final

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—Hoy hablé con Jeongin, espero que no te moleste.

—No me molesta—Seungmin cerró las cortinas, girándose sonriente a Hyunjin—¿Por qué me molestaría?

—Bueno, te cae mal—tení un buen punto, pero no mentía cuando decía que no le molestaba el hecho de que conversara con ese chiquillo—No debí ilusionarlo al aceptar la cita, luego la cancelé a última hora y volví a la semana siguiente siendo tu novio, eso fue malvado.

—No te lo voy a negar, fuiste un tonto— Seungmin cerró la puerta y apagó la luz, recostándose cómodo en la cama—No me mires así, es cierto.

—Pensé que me dirías que no me preocupara, o que estarías de mi lado—Hyunjin lo recibió con los brazos abiertos, dándole un beso en la frente.

—Antes de novio, eres mi amigo—iba a ser sincero, Jeongin no le caí bien, parecía fingido y juzgaba en silencio con una sonrisa de superioridad, eso molestaba a Seungmin—Y te equivocaste, cuando a uno le gusta alguien no debemos engañarnos a nosotros mismos y usar al resto para hacer que el otr....¡Deja de besarme, obsesivo!

—Perdón, me desconcentra tu carita preocupada—el pelinegro le dio un leve golpe en el pecho, lamiéndose los labios a gusto de la atención de su novio.

—¿Qué te dijo?—La tarde de películas podría esperar, por mientras disfrutaría de una sesión de afecto corporal con Hyunjin.

—¿Jeongin?—Seungmin asintió—Mh, que podríamos volver a ser amigos, solo que le diera un tiempo—no se oía muy seguro.

—¿Qué crees de eso?

—¿De qué?

—La decisión.

—Siento que no volverá a hablarme—Seungmin se rio, internamente estaba satisfecho con el presentimiento de Hyunjin, le alegraba que el falso de Jeongin no fuese amigo de un angelito inocente como lo era su novio.

—Él se lo pierde, eres un gran amigo—ambos miraron la luz entrar por el orificio de la puerta, el padre de Hyunjin había prendido la luz del pasillo—Vendrá a saludarnos, muévete.

—Eres Kim Seungmin—le miró confundido, debían separarse antes de que el padre de Hyunjin entrara, sería una incómoda explicación—Oye, relájate, mi padre está acostumbrado al verte por aquí

—Sí, pero se preguntará por qué me tienes agarrado de la cintura, es extraño.

—Lo hemos hecho antes.

—¡Cuando éramos niños!—se sonrojó ante la expresión coqueta de Hyunjin, era un descarado—Escucha, tu padre no me cae bien, a tí tampoco te cae bien.

—Le dará un ataque cuando nos besemos—Seungmin lo empujó fuerte—Es broma.

—Tus bromas son aburridas—oyó de fondo unos golpes en la puerta—¡Enseguida!—Miró a Hyunjin antes de levantarse—No quiero que por mi culpa la relación con tu padre se arruine por completo, haremos las cosas con calma.

—Lo sé—Hyunjin sonrió orgulloso, sentádondose en la punta de la cama—solo me gustaría que supiera de inmediato que eres mi novio para que pueda amarte con libertad—Seungmin apoyó la cabeza en la puerta sonriendo, los susurros de Hyunjin detrás le derretían el corazón.

Abrió con una sonrisa gentil, saludando respetuoso al hombre de en frente.

—Buenas tardes, señor Hwang

—Buenas Seungmin, ¿Cómo estás?—Seungmin se hizo a un lado, dejando que el padre de su novio entrara al pequeño lugar seguro que habían formado desde niños, siempre que el padre de Hyunjin entraba se sentía como si un intruso estuviera en medio.

—Bien, gracias.

—Hola papá—Hyunjin le tendió la mano, haciendo una mueca—Llegaste temprano.

—Es viernes, salgo antes—Seungmin reprimió la risa,  de por si era tenso el ambiente como para volverlo cómico—¿Y ustedes?

—Venimos de la escuela, estábamos viendo una película—Seungmin caminó al televisor rápido, se había apagado, así no le iba a creer —Ya terminó.

