5.

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[Mundo normal]

Naegi estaba totalmente tranquilo en su casa, no tenía deberes que hacer, ni si quiera tarea o proyectos de parte de la preparatoria, era un día para relajarse.

...Hasta que sonó el timbre, realmente no tenían visitas planeadas ¿Quién podría ser? Ni idea, pero el castaño bajó las escaleras con pesadez, algo desinteresado.

De repente, al cruzar miradas con quien estaba en la puerta, su amado Togami, se acercó con felicidad a abrazarlo, este correspondió inmediatamente.

- Pues...mi familia salió de casa, y yo no tengo nada en mente ya que no esperaba tu visista ¿tienes sugerencias? -Dijo el más bajo encogiéndose de hombros.

-Bien, quiero hacer algo que he estado deseando hace tiempo.- Dijo el más alto con una sonrisa pícara, el menor asintió con felicidad incapaz de captar la sucia indirecta.

-¡Claro Togami-kun, haré lo que tu pidas!- Grave error, pero el aún no tenía nada de que arrepentirse, o eso creía.

-Vamos a tu cuarto.- Ordenó firmemente- Sip, vamos, por aquí.-

Subieron las escaleras hasta el cuarto del castaño, quien inocentemente se sentó en la orilla de su cama.

Se comenzó a acercar a él, se arrodilló frente al castaño y lo besó, segundos después se volvió más caliente, más humedo. Una erección ya se estaba haciendo presente en los pantalones del más bajo, comenzando a quejarse.

El rubio lo notó y quitó sus pantalones y boxers, puso su mano en su miembro frotándolo de arriba a abajo, provocándole gemidos, jadeos y suspiros al contrario.

El castaño puso una mano sobre su boca para callar sus sonidos obscenos lo más que pudiera, mientras con la otra acariciaba su pecho, dándose el doble de placer.

Naegi se corrió en la mano del rubio soltando jadeos.

-P-perdón...- Alcanzó a decir entre los continuos jadeos que soltaba de su boca, ahora que se quitó la mano de ahí y uso su otra mano para limpiarse el sudor de su frente.

El rubio limpió su mano con una hoja de papel que encontró por ahí.

- Oye...déjame ver la hoja con la que te limpiaste. - Pidió el castaño con una duda que el de lentes no comprendió, pero aún así le entregó la hoja.

- ¡Idiota! - Gritó el más bajo repentinamente, lo cual sorprendió al rubio.

- ¿Por qué me gritas? - El de lentes protestó molesto, pues acababa de hacer cosas que jamás imaginó hacerle a nadie y ahora lo regañaban.

- ¡Esta es mi tarea de historia y ahora está llena de tu...semen! - El castaño le gritó en pánico visible, y en el momento que el rubio escuchó eso también entró en pánico, pero no se notaba tanto.

- Ugh...ahora no tengo cabeza para pensar, pero te juro que voy a hacerte la tarea después ¿está bien? - Propuso el rubio, dándole un beso en la frente al castaño, quien seguía un poco molesto pero aceptó al final.

under the effects of erotism; naegami.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora