my butterfly 🦋 {Larry Stylinson}

Parte 31: (Harry POV)

Harry no sabía que decir. Obviamente le apetecía dormir con Louis, acurrucados en la misma cama, calentitos y juntos. La última vez que habían dormido así Harry no había tenido tantas pesadillas de hecho había sido de sus mejores noches. El problema es que tampoco quería molestar a Louis, por las noches se movía mucho y aunque últimamente hubiera mejorado, tampoco estaba genial.

-¿Seguro que quieres dormir conmigo? Doy patadas. - Dijo el rizado para asegurarse al cien por cien que no iba a molestar al mayor.

- Me da igual. - Respondió Louis mirándolo atentamente, esperando un si por respuesta.

- Y me muevo mucho.

- Podré soportarlo.

- También hablo mientras...

- Por dios Harry. ¿Es que no lo entiendes? Que me da igual todo eso que yo quiero dormir contigo. - Dijo Louis rodando los ojos. Harry sonrió ante la respuesta del mayor lo que hizo que Louis se sonrojara un poco por lo que acababa de afirmar. Seguía mirando a Harry con ojos expectantes, esperando una respuesta. Ya no tenía que pensarlo más. - ¿Y bien?

- Me pido la pared. - Dijo sonriéndole.

La habitación de Louis era grande y su cama directamente proporcional respecto al tamaño. Estaba pegada en una esquina por lo que una parte del mueble coincidía con la pared. A Harry no le gustaba dormir del lado de fuera, el que no tenía pared. Se sentía desprotegido, por eso odiaba las habitaciones con la cama en el centro de la habitación. 

- Genial. ¿Necesitas pijama? - Otra vez el problema del pijama. Con vaqueros no iba a dormir cómodo pero los de Louis seguro que le quedaban enanos. 

- Si tienes unos pantalones que me valgan... - Dijo sin muchas esperanzas de que el mayor encontrara algo para él. A ese chico se le había olvidado pegar el estirón a los catorce. 

- ¿Conoces a mi abuela? Se piensa que cada vez que viene de visita habré crecido veinte metros más y me trae ropa cuatro tayas más grande. - Harry no pudo evitar reírse. - Toma, puedes cambiarte en el baño. - Dijo Louis mientras le alzaba unos pantalones que parecían de la talla de Harry. 

Se veían muy cómodos y eran de algodón. Se los probó en el baño que le había indicado el oijiazul  y pudo comprobar que efectivamente lo eran. Le quedaban holgados, tal y como a Harry le gustaban, no le gustaba la ropa apretada. También le quedaban un poco grandes de más de cintura. Podía ser por dos razones: O el estaba adelgazando o la abuela de Louis era muy optimista respecto a los centímetros que creía que su nieto crecía al año. Tal vez un poco de las dos. 

Al ser algo grandes, los pantalones se le bajaban un poco dejando al descubierto su tatuaje de las hojas de laurel que tapaba la cicatriz que tenía en la cadera. Se bajó la sudadera para taparlo, aunque si elevaba las manos podía verse perfectamente. Tampoco le importaba que la gente lo viera, pero de cerca podía identificarse la cicatriz, eso era lo que quería que no se viera.

Al salir del baño Louis ya estaba metido en su lado de la cama con el teléfono, probablemente estaría hablando con alguno de sus amigos.

- Harry, ¿te puedo hacer una pregunta? - Preguntó al ver al rizado dejando el móvil de lado.

- Claro.- Dijo mientras pasaba por encima de Louis para tumbarse en su lado de la cama, pegadito a la pared.

- ¿Cuántos tatuajes tienes? - Al rizado le sorprendió la pregunta. Obviamente no le molestó que la hiciera pero ¿Cómo sabía Louis que tenía tatuajes si nunca los enseñaba? Frunció el ceño hacia el mayor lo que hizo que este reaccionara. - No hace falta que respondas es solo que el otro día vi las hojas que tienes en la cadera mientras dormías.