12 | Cualquier cosa es mejor que Rosé ⌫

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A partir de ahí, no podíamos parar. En cuanto llegaban las 8:00 pm ambos estábamos comiendo helado.... Excepto los jueves, no abrían en los vacíos y deprimentes jueves.

¿Problemas? Uno que de nombre tiene Rosé y de apellido Atiende Los Martes.

¿Quién es Rosé? Una de las chicas que trabaja en los helados. Ella coqueteó con Jungwoo cuando fuimos al día siguiente de probarlo.

—¡Oh, Jungwoo! —sonrió mientras corría para abrazarlo con fuerza.

—¡Hey, Rosé! —correspondió.

«¡Oigan, estoy aquí!», dije en mi cabeza.

Sus bobos gestos me convencían cada segundo más de que ella sentía algo. Reía de cualquier cosa que saliera de la boca de Jungwoo y buscaba cualquier excusa para tocarlo, me enloquecía ver cómo tomaba sus mejillas.

—Gracias —fingí una sonrisa cuando en el fondo estaba ardiendo en celos.

Una semana más tarde ni loco estaría dispuesto a pasar por eso de nuevo. La ansiedad me estaba nublando la vista... No literalmente, pero lo estaba. Buscaba cualquier excusa para que no fuéramos por helado ese día.

—¿Por qué no quieres ir? —insistía esperando una respuesta.

—Yo... —Sin soltar su brazo.

«¡Vamos Doyoung, cualquier cosa será mejor que Rosé!».

—¿Tú...?

—Mi garganta está algo irritada... —dejé salir de mis labios.

Jungwoo lanzó una risita. —El helado es bueno para el dolor de garganta, ¿No lo sabías?

Diablos, lo había arruinado de nuevo. El sudor corría en lugar de las ideas hasta que mi cerebro por fin me dió resultados.

—Es que... No hablamos por estar comiendo, y yo quiero platicar, ¿Entiendes...?

Si tuviera que hacer un top de mentiras que he dicho, sin duda esta ganaría el primer lugar.

—Oh... Entonces caminemos —señaló hacia enfrente.

Asentí con timidez. No sé cómo Jungwoo lo conseguía pero siempre había un buen tema de conversación que me hacía olvidar lo callado y aburrido que era, sacaba un lado de mí que ni yo mismo conocía.

—Moraleja: No le des golpes a tus primos si planeas ir al arcade en un lapso de tres semanas —dijo arrepentido—. En fin, cuéntame de tu familia.

—¿Familia? No sé si la llamaría así. Mis padres solo se interesan por mí cuando cometo un error y el resto de mi familia apenas sabe que existo. ¿Cómo son los tuyos?

—Pues... Papá está en coma, mamá tiene dos trabajos, mis primos son golpeables; familia promedio, supongo.

Me detuve. —¿Tu padre está...?

Miró hacia abajo y se quedó en silencio por un corto momento. —Él tuvo un accidente muy fuerte hace seis meses, no ha despertado desde entonces.

—Oh... —puse mi mano en su hombro con lentitud—, lo siento...

—No te disculpes —con una sonrisa algo confusa—, estas cosas pasan y al inicio es muy difícil, pero eventualmente te acostumbras.

—Entiendo... —respondí cabizbajo. Sentí que debía hacer más, pero nunca había estado en una situación así antes. Me tomó un rato pero encontré las palabras escondidas en mi cabeza—. Bu-bueno, no me considero bueno consolando y esas cosas, pero si esto se pone difícil, yo estoy aquí.

Hubo contacto visual por un par de segundos, la sonrisa confusa pasó a simple confusión y después a simple sonrisa. —Gracias.

Volvimos a caminar y a nuestra conversación como si eso no hubiera pasado. No tenía idea de lo cercanos que podían volver un par de palabras a dos personas.

𝗛oliday 🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora