IV

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  -Damiano déjame. –me zafo de su agarre poniendo cara de odio-.

  -No grites. O vuelvo a hacer lo mismo.

  Oh, aquí vamos de nuevo.

  -La que está al mando aquí soy yo, no tú, así que cállate. –menciono entrecerrando mis ojos al mismo tiempo que intento aguantar la risa-. Ese es mi chocolate preferido.

  -¿Lo dices en serio? –me observa sorprendido mientras gesticula una sonrisa-.

  -Sí. Me trae demasiados recuerdos.

  -¿Tu infancia? –pregunta algo confundido-.

  -No, siendo honesta no. –muerdo mi labio inferior nuevamente, mientras analizo cómo explicar lo sucedido-.

       Ha transcurrido un tiempo acerca del suceso de mi ex que me marcó la vida, y aún me encontraba incapaz de hablar de ello.

    -¿Entonces?

  -No creo que sea bueno hablar de esto.

  -¿Por qué no? –dice removiéndose en la cama, para poder acomodar-se-.

       Me paro rápidamente de la silla y comienzo a caminar por la habitación de un lado a otro. Aún no me siento ni un poco preparada para hablar de todo lo que ha acontecido en cuanto a mi vida amorosa. Puede que haya individuos para los cuales eso o una experiencia así, signifique otra mancha oscura más en su historial, pero no es mi caso. Las cosas no habían ido bien, y cuando comencé a sentirme a gusto con esa relación, me rompieron el corazón como nunca antes. No me quedan dudas de que hasta incluso lo hubieran masticado y escupido si eso hubiera sido posible. Me siento dolida. Personalmente son los hechos de esta índole los que me dejan atrapada en un círculo vicioso del que no logro salir nunca. Desde entonces, desde que esa vez me decepcioné, he prometido fervientemente no acercarme demasiado, ni mucho menos enamorarme. Siento que enamorarse de alguien, es hacer que ese susodicho te tenga a sus pies y quién dice a sus pies, también puede decir en sus manos. Pasas de ser la persona más in-dependiente, a ser la persona más vulnerable y manipulable del universo. Dejar que entren a tu vida, es darle el control a otro ser humano para que toque, analice, vea y se entere de muchos aspectos que te provocan dolor, felicidad o por qué no, esos que te avergüenzan.

       Apuesto a que si me pidieran que describiera qué es el amor para mí, desenvolvería un pergamino interminable de razones que me hacen creer que es un asco.

       Lo peor es que justo por ese joven que está adelante mío, ese de ca-bellos oscuros, rasgos tan particulares, ojos oscuros y dueño de esa mirada penetrante y cautivadora, estoy empezando a sentirme embriagada por sentimientos que se asemejan a una especie de afecto.

  -¿Pasa algo? –indaga desconcertado por mi reacción-.

  -No, no. –finjo una leve sonrisa-. Damiano no me has contado nada acerca de ti. Es decir, solo sé que te llamas Damiano y que eres tan terco que te has dado un buen golpe en la cabeza –una vez más intento no soltar la carcajada ahí mismo-.

  -¿Qué clase de atención se supone que tienen en este hospital? –menciona divertido-. Bien, pero qué ¿acaso ya te vas? Te has queda-do parada así como si nada en ese rincón. ¿Por qué no te acercas?

  -¿Eh?-

       Prefiero o me gustaría hacerte saber que prefiero guardar distancia, no voy a volver a acercarme a nadie. Menos a ti que ni siquiera te conozco.

       Pese a mis contradicciones, inseguridades me paro al lado de la cama, cruzo mis brazos y finjo una cara de fastidio que consigue que él vuelva a reír.

       Estoy preparada para decir que ya es hora de señalar y/o apuntalar que nuestra relación de ayer a hoy, ha cambiado por completo. No en-tiendo qué ha sucedido. De pronto da la sensación de que me encuentro hablando con una persona completamente diferente a la que me crucé antes.

  -¿Vas a contarme? Larga la información pues. –agito una de mis ma-nos indicando que se apurara-.

  -Soy el vocalista de una banda llamada Måneskin. No tengo demasiado para contar.

  -Vaya, qué vida interesante la tuya. ¿Llevas una vida mucho más productiva que la mía y solo me sales con una miserable oración? –niego con la cabeza-.

  -Bueno –comenta rodando su vista-, solemos tocar en las calles. Hay un grupo de personas que siempre nos sigue a donde sea que vaya-mos. Estoy seguro de que ellos son nuestros fans. –señala con total ímpetu y un aire de grandeza que puede percibirse desde más o me-nos la estratósfera-.

  -Oh. ¿De verdad? –llevo mis manos a mi rostro y aparento sorpresa-. Eso quiere decir que estoy con un famoso. –comienzo a echarme viento con mis manos como si estuviera hiperventilando-. Cuando puedas nos sacamos una foto juntos, para que pueda subirla a Instagram y presumírsela a mis seguidores. –finalizo robándole de pronto una sonrisa-.

-Cuando quieras. Deja que vea mi agenda, que seguro está bastante ocupada-. replica mientras su celular comienza a sonar-.

  -Atiende Damiano. Tu club de fans te necesita. –menciono mientras seguidamente levanto una de mis manos y lo saludo a modo de des-pedida, para poder retirarme de la habitación.-

  Vaya día, ha sido una sorpresa. Por lo menos no me crucé con el infierno que tenía en mente.

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[859 palabras]

Buenas. ¿Cómo están? Espero que estén teniendo una buena mitad de semana. 

Antes de decir otras cosas, quiero agradecerles por sus votos, comentarios y por supuesto por leer. Esta semana he estado bastante decaída y también bastante ocupada con mis estudios, así que ver todo el cariño que le están brindando a esta historia, ha sido un buen motivo para que me alegrara. Aún no puedo creer de que esto ha superado las 100 leídas. Miles de gracias por eso. 

Por otra parte, estuve haciendo algunos cambios en los capítulos anteriores, pero no en cuanto a contenido, sino que en cuanto a forma de escribir. En un inicio, comencé a escribir todo en tiempo pasado, así que viendo eso, decidí cambiar todo a tiempo "presente" porque eso me ayuda a inspirarme y a escribir con mucha más facilidad. Tomé esa decisión luego de estar leyendo otras historias de Wattpad, porque soy bastante nueva en esto, y porque como todo, esto de la escritura significa un aprendizaje constante. 

Sin más que decir, me despido con mucho cariño de ustedes.

Nos leemos luego.

                                                                            ¡Saludos!

                                                                                                    Victoria.

LOVE, DON'T BREAK ME || Damiano DavidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora