27 | Huída ⌫

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Pasamos unos segundos sin mover ni un músculo. El silencio empezaba a volverse insoportable, y por ello Jungwoo se vio en la obligación de ser la gota que derramara el vaso. Bajó de la cama y con una reverencia se despidió de mí y de Haerim para después salir corriendo de la casa.

—Kim Dong Young... —dijo mamá mientras yo me sentaba en la cama.

—¿Qué? —fingí no estar muriendo por dentro.

—¿Quién es ese chico y por qué estaba aquí?

—Se llama Jungwoo, y yo lo invité.

—¿Con el permiso de...?

—El mío, yo vivo aquí —respondí con arrogancia.

Suspiró en señal de pasivo-agresividad. —No puedes simplemente traer un chico a casa.

—Lo sé.

—¿Entonces por qué lo hiciste?

Me llené de valor y lo dejé salir. —Porque no pienso seguir las reglas de alguien que solo me dirige la palabra cuando hice algo mal.

Bajó la cabeza poniendo su mano en su frente. Le estaba costando creer lo que estaba sucediendo. —Deja de ver a ese chico.

—¡¿Eh?! —Me puse de pie.

—¿Crees que no me doy cuenta? “Iré con un amigo a esto”, “Me quedé con un amigo”, estás haciendo todo esto por ese chico.

—¡Él no tiene nada que ver con esto, el problema son ustedes ignorando por completo mi existencia!

Me dió una cachetada. —¡¿Cómo puedes decir estas cosas? Yo vivo muriendo de preocupación por ti y tú haces esta tontería!

—¡Claro, ahora eres una gran madre que todo el tiempo está pensando en su hijo pero no se toma la molestia de preguntarle cómo está o decirle buenos días por la mañana!

—¡Eso no justifica tus estupideces!

—¡Pues de hecho sí lo hace! —exploté por completo—, ¡llevaba toda mi vida sintiéndome solo porque ustedes eran las únicas personas que conocía y ni siquiera hemos llegado a tener una conversación de más de veinte segundos!

—¡¿Así que haces esto por atención?!

—¡¿Puedes dejar de analizar mis acciones y simplemente escucharme?!

—¡¿Puedes dejar de decir tonterías?!

—¡Te estoy diciendo lo que siento! —rompí en llanto aún mirándola a los ojos.

—¡Y yo te estoy diciendo que estás mal! —dijo sin ningún tipo de sensibilidad—, ¡¿por qué nos haces esto? Traes a un amigo a casa sin nuestro permiso y ahora nos culpas por ello!

—¡Esto dejó de tratarse de eso hace mucho tiempo, y es mi novio!

—¡¿Novio?! —dijo papá llegando a la habitación.

Aún siendo un mar de lágrimas ellos no me escuchaban, lo que me lastimaba más. A este punto ya estaba roto, pero aún tenía un par de cosas más por decir. —Jungwoo... Es alguien bueno para mí, es lo mejor que me ha pasado, y nada de lo que digan me va a alejar de él. Así que, si tengo que elegir entre ustedes o él, me iré ahora mismo.

Haerim me dió un puñetazo en la cara. —¡¿Estás loco?!

«Entonces... Así serán las cosas...».

Desde que empezaron a tirar sermones tomé una mochila, guardé las cosas esenciales, me puse un suéter y salí de ahí. Lo poco que escuché fue suficiente para sentirme como una decepción; estaba tirando todo a la basura por una persona mientras deseaba con todas mis fuerzas que fuera la decisión correcta.

Aún con el miedo de ser una molestia, toqué el timbre de Jungwoo. En cuanto la puerta se abrió le di un abrazo y empecé a llorar, ahora era yo quien lo necesitaba.

𝗛oliday 🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora