VII

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ALANNA

       La mañana se fue entre paciente y paciente. Algunos entraron y terminaron internados porque tenían algo grave, otros sin embargo en cuestión de horas, podían retornar a casa con su familia, o quizás en compañía de únicamente lA soledad. Parece gracioso, pero trabajar en un hospital te enseña a tener noción acerca de otras situaciones, sentimientos y demás. Cuando crees haberlo visto todo, te das cuenta de que aún no has visto nada. 

       Cada ser humano que ingresa a la sala de espera, ya sea por una urgencia o por una simple consulta de minutos de duración, tiene una vida que conlleva a su vez un mundo de aspectos que claramente no conocemos, pero que son las que consecuentemente forman su personalidad. Esto me lleva a pensar en nada más y nada menos que el paciente de la habitación 365. No logro comprender el porqué de su actitud de la primera vez que nos vimos, y mucho menos logro darme cuenta de qué es lo que provoca que en su mirada haya cierto dejo de tristeza y nostalgia. 

  Siendo honesta, ni siquiera sé por qué estoy preocupada por alguien a quien ni siquiera conozco.

       Es de noche cuando regreso a casa, pero antes de ingresar, reviso el buzón de correo que se encuentra sobre la entrada. Recojo al menos unos tres sobres de allí y finalmente entro a mi hogar, que me recibe con un aroma particular a vainilla. Cierro la puerta detrás de mío, coloco mi bolso y los sobres sobre uno de los sillones color caoba que se encuentra en el living y me dirijo a la cocina.

       Son pasadas las diez de la noche, y aún no tengo la más remota idea de qué voy a cenar. Solo me considero una cocinera amateur, porque me doy idea en al menos lo básico de cocina. Se imaginarán que de golpe no puedo llevar una alimentación basada en el consumo de sándwiches, hamburguesas y todo lo que puede llegar a proveerte un delivery.

       Luego de un par de segundos de meditar, y lidiar con una gran indecisión, preparo algo de pasta con queso. Sí. No considero que exista algo mejor para salir del paso, que ese platillo.

       Una vez acabada la cena, cepillo mis dientes en el baño y más tarde luego de haberme colocado mi pijama, me hundo en la mullida cama que me espera en un rincón de la habitación.

       Sábado. Y yo debo ir al trabajo.

       Luego de hacer todo tipo de actividades de aseo personal y desayuno, comienzo a preparar mi bolso para poder ir al trabajo. Mis ojos se posan en los sobres que había cogido anoche, y nunca abrí. Los recojo y empiezo a chequear para ver si hay algo productivo o de mayor relevancia. Impuestos por aquí, impuestos por allá, hasta que observo un sobre con una textura y color diferentes. Aparto los demás, y sujeto ese en particular con un sentimiento de incertidumbre que comienza a golpear mi vida.

  ¿Qué demonios es esto?

DAMIANO

       Estoy a podría decir solo horas de abandonar el hospital. No hay cosa que desee más en este momento que eso. Deseo volver cuanto antes a los escenarios, porque solo en ese lugar no me siento tan vacío. Solo ahí, puedo ser libre y hacer o deshacer lo que se me antoje a mi gusto. Hay mucho de lo que me agrada realizar, que por obvias razones no he podido hacer durante estos días, lo que hace que comience a extrañar mi vida normal de manera inconmensurable.

       Mi estadía en este hospital ha durado alrededor de unos 8 o 9 días aproximadamente, aunque puedo asegurar que siento como si hiciera alrededor de un mes que estoy aquí. Cualquiera me diría: "Damiano, pero al menos tienes tu celular." Sí, es cierto, pero yo nunca he sido cómplice de las redes sociales ni mucho menos. La única que ha hecho que mis mañanas sean un poco menos insufribles ha sido ella... 

  ¿Cómo demonios se llamaba?

  Oh cierto, jamás me dijo su nombre.

       ¿Qué clase de persona eres si no quieres decirle tu nombre a alguien? Vamos, no es como si de pronto yo resultara aterrador ante la vista de los demás o fuera un asesino. ¿Tendrá una doble identidad? Vaya. Hay muchas preguntas y también pocas respuestas, hecho que me dificultó conciliar el sueño anoche. Ahora cuando llegue va a ver, nadie me quita el sueño de ese modo.

       Alguien abre la puerta rápidamente, acto que me saca de mis pensamientos.

  -Hola "chica misteriosa"- menciono casi por instinto-.

       Y justo cuando tomo noción de todo y dejo de hablar tantas estupideces, me doy cuenta de que ha ingresado otra mujer.

  ¿Qué carajo ha pasado acá? ¿En dónde está la chica que estuvo conmigo todo este tiempo?

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[798 palabras]

Hola, hola. 

Me paso súper rápido por acá, para dejar un nuevo capítulo. 

Personalmente no siento que sea la gran cosa, pero bien, este forma parte de una especie de quiebre que va a producirse en la historia. Prometo que los próximos capítulos que vienen, van a ser más interesantes. 

Díganme ¿qué creen que va a suceder?

Como siempre digo, muchas gracias por todo el amor, cariño y afecto que están constantemente brindándole a mi libro. 

Nos leemos luego.

                                                                                  ¡Saludos!

                                                                                                                  Victoria.

LOVE, DON'T BREAK ME || Damiano DavidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora