Capítulo Once

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"Debes detenerlo, 'Ki" Natsuki aún recordaba las palabras que esa persona le había dicho cuando se desmayó. Y aun después de despertar, no tenía idea de a que se refería con eso, pero sí sabía sobre quien hablaba.

Abrió los ojos y suspiró al observar a su alrededor, sin saber como había llegado a ese lugar. Lo último que recordaba era estar al lado de Mitsuya, para seguido de eso desmayarse y ahora estaba en una lujosa habitación.

Sabía donde estaba, el estilo de la habitación se lo dejaba claro. "Puedes hacerlo, 'Ki. Eres fuerte"

¿Estaba volviendo a alucinar? ¿Su hora estaba llegando? No entendía porque ellos la visitaban, es decir, no le disgustaba, pero una explicación siempre era bien recibida.

─Yagami-sama, han venido a visitarla. ¿Desea que pasen? ─tocaron la puerta. Natsuki rodó los ojos antes de levantarse de la cama.

Abrió la puerta y el empleado agachó la cabeza al instante. Natsuki bufó antes de erguirlo, tomandolo por el hombro─. No hagas eso, y no me llames así. Soy Natsuki, solo eso, además, ya me voy así que los... "invitados" tampoco se quedarán.

─Pero su madre prohíbio que salga del recinto.

─Está bien, ya hablé con ella ─sonrió lo más falsamente que pudo antes de caminar fuera de la escena. 

No había pasado más de un día de su cirugía, por lo que para llegar hasta el salón, tuvo que sostenerse de las paredes y apretar los labios con fuerza.

Traía puesto un pijama de seda color azul oscuro, y por alguna razón sabía que su madre lo había elegido. Ella era una loca perfeccionista. Natsuki no lo entendía, pero tampoco se quejaba mientras no la involucrara.

Suerte que ella no había salido así.

─Takemicchi, ¡mira!

─¡Oh! 

─¿Quieren comportarse? ─Natsuki sonrió ligeramente al escuchar esa voz. Dios, como lo había extrañado. 

─Nee, Ken-chin, se me acabaron los dulces.

─Ah... ¿Qué hacen aquí? 

Natsuki se apoyó contra la columna que separaba el salón del pasillo y observó a los "invitados". Estos, rapidamente y, algo asustados alzaron la mirada y sonrieron al notar que solo era Natsuki.

─¡Estás viva! ─Chifuyu fue el primero en reaccionar.

─¿Por qué no lo estaría? ─avanzó un poco más, y al ya no tener pared en donde apoyarse, empezó a cojear hasta llegar al sillón. Cuando se sentó, soltó un suspiro de cansancio. Vaya, nunca pensó que le costaría tanto estar de pie, y eso que hace solo unas horas estaba dando vueltas por el aire.

La vida si que era extraña.

─Pues escupías bastante sangre, y luego te desmayaste ─mientras que los demás, curiosamente todos los rubios, se sentaron frente a ella, Mitsuya se sentó a su lado, sin miedo o precaución.

─¿Y crees que iba a morir por eso? ─bufó, logrando que Chifuyu apretara los labios con vergüenza antes de que girara el rostro hacia otro lado.

─Pues parecía que sí.

─Nos asustaste, Nat' ─Natsuki miró a Mitsuya un segundo, antes de relamer sus labios con pena. 

─Pero ya estoy bien, y ¿cómo se enteraron que estaba aquí? ─todos abrieron la boca al mismo tiempo, con ganas de responder a tan ansiada pregunta, pero alguien más les ganó.

La voz de Hanae no se hizo de esperar, y Natsuki apretó los dientes al segundo─. Yo les dije.

Mitsuya, notando la actitud tensa de Natsuki, colocó una mano sobre su muslo y lo acarició con lentitud. 

𝔹𝕣𝕦𝕥𝕒𝕝 𝕃𝕠𝕧𝕖 | 𝐓𝐚𝐤𝐚𝐬𝐡𝐢 𝐌𝐢𝐭𝐬𝐮𝐲𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora