🚧 Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ¹⁷

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Sintió su cuerpo moverse levemente por el dolor en sus músculos, abrió los ojos poco a poco pues la luz le incomodaba mucho, sentía las suaves sábanas de una cama sobre su cuerpo y la comodidad de un colchón, un colchón mucho mejor que en el que d...

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Sintió su cuerpo moverse levemente por el dolor en sus músculos, abrió los ojos poco a poco pues la luz le incomodaba mucho, sentía las suaves sábanas de una cama sobre su cuerpo y la comodidad de un colchón, un colchón mucho mejor que en el que dormía.

Cuando su vista se acostumbró a la luz del lugar se dio cuenta de donde estaba.

Agarró con sus dos manos la sábana pegándola hasta su cuello, miró debajo de estas y observó que aún tenía su ropa puesta, suspiró en forma de alivió.

Se llevo una mano a la frente y se golpeó levemente, no, no estaba soñando. Quitó rápidamente las sábanas de su cuerpo y se paró lo más rápido que pudo, pero como lo supuso cayó rápidamente al suelo perdiendo el control sobre su cuerpo.

—Mierda... –murmuró sintiendo el dolor en sus caderas.

—Oh, ya despertaste –escuchó una ronca voz por la puerta, sus ojos brillaron, sus manos apretaron suavemente la tela de su ropa, una corriente eléctrica atravesó todo su cuerpo.

Esa voz.

Su vista se desvió lentamente, como si tuviera un gran miedo -que claramente tenía- al ver a esa persona.

Tragó saliva sintiendo temor y nervios, era Christopher quien lo veía desde la puerta, el gran chico se encontraba cruzado de brazos y con una mueca de preocupación en su rostro.

—Llevas cuatro días sin levantarte, perdiste mucha fuerza, te recuperaras pronto –dijo el mayor y dio la media vuelta.

Antes de que pudiera salir de aquella habitación sintió como un zapato era lanzado en su espalda, volteó algo molesto y se quejó en voz baja.

—¿Pretendes dejarme aquí en cerrado? –preguntó levemente enojado el pecoso, gruñó por lo bajo y agregó—. ¡Sácame de aquí Christopher Bang!

El moreno bufó y caminó en dirección a Félix, le tendió su mano una vez que estuvo enfrente de él. Félix dudó si tomarla o no, cuando por fin se decidió estiró su brazo y antes de tomar la mano de Christopher éste la alejó con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

Félix suspiró enojado.
—Agh, sigues siendo igual de molesto, ¿por qué no maduras?

—Lo hice.

—No, no maduraste, convertirse en un asesino de la noche a la mañana no es madurar –gruñó molesto y se levantó por su propia cuenta, sin embargo en el último momento perdió de nuevo el equilibrio, pero nunca toco el suelo pues los brazos de Christopher yacían al rededor de su cintura sosteniéndolo.

Miró incrédulamente a su menor, un pequeño sonrojo se hizo presente ocultándolo de inmediato.

Christopher sonrió suavemente y dijo:
—No fue la mejor manera de madurar, lo siento.

Félix bufó y se apartó rápidamente de él, esta vez logró mantenerse de pie.

—Tus disculpas no sirven de nada.

—Lo sé, pero aún así las dire cuantas veces sean necesarias –dijo el moreno.

—No harán efecto alguno, ¿cómo puedo disculparte tan fácilmente? –Félix lo miraba dolido.

—Félix, yo...

—No vengas a decir tonterías, ¿acaso sabes lo que pase cuando decidiste irte de la casa hogar solo porque si? ¿sabes cauntas veces pensé que era mi culpa? yo cuidaba de ti Christopher Bang y de repente me enteró que el gran chico adorable que cuidaba se convirtió en un terrorista.

—Fue el camino más fácil, no podías cuidar de un huérfano como yo toda la vida, tú eras... no, tú eres de los mejores policías en la CIA, ¿cómo se supone que una gran persona como tu iba a cuidar a alguien como yo toda su vida?

Félix trató de retener las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

—No me hubiera importado cuidar de ti toda mi vida, incluso si tuvieras la edad que tienes ahora, no me hubiera importado en absoluto cuidar de ti.

—Yo no quería eso para ti, tú eras alguien importante, no debiste cargar con alguien como yo, por eso huí de ahí.

Félix no lo soportó más, su mano fue a parar en la mejilla del menor dándole un fuerte golpe.

—¡Eres un idiota egocéntrico! No te importa como los demás sufrían por ti, no te importaba si yo sufría por no saber en donde estabas, ¿sabes cuanto tiempo te estuve buscando? No podía dormir, tenía a mis agentes buscándote por ser un niño desaparecido, ¡¿si quiera pensaste en el dolor que me causaste?! ¡no! por supuesto que no, nunca pensaste en mi dolor, sólo decidiste irte y volverte un maldito asesino, no sé cuanta felicidad te haya dado ese trabajo, pero a mi me destrozó el alma saber en lo que te convertiste.

Las mejillas del mayor estaban cubiertas de lágrimas, sus ojos estaba rojos pero su voz era más dura.

—Lo siento, realmente lo siento –dijo Christopher triste por ver a Félix de esa manera.

—¡No quiero tus disculpas! –gritó enojado y empujó con todas sus fuerzas a Christopher—. Vete de aquí, déjame solo.

Dicho esto Christopher sólo asintió y se fue de aquella habitación dejando a su mayor en ella.

Christopher rompió en llanto una vez que estuvo alejado de aquel lugar, recargo su espalda en una gran pared de los pasillos y se dejó caer hasta el suelo.

La historia que había entre Félix y él, no la sabía nadie, ni siquiera Lee MinHo.

𝐀𝐫𝐜𝐡𝐢𝐯𝐨 𝟏𝟐-𝐁: 𝐄𝐥 𝐜𝐚𝐬𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐞𝐞 𝐊𝐧𝐨𝐰 ┋ HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora