Muchas personas conocían a Natsuki, la veían diariamente e interuactaban con ella con facilidad. A pesar de que la azabache no fuera alguien muy abierta, había momentos en los que se podía notar un brillo en ella, diversión, chistes algo complejos, y al final, luz.
Luz, a su manera. Aunque también estaba llena de inseguridades, penas, y dolor, pero esa parte no la mostraba a todo el mundo y en todo momento. Solo aquellos que la habían visto, podían decir que la conocían un poco más.
Ya que, nadie, absolutamente nadie, conocía completamente a Natsuki.
Desde siempre había habido una parte dentro de ella que era cruel, egoísta, despiada, no le importaba nada. Solo era un espacio negro que ocupaba parte de su cerebro. Estaba tan dentro de ella, que ni la misma Natsuki terminaba de comprenderla.
Pero la entendía, y la podía sentir. Escuchaba los pensamientos que no eran correctos, que no poensaría usualmente. Podía sentir esa indeferencia en algunos momentos, pero no algo normal que era común en una parte de todos.
Iba mucho más allá.
Como si pudiera matar a alguien con sus propias manos, y estuviera segura que no le importaría. Eso no es algo que Natsuki normalmente sentiría, y por eso estaba asustada. Siempre lo había estado, pues esa parte había estado con ella desde que nació.
Cuando una pequeña ardilla murió frente a sus ojos, y solo apartó el cuerpo del camino. Cuando golpeaba a niños en la Escuela, sin que nadie lo notara, y luego los obligaba a no decir nada. Cuando odiaba tan profundamente a su madre, que sostuvo con fuerza un cuchillo entre sus dedos, dudando en usarlo.
Sí, nadie conocía esa parte de Natsuki. Y últimamente, parecía haberse quedado más tranquila, más callada, como si simplemente hubiera desaparecido, junto a ella todas las voces de sus seres queridos, y ya no había oscuridad en esa parte de ella.
Oh, vaya... cuan equivocada estaba.
─Desearía haberle pedido una copia de la foto a Takemichi ─murmuró Natsuki, jugando con una aguja entre sus dedos.
Chifuyu la miró con susto─. Te vas a cortar.
─No ─contradijo, antes de darle la vuelta en uno de sus dedos para finalmente colocarla en la jeringa correspondiente, y devolverla al mostrador.
─Puedes pedirle una al Takemicchi de ahora ─recordó, y Natsuki alzó las cejas mientras relamía sus labios al recordar.
─¿Es diferente? El Takemichi de ahora con el que conocemos.
─Sí... un poco, se nota la diferencia ─volteó los ojos, pensando─. El Takemicchi que conocemos parece un poco más maduro.
─Debería, ¿no? Tiene como veinte y tantos ─frunció el ceño, hasta que recostó la cabeza con la frente contra el vidrio─. Ah... todo es más calmado ahora que regresó al futuro.
─Más ya que Kisaki se ha ido, junto con toda su banda ─sonrió, con burla, y Natsuki bufó.
─El tal Hanma... sí sabía como dar pelea.
─Sabía que eres fuerte, pero no sabía que peleabas tan bien.
Natsuki sonrió ligeramente─. ¿Crees que hacía junto a Mikey y Baji?
─¿Ellos te enseñaron a pelear? ─abrió los ojos, sorprendido.
─Un poco, en parte, lo demás lo aprendí por... ─murmuró, dudando al final. No lo sabía, no lo recordaba. ¿Había sido esa parte desconocida de ella?─. Instinto.
─Ya... ─la miró con los ojos entrecerrados.
─En serio.
En parte, suponía Natsuki ya que recordaba haber enfrentado a algunas personas de "pandillas" cuando aún vivía con su hermana en lo profundo de la ciudad. Pero, los había vencido y ya, luego de eso, empezó a entrenar.
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𝔹𝕣𝕦𝕥𝕒𝕝 𝕃𝕠𝕧𝕖 | 𝐓𝐚𝐤𝐚𝐬𝐡𝐢 𝐌𝐢𝐭𝐬𝐮𝐲𝐚
Fanfic¿Qué hay entre el Amor y la Paz? Él tiene mucho amor que dar. Ella no sabe lo que es la paz, o al menos, la paz interna. La Felicidad. Han pasado muchos años, desde los que ella no es feliz. Pero él... él puede cambiar eso, o al menos, puede intente...