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—¿Cómo alguien puede ser tan...alegre?—Hyunjin se recostó a su lado, abrazándolo tímido.

—No sé, me carga ver a las personas animadas.

—A mí igual—Seungmin correspondió al abrazo, dejándose caer en el pecho de su amigo.

Habían decidido cambiar el lugar de reunión por una tarde en un parque, Seungmin llevó unos pasteles y Hyunjin paquetes de papas para pasar el rato mientras conversaban, como solían hacerlo cada día después de clases.

—No debimos venir aquí—Se rieron ruidosos, imitando las risas del joven pecoso que jugaba a unos metros—Es insoportable, prefiero la cafetería.

—Por primavera vez no me importa el ruido ni la cantidad de gente—Seungmin ladeó la cabeza, dándose el lujo de ver directamente a Hyunjin—Estoy contigo, eso hace que las cosas que odio se vuelvan cosas que soporto.

—¿Solo por mí?

—Eres mi amigo, y sorprendentemente me agradas—me agradas mucho, mucho, quiero besarte y derretir mi odio en tus labios.

Seungmin se ruborizó, ocultando la cara en el antebrazo de Hyunjin.

—A veces pienso que somos unos amargados—el de cabellos castaños se acomodó en el césped, sin dejar que el cuerpo de Seungmin cayera al suelo.

—Hyunjin, somos unos amargados—chasquearon la lengua irritados, ese chico de numerosas pecas había pasado corriendo por su lado, persiguiendo a un escandaloso perro.

—¿Te hace sentir mal que nos digan que somos amargados?

—Nop, ¿Y a tí?

—Tampoco—eran honestos, porque no era secreto que las opiniones del resto no alcanzaban a rozarles el corazón, a penas el cerebro (con esfuerzo).

—Puede que suene extraño, pero soy un amargado feliz—Seungmin rompió el abrazo de espaldas, girándose para abrazar de frente al más alto—¿Q-qué?

—No veo lo extraño, ser feliz no debería ser extraño—Seungmin se recargó de forma delicada, oyendo los apresurados latidos de Hyunjin—Mira a tu alrededor, cada uno es feliz a su manera, nosotros igual.

—¿Eres un amargado feliz?

—Cuando me tienes abrazado, por supuesto que sí—sintió el huracán pasar por su estómago, volando los sentidos y razón—Con Jinnie, Seungmin amargado feliz. Sin Jinnie, Seungmin amargado triste.

Hyunjin le dejó en un beso en la punta de la cabeza, diciéndole una y otra vez que era un tonto por depender emocionalmente.

—Es cierto, Hyunjin, haces que el mundo sea menos odiable.

—Basta, me pones nervioso—su amigo cerró los ojos, pasando de un tono rosado a rojo en segundos.

—Solo ábrazame—Hyunjin lo hizo, entregando el cariño a través de susurros avergonzados que confesaban sentir la misma sensación de color cuando se tenían encima, respirando el mismo aire, viendo la misma imagen en blanco y negro que se coloreaba al tenerse mutuamente.

—¡Felix, hermano!—levantaron las cabezas curiosos, descubriendo el nombre del risueño ser que antes corría por el parque como si fuese lo más entretenido.

—¡Hyung!

—¡Felix!—los dos se abrazaron en el camino, rodando por el suelo.

Seungmin volvió a descansar en Hyunjin, la felicidad ajena no le interesaba.

𝐡𝐚𝐭𝐞𝐫𝐬/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora