobre el asunto, pero el chico estaba decidido a encontrar aquel arma.

— Aunque es la primera vez que escucho sobre el asunto, debo admitir que también me causa intriga. —estuvo de acuerdo Sakura. Tanjiro la observó por el rabillo del ojo, esbozando una gran sonrisa al verla sonreír tan radiantemente.

— ¿Realmente está bien para ti que me acompañes en esto? —inquirió el joven. A pesar de que estar con la pelirrosa en un ambiente pacífico, sin combates de por medio, le provocaba una inmensa euforia, no podía evitar sentir como si estuviese interfiriendo en las improvisadas mini vacaciones de la adolescente y su madre.

— ¿Hmm...? Oh, no te preocupes por eso. Mi madre y yo pudimos pasar suficiente tiempo juntas antes de que llegaras. Además, debido a que aún tiene responsabilidades como pilar, ella partirá pronto. Aún tengo permiso de quedarme un poco más de tiempo aquí ya que mi propia espada aún no está lista. —contestó la ojijade. — Si te hace sentir un poco mejor, okaa-san mencionó que una vez que llegara a casa trataría de "convencer a mi padre para que te acepte". —si Mitsuri había mencionado o no algo acerca de tener nietos con los rasgos del Kamado en esa frase, es algo que Sakura decidió omitir de manera consciente. No necesitaba convertir aquello en un momento incómodo para ambos.