Su insistencia me hace dudar.

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La verdad es que siempre me ha llamado la atención conocer a alguien especial, inteligente, cariñoso, que tenga buen sentido del humor, que use empatía, con  buenos temas de conversaciones,   detallista, bueno, visto de esa forma puede parecer que estoy esperando un príncipe azul, pero no, son cosas simples, no estoy pidiendo un hombre rico o una celebridad famosa.

Pero tener suerte en el amor no es de mis cualidades, solo atraigo personas egoístas y manipuladores. Por eso fue que bloquie a aquella personita que después de tanto tiempo comenzó a enviarme mensajes, ¿recuerdan? ya les hablé de él, la verdad es que me hubiera encantado conocerlo mejor, pero no ahora, sino en esa época en la que todos los días yo lo veía, pero el nunca consiguió verme, además las relaciones virtuales no funcionan.

Uno acaba estableciendo vínculos muy estrechos en muy poco tiempo, decimos cosas muy fácilmente que de otra forma nos demoraríaos más o inclusive ni dijéramos, entonces vienen los arrepentimientos o las promesas sin cumplir. Ya me pasó, podría asegurar que establecí un vínculo tan fuerte con esa persona que sufrí más tiempo cuando acabó que el mismo tiempo que todo duró, llegué a desarrollar una dependencia tan grande de ese ser, una necesidad tan grande de recibir sus mensajes, de saber de él.

En el comienzo solo eran reacciones a historias, que luego se convirtieron en comentarios, para llegar a ser mensajes de voz, y finalmente videollamadas, en poco tiempo llegué a sentir que conocía a esa persona de toda la vida. Pasábamos horas conversando desde lo más profundo hasta lo más sublime, nos juramos tanto y nos cumplimos tan poco.

Sabía que  como todo, un día llegaría a su fin, lo que no sabía es que eran esos mismos deseos de estar juntos los que iban a hacer que todo acabara, o bueno en realidad, la frustración de no llevarlos a cabo. Pero aprendí muchas cosas que hasta ese entonces no comprendía.

Por eso me he jurado proteger mi corazoncito y enfocarme en otras cosas, hasta que él sane por completo.

Bueno me imagino que muchos pensarán que estoy actuando mal, que porque tuve una experiencia así no puedo generalzar, y a lo mejor se decepcionaron cuando les dije que lo bloquie, pensaban que sería una historia perfecta de película y yo también, por eso fue que lo decidí así, me ilusiono muy rápido, me invento unas  comedias románticas  con los mejores finales felices que puedan imaginar, y eso amigos míos no es bueno para la salud mental, no al menos para la mía.

Pero como sé que se quedaron con deseos de saber un poquito más de el, les contaré lo que recuerdo. Era dos años mayor que yo, lo que quiere decir que estaba en el último año siempre, no era de los más populares, pero tenía algo que me llamaba mucho la atención: su forma de ser, su mirada; no recuerdo bien, sus gestos, creo que sus ojos eran color miel, pero en esa época usaba unos lentes azules que me hacían imposible mantener la mirada cuando coincidían, tenía cierto misterio que me hubiera encantado decifrar, daba la apariencia de que nada le importaba, pero sé que en el fondo intentaba encajar con los demás, y aunque no  me sé explicar creo que bajo esa fachada se ocultaba un muchacho dulce y cariñoso.

Sin embargo nunca cruzamos media palabra, ni un saludo, nunca nos encontramos doblando una esquina, o se me cayó un libro y él lo recogió. Nunca pasó nada de eso, por más que me hubiera gustado.

Pero el hecho de que yo lo bloquee no quiere decir que el no intentara entrar en contacto conmigo. A los días recibí una solicitud de mensaje, era él desde otro perfil, en esencia me decía que sí se acordaba de mí, que siempre le parecí linda, pero que yo era una niña buena y él no, y nunca se hubiera acercado a mí para no hacerme daño, me dijo también que de aquel muchacho que yo recordaba conocer no quedaba mucho, que habían sucedido varias cosas en su vida que lo habían hecho cambiar y que había madurado bastante, y que aunque no me conocía la imagen que tenía de mí era todo lo que siempre quiso y nunca tuvo. Que era mi derecho no creerle, pero que si yo aceptaba le encantaría ser mi amigo.

La verdad que durante estos últimos tiempos me he sentido muy sola, por otro lado quién soy yo para no creerle y juzgarlo, además; defecto o virtud, siempre saco lo mejor de las personas. Al fin  y al cabo fui yo quien de cierta forma hizo que las cosas sucedieran, ¿qué hago?, igual  no tengo que decidir ahora.

A fin de cuentas  ni siquiera estoy en mi casa, estoy en una cafetería tomándome un jugo de naranja e intentándome recuperar de esa entrevista. Llegaré a la casa, me daré una ducha de agua fría, lavaré mi cabello, me encanta el olor de mi nueva crema para peinar, pocas cosas me relajan tanto, solo así podré poner en orden mis ideas.

Conociendo a Ashley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora