LOVE, DON'T BREAK ME || Damiano David

XII

ALANNA

       Después de largar aquella carcajada, tapo rápidamente mi cara con mis manos. Lo que menos quiero es que ese joven al que acabo de conocer, se enfade conmigo. A los segundos, Victoria y el tal Ethan comienzan a reír también, lo que me hace sentir que todo lo que he pensado anteriormente, ha sido una pavada. Ellos no se han enojado, y saber eso, de algún modo me tranquiliza.

  -¿Bajas a almorzar? -pregunta Ethan-.

  -Sí, muero de hambre, así que mejor vámonos ya mismo. 

  -Por cierto, creo que no nos hemos conocido del mejor modo. Vic, ni siquiera nos ha presentado. 

  -Porque no creo que haga falta tanta formalidad Ethan -acota la rubia, mientras rueda los ojos-.

  -Mi nombre es Ethan -dice extendiendo una de sus manos-.

  -Dios Ethan, no puede ser posible. Parece que aún vives en el 1800 -Victoria lleva una de sus manos a su cara fastidiada, y comienza a caminar por el pasillo, dejándonos solos a Ethan y a mí-.

  -Mi nombre es Alanna -sujeto su mano-. Es un gusto conocerte Ethan. 

       Comenzamos el paseo por el largo corredor del hotel, mientras continuamos con una animada charla. Victoria va un par de metros más adelante, y a las leguas puede verse que sigue un poco "indignada" con Ethan por ser una especie chapada a la antigua. Pese a eso, a mi no me molesta en absoluto. Siendo honesta, a veces ni siquiera logro adaptarme a las situaciones o formalidades modernas, así que yo también puedo ser un poco como Ethan. 

       Victoria que va adelante nuestro, se encarga de preguntarle a un joven cómo debía hacer para llegar al comedor, y luego de captar sus indicaciones y agradecer, sigue su camino. Nosotros vamos detrás de ella a paso apresurado, porque el estómago ya casi nos ruge de una manera insoportable. 

       Bajamos un par de escaleras, y un centenar de mesas se hacen presentes en un salón enorme. Deslumbrada observo cada uno de los enormes ventanales que decoran el lugar, y dan paso a la claridad de ese sol radiante que acompaña el día. 

       A lo lejos, un joven de pelo castaño claro le hace señas a Victoria, para que ella lo viera y fuera a sentarse a ese lugar. Hace su recorrido a la par nuestra, y aún sigo sin entender porqué estoy siguiendo el mismo camino que ellos. El hecho de que hayamos hablado hace unos minutos, no significa que vayan a dejar que me siente con ellos ¿no?

       Ethan le da una palmada en el hombro al castaño a modo de saludo, y se sienta a su lado. Victoria se sienta enfrente de Ethan y seguido de esa acción, noto que solo queda una silla disponible, cosa que vuelve a marcar que yo no debería estar en este lugar. 

  -¿Alanna? -menciona Victoria-.

  -¿Si? 

  -Siéntate si quieres -indico con una leve sonrisa-. Tenemos que charlar acerca de las clases de baile que vas a darnos -prosigue riendo-.

  -Gracias -respondo tomando asiento a su lado-. Voy a tener que decir cuánto les cobro. Además, tengo que revisar mi agenda, porque ya sabes... llevo una vida bastante ocupada. 

  -Uy ¿eso significa que hay que pedir turno por adelantado? -cuestiona el castaño-.

  -Algo así, quién sabe. 

  -¿Qué ha sucedido con Damiano? -pregunta Ethan y tras eso decide beber un poco de agua de su copa-.

  -Se ha quedado durmiendo demás. Ya sabes por el viaje y eso... Además estuvo hablando por teléfono, ni idea con quién -el castaño se encoge de hombros-. 

  -Es obvio con quién Thomas -acota la rubia-. 

  -Sí, tienes razón. ¿Así que bailas? -pregunta Thomas dirigiéndose a mi-.

  -Sí, algo así. 

  -¿Cómo que algo así? 

  -Sí, es decir. Hace un tiempo no lo hago, así que me ha parecido una gran locura que me llamaran para formar parte de este evento. 

  -¿Tuviste alguna lesión y por eso dejaste de bailar por un tiempo? -indaga Ethan-.

  -No, no realmente. Digamos que debido a mis estudios. Ya casi no me quedaba tiempo, así que simplemente opté por dejarlo de lado. Es decir, necesitaba encontrar algo de lo que pudiera trabajar y demás, y siendo honesta, es muy difícil dedicarte a algo relacionado al arte.

  -¿Y qué estudiabas? O ¿de qué trabajas? 

  -Trabajo en un hospital, soy enfermera. -comento-.

  -Es estupendo eso. Realmente tienes que amar esa profesión. -menciona Ethan-.

  -Sí. Puedo decir que es un trabajo que me gusta demasiado, pese a que requiere de paciencia y dedicación. Siempre intento dar lo mejor de mí misma en lo que hago. Ahora bien -menciono dando un leve aplauso- creo que ya he hablado demasiado acerca de mi vida. ¿Qué hay de ustedes? ¿De dónde son?

  -Italia -responde Thomas-.

  -Uy, he escuchado muchas cosas acerca de ustedes. 

  -¿En serio? 

  -Sí. En realidad del vocalista... 

  -¿Lo conoces? -cuestiona la rubia-.

  -No, pero hay un par de bailarinas que sí que lo conocen bien. Durante todo el viaje, estuvieron hablando de lo lindo que era, y demás. 

  -Otras que cayeron en los encantos de Dam -agrega Ethan-.

  -Igual toda esa situación me causó mucha gracia, porque todas actuaban desesperadas.-

  A tal punto de que realizaban apuestas sobre quién iba a ligárselo primero. 

  Largo una carcajada.

  -Ese chico es todo un rompecorazones -dice Victoria, ocasionando que todos nos echemos a reír-.

  -A ver, a ver. Me gustaría que las cosas fueran distintas, pero en vista de que él no está. ¿No tienen una foto como para verlo? De golpe me ha entrado la curiosidad, y necesito saber de quién hablamos. 

  -Deja que busco una foto en donde todos salgamos bonitos y decentes -agrega Thomas-.

     Después de unos segundos, el castaño me pasa su teléfono y justo cuando me dispongo a dirigir mi vista a la imagen, la acción se ve interrumpida por una voz muy particular. 

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[950 palabras]

¡Buen día!

¿Cómo están? Espero que estén muy bien.

Paso rápido a dejarles este nuevo capítulo. Por cierto, me ha divertido mucho escribirlo, porque siento que la historia va tomando rumbo. Estoy un poco ansiosa, porque ya tengo ideas que no puedo esperar a publicar acá. Si fuera por mí, subiría capítulo todos los días, pero ya saben que por cuestiones de tiempo es imposible.

Como digo siempre, mil gracias por el apoyo que le brindan a lo que escribo.

Nos leemos pronto.

                                                     ¡Saludos!

                                                                                         Victoria.