under the effects of erotism; naegami.

7.

[In-Game, continuación del capítulo anterior]

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Después de haber masturbado al rubio, el castaño intentó buscar al rubio, pero no sabía donde estaba su cara exactamente, el de lentes lo entendió y lo recostó sobre su cama, le otorgó un beso húmedo, al momento en el que el más bajo dejó escapar un gemido el rubio aprovechó para meter su lengua y explorar su boca.

Mientras se besaban sus miembros hacían fricción lo cual hizo que ambos cerraran los ojos y el de menor estatura lagrimeaba débilmente, esa noche sería larga pero placentera.

El rubio atrevidamente metió uno de sus dedos en la entrada del castaño, moviéndolo en círculos y secretamente deseando que ese dedo fuera su miembro. El más bajo se movía como una inquieto ante la repentina sensación en su ano, estaba bastante excitado y solo podía pensar en cómo iba a aguantar hasta que se les pasara el efecto del afrodisiáco, en lo que pensaba en eso, otro dedo se adentró en él, soltó un quejido agudo y sollozó, aquel "experimento" de Monokuma le había robado su virginidad.

- Ugh! Byakuya-kun~ ¡Más rápido! -

Llegó un punto en el que yacían tres dedos del rubio dentro de él, en ese rato el de lentes le quitó la venda de los ojos, cuando se acostumbró de nuevo a la luz el de lentes no hizo esperar y besó de una manera hambrienta y desesperada mientras simulaba embestidas con sus dedos, sus miembros seguían frotándose el uno con el otro, así que el castaño no podía parar de sollozar de placer al ser estimulado de tres lados al mismo tiempo.

El rubio antes de correrse comenzó a darle lamidas al cuello del más bajo, succionaba en algunas partes marcándolo, hasta que se aproximó a su hombro y lo mordió, al mismo tiempo ambos se corrieron y el grito del castaño se escuchó más, pues al sentir la mordida del de lentes lagrimeó de dolor.

- Mnh...y-ya, ya no puedo máas...estoy exhausto. - El más bajo habló como pudo entre los suspiros finales para poder respirar adecuadamente, sus piernas temblaban sin control.

El rubio acomodó su cabello y ayudó al castaño a acostarse de manera cómoda en su cama, fue por toallas húmedas y lo limpió y de paso a él también.

- ¿Qué seremos ahora? - Preguntó el rubio, sintiendo que ya era momento de preguntar, ya que no eran tan cercanos y tampoco podías actuar normal, como si fueran compañeron sexuales.

- Quizás...podríamos conocernos mejor, y en algún momento si tú quieres ser pareja. - Luego de decir eso el de ojos verdes bostezó, así que el rubio se fue y apagó la luz, para que segundos después de acurrucarse con el de menor estatura se quedaron profundamente dormidos.