Seungmin se concentró en conectar la película de nuevo, realmente quería verla. Ignoró la conversación de rutina de los Hwang, más tarde le preguntaría a a Hyunjin qué había pasado. El señor Hwang parecía un hombre decente, siempre estuvo presente en la infancia de Hyunjin como padre, no tenía doble vida, no era infiel ni tampoco maltrataba a su esposa, el problema del padre de Hyunjin era el ser extremadamente desagradable con sus ideales, muy político, tradicional y sobre todo controlador. Cuando supo que a Hyunjin le gustaban los chicos hace un par de años, se volvió como un loco, al tiempo lo aceptó pero dejó inseguridades, complejos y desconfianza en su hijo, además de pensamientos que tardaron años en desaparecer en Hyunjin, ideales que traspasó por la educación, aspectos que desde Seungmin lo conoció los aborreció.

Era divertido decir que a los ocho años cuando se vieron por primera vez en una reunión de lectura de sus madres se odiaron, o bueno, Seungmin lo hizo, Hyunjin estaba más interesado en robar pasteles de la mesita de té.

—Sigan en lo suyo, estaré abajo—el hombre se fue sonriente, silbando relajado por el resto de la casa.

—¿Qué ocurre?—Hyunjin resopló, avanzando derechito a la puerta para volver a ponerle seguro.

—Lo mismo de siempre—Seungmin sonrió, Hyunjin no veía el esfuerzo de su padre en querer entablar una conversación—¿Quieres comer algo? Creo que tengo chocolate en un cajón, espera.

—Hyunjin, ven aquí—llamó a su novio gentil, era primordial que entendiera que a veces el odio no era la mejor vía de escapatoria—Sabes que tu padre lo está intentando.

—Mh

—Es difícil, pero deberías agradecer que no se rindió contigo, él quiere entenderte.

—Tenerlo cerca me intimida—Hyunjin se apoyó en su hombro cansado, le aburría tener que fingir que no tenía problemas paternos. Seungmin sabía más que nadie que tener rencor acababa con el resto de salud mental, no quería ese destino para Hyunjin.

—Quizás lo que te intimida no es él, eres tú mismo—le echó unos mechones hacia atrás, acariciando con amor los cachetes—puede que sientas que volverá a hacerte daño, y eso te convierte en alguien débil de manejar para cualquiera, a todos les pasa.

—¿Es el típico no eres tú, soy yo?—Seungmin sonrió en tristeza, lamentablemente era cierto.

—Siempre somos nosotros los que tenemos la oportunidad de cambiar, no hay por qué esperar algo del otro.

—¿Sabes? No sé qué haría sin tí.

Hyunjin le abrazó riendo, tirándolo a la cama para continuar con los besos inocentes y bromas amargadas fuera de contexto que hacían a Seungmin sonrojarse de vergüenza.

—¿Quieres ir conmigo mañana a la cafetería? Desde hace un tiempo no vamos a quejarnos del mundo.

—Es la mejor cita a la que me han invitado.

Seungmin veía el entorno con más color y dulzura, lo veía con un cariño que se asimilaba a cuando veía los cuadros de acrílico de Hyunjin que colgaban en el salón de arte. Su odio se derretía como un terrón de azúcar en un té, uno que bebía acalorado por la insinuante mirada que su novio le regalaba cuando llevaba su libreta de dibujos y lápices, observando cada parte de su rostro para plasmarla en la hoja.

Con el pasar de los años, a Seungmin le gustaba ve su retrato a manos de Hyunjin, los detalles eran delicados y certeros, no por nada se la pasaba danzando los dedos por su cuerpo cuando estaban a solas, Hyunjin memorizaba con el pulgar el cuerpo que luego recreaba.

Fin.

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gracias por leer esta corta historia<3 haters es mi espíritu, es mi yo interno que odia a medio mundo pero que realmente no lo hace cuando se trata de ayudar a los demás.

por cierto, gracias también por los 700 seguidores 💐

se despide, nene hater.

𝐡𝐚𝐭𝐞𝐫𝐬/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora