Jade Princes | Yoonseok/YoonKook || BOOK 1#

II. Mientras los demás miran

—Ya van a empezar. Creo.

—Lo harán cuando el emperador llegue.

— ¿Estás seguro de que esto es buena idea?

Da una risa despectiva y descruza los brazos para caminar escaleras abajo. Ve a sus subordinados acomodar cargas de pólvora y fuegos artificiales. Se echa el cabello atrás y arruga la cara por haberse frotado accidentalmente la cicatriz en el rostro. Se detiene y apoya en el marco de una ventana.

Gente incauta que solo esperan a que los artistas ambulantes inicien su espectáculo. Despreocupados y como si nada sucediera. Lo irrita. Se nota que son la capital y que nada más debe ser un problema en sus vidas. Resopla y sacude la mano por una polilla que lo viene a fastidiar.

Murmura en voz baja lo que harán: encenderán los fuegos artificiales de este edificio, luego los que colocaron en la edificación de enfrente y que conecta con todo el círculo subterráneo. Podrá ser la capital, pero fue fácil hacer todo eso. Incluso deshacerse de los dueños de esos lugares. Todos son tan descuidados. Sin dejar de contar al mismísimo emperador.

Que vendrá aquí solo para disfrutar un show. El tipo más raro que pueda existir en el planeta.

—Yoongi—Entorna la mirada a quien lo llama, un hombre llamada Sangwoo—. ¿Estás seguro de que esto funcionará? De que será una ganancia quiero decir.

— ¿Qué te hace pensar que no lo será? —replica Yoongi en contra con mala cara. Hastiada e impaciente.

—Estaremos haciendo un ataque frente al emperador y quizá sus dos perros más fieles—Empieza a decir y Yoongi deja de prestar atención. Dormido con los ojos abiertos—. Con mucha gente entre medio. Nunca hemos hecho algo así de grande y gastamos muchos recursos en el proce-

— ¿Desde cuándo te importa una mierda cuanto gastemos o dejemos de gastar? —farfulla entre dientes y el otro se encoge intimidado—. Después de todo—Atrapa la polilla que sigue molestando. Sus ojos brillan momentáneamente y al abrir la palma, la polilla está petrificada con una coloración verdosa—. Yo soy quien sustenta todo lo que se hace.

—L-lo sé. Lo sé—Yoongi le tira la polilla y la ataja apenas—. Es que esta vez es muchísimo más peligroso. Es asaltar al emperador en persona y discúlpame por apreciar mi cabeza donde está.

— ¿No tienes un maldito dragón de aire? Huyes, imbécil, en lugar de dejar que te atrapen—Sangwoo frunce los labios—. O es tan patéticamente débil que no puedes hacer nada con él. —burla Yoongi.

Sangwoo chasquea la lengua y se marcha. Yoongi nota que el emperador ya llegó y con él sus dos usuales compañías. Namjoon el consejero y Jungkook el general de la guardia. Sabe que Namjoon tiene un dragón de... ¿Algo? Nunca recuerda quees, pero no escupe fuego y le basta. No será una amenaza. De Jungkook nadie sabe a ciencia cierta si tiene un dragón o no. Según las malas lenguas, no lo tiene y por el contrario, está en ese puesto por puro favoritismo del emperador Agust. Es un puesto que exige tener un dragón. Es demasiado importante.

Los dragones son, aún ahora tras muchos siglos, un aspecto humano sin razón aparente. Algunos tienen uno, otros no; son llamados manifestaciones del alma, escondidos en el ser y que surge cuando se le pide o necesite. Yoongi duda muchísimo que semejante cursilería sea cierta ¿Poderes por qué? ¿Por qué naciste milagrosamente con un alma capaz de escupir y controlar el fuego? ¿Abrir la tierra? ¿Hacer florecer plantas? Es ridículo. Aunque no tiene otra explicación, está abierto a alguna más realista.

Una donde su extraño dragón, haga sentido. Tan raro como la existencia misma. Mientras otros tienen dragones de fuego, aire, fango, hielo y electricidad, Yoongi tiene un dragón de jade. Es capaz de producir cuanto jade le plazca o soporte. Tras cierto límite, empieza a convertirse a sí mismo en eso: jade. Sin embargo, lo tiene bastante practicado. Puede convertir hasta cien kilos de roca en jade antes de desmayarse, de ahí vive su grupo. Por sus limitaciones roban y estafan a otros. Así solventan.