I. Preparados para el emperador

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— ¡Hay demasiada gente aquí!

— ¿Qué esperabas?

— ¡Poca gente!

— ¿Por qué? Literalmente es un festival-

— ¡EL EMPERADOR NO ESTÁ EN LOS FESTIVALES!

La mujer da un profundo suspiro, cansada de las respuestas de quién continúa su observación de alrededor. Notablemente preocupado por la cantidad de gente reunida, quienes serán el publico. No muy lejos y directamente hacia donde se presentarán, está el enorme trono con dragones de oro decorativos. El asiento por sí mismo luce intimidante y por ello, está asustado de cómo será quien se siente en él.

— ¡Hoseok! ¡¿Ya acabaste de arreglarte?!

— ¡SÍ YA LO HICE!

—Déjalo, está ahogándose en un vaso de agua de nuevo. Si no, no sería Hoseok con todas las letras.

Hace puchero y vuelve la atención afuera ¿Cómo le piden que esté tranquilo? Harán un espectáculo frente al emperador de Corea. El gran y temido emperador de Corea. Algunos lo llaman el emperador loco, otros el emperador asesino, demente, corazón de hielo, príncipe maldito y un largo etc. Está genuinamente asustado de esto. Pensó que sería una parada como cualquier otra que han hecho. Son artistas ambulantes. Van de pueblo en pueblo dando espectáculos y quedándose con lo que sea que el pueblo en cuestión quiera darles. Comida, dinero, ropa, todo es bien recibido a cambio de darles un tiempo de entretenimiento.

Eso los hace felices. Es extraño y lo admiten, pero así de simples son sus preocupaciones en la vida. Por no mencionar que con la guerra que hubo, las personas necesitan más motivos para pensar en otras cosas, ser felices, sonreír así sea por las tres o cuatro horas que dura el espectáculo. Si salió bien, será mucho más tiempo.

Corea es un imperio que apenas se compone gracias a su nuevo gobernante, pero el hombre es tan... raro. Los rumores dicen que no sangra, que nunca sonríe, que ni siquiera tiene corazón en su pecho. Con semejante preámbulo, se puede entender muy bien por qué Hoseok está tan nervioso ¿Qué si lo hacen enojar? ¿Qué si no le gusta lo que hacen y los manda a echar? Es un hombre voluble. Explota a la más mínima y hay cabezas decapitadas adornando postes cerca de su palacio imperial ¿La razón? Que todos vean lo que significa ser un traidor o hacerlo rabiar.

Hoseok aprecia su cabeza en su lugar.

Y sin cuervos merodeando.

—Tranquilo. Es imposible que no le guste—afirma la mujer a su lado, llamada Jihyo—. Y hasta donde he sabido, no ha habido muertos por presentar un espectáculo que no le agrade. —Añade risueña y Hoseok da un chillido con los labios apretados, su cabello negro y peinado con esmero funciona para ver sus venas hinchadas.

— ¿Y si no le gusta? ¿Y si nos manda a castigar? ¿Y si me vuelve piedra con la mirada? —lloriquea Hoseok y Jihyo le palmea la espalda.

—Es solo una persona y si eso pasara, el lado bueno es que serás piedra valiosa.

— ¡ESO NO ME ANIMA!

~ * * * ~

Los murmullos de la gente se callan por completo cuando un par de caballos llegan, escolta del carro donde se ve bajar a dos personas. El primero usa un hanbok rosa, larga cabellera semi suelta de color negro azulino con trenzas y dwikkoji decorativos en los mismos tonos. Este hace una reverencia leve a quien baja de segundo del carro. La gente no demora en arrodillarse y bajar del todo la cabeza.

—Si supieran que no hace falta tanto alboroto—dice en voz baja el de hanbok rosa—. O ¿Te empieza a gustar que esto suceda, mi señor? Dejó su gat en el asiento.

Jade Princes | Yoonseok/YoonKook || BOOK 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora