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-¿Qué..?- indagó el castaño junto a su acostumbrado semblante de "las cosas como son".
De repente, entre ambos un silencio sepulcral hizo acto de presencia, por lo que sus esferas olivas no tardaron en posarse sobre su esbelto compañero, al cual -como no podía ser de otra forma- descubrió con el rostro aturdido y como medio al borde de sufrir un paro cardio-respiratorio, sin faltarle por supuesto, ese subtono rojizo que siempre le teñía la piel de la cara cada vez que se encontraban a solas.
-....
-¿Qué tiene?- volvió a preguntar, no entendía porqué de repente tenía aquella reacción tan extraña. -Tú me lo hic...
-¡¡¡AAAAAHHHHHH!!!
El pelirrojo no se pudo contener más y largó un chillido repleto de vergüenza y ganas de que Jesucristo se lo llevara ahí mismo, había sido tan dramático que hasta un gallo sin querer se le salió, ¡se rehusaba completamente a creer que al castaño también se le cruzaban esa clase de perversidades por la mente!
No, no, no.
En menos de un pestañeo recogió espantado sus piernas aferrándolas contra su pecho con ambos brazos, no paraba de menear la cabeza de aquí para allá en un obvio gesto de negación.
-¡¿Desde cuándo eres así?!- empezó a regañar el de ojos rubí con la cara en completa consterna, la voz era la más dramática que pudo haber fingido para demostrar su ficticio estado de "deshonra".
Ushijima poca importancia le prestó a sus delirios y continuó manteniendo el silencio, sin dejar de observarle desde su posición junto a un sincero semblante de "No esto. No esto otra vez" plantado en toda la cara. La repentina posesión cristiana en el bloqueador no parecía querer desaparecerse, por lo que, escaso de alguna buena opción, no tuvo de otra más que suspirar y llenarse de la paciencia que estaba requiriendo en esos instantes.
Vaya...
¿Acaso no lo recordaba?
-No lo sé, ¿desde el momento en que empesaste a seducirme, tal vez..?- habló el castaño, contestando sin muchos ánimos su pregunta de hace rato. Su vista se regresó hacia ningún punto importante y por ahí la mantuvo.
El bloqueador pronto detuvo su sermón cristiano, lo observó de reojo y luego escaneó de arriba abajo. Sintió unos pocos escalofríos.
Demonios.
¿Cómo podía refutar eso? Era la pura verdad. Por su culpa Ushijima se había corrompido a tal grado que le ofrecía actividades eróticas y dolorosamente difíciles de rechazar...
-Ahg... ¡Está bien!, ¿sí?. ¡Lo acepto!, me adjudico la culpa en cuanto a ese pequeño detalle... Sin embargo...- Tendou paró un segundo, hizo un puchero y tras replanteárselo mejor, no pudo contenerse una risa y soltó una leve maldición... Pronto sus dedos iniciaron un breve jugueteo nervioso con el borde hecho de madera.
-Tú... B-Bueno, ¿tienes al menos alguna idea de cómo hacerlo..?
Preguntó ronrojado hasta el cuello. No estaba seguro de realmente querer oír la respuesta para esa pregunta, agregándole el hecho de que Ushijima era unos cuantos niveles más puro que él y obviamente no iba a conocer mucho, o prácticamente nada sobre la dichosa actividad.
-No es tan sencillo co...Sus piernas, que de repente fueron haladas hacia abajo por los tobillos volviendo a caer justo como lo habían estado momentos atrás, le hicieron callar el hocico en un santiamén.
-La tengo... - aseveró el capitán.
Sintiéndose algo extrañado por la sorpresiva seguridad que parecía exhibir a voluntad, a Ushijima todavía se le dificultaba comprender por qué la sola idea de mantenerse apartado del pelirrojo le causaba tan importante rechazo.
En eso, se descubrió pensando en lo mucho que anhelaba sentir la sensación que dejaba la cálida piel de su compañero bajo sus manos cada vez que lo tocaba, en consecuencia, el deseo de esto le llevó a comenzar a deslizar con tranquilidad sus manos por sobre las pálidas y delgadas piernas.
-Según el internet- continuó diciendo, sin detener sus movimientos...
-Te haré sexo oral.
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𝐼𝑡'𝑠 𝑀𝑦 𝑆𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡 🌌ᴜˢʰⁱᴛᵉⁿ🌌
Krótkie Opowiadania𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐥 𝐒𝐡𝐢𝐫𝐚𝐭𝐨𝐫𝐢𝐳𝐚𝐰𝐚 𝐯𝐢𝐚𝐣𝐚 𝐚 𝐓𝐨𝐤𝐢𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐩𝐫𝐚́𝐜𝐭𝐢𝐜𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐮𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐦𝐚́𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐝𝐢𝐠𝐢𝐨𝐬𝐚𝐬... 𝐘 𝐓𝐞𝐧𝐝𝐨𝐮 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 �...