Capítulo 1.- No lo supe hasta que Te Vi.

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"La mejor manera de librarme de la tentación es caer en ella"

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"La mejor manera de librarme de la tentación es caer en ella"

(Oscar Wilde)


Prólogo.

----¿Qué quieres ahora? ----Le pasó la lengua por el vientre.
----Quiero que me cojas----Soltó sin pudor.
----¿En serio? ----Alzó las cejas cuando sus miradas se encontraron.
----Sí, quiero tenerte dentro de mí ----Ella le acarició la espalda, él se estrmeció----, quiero correrme y que te vengas conmigo.
----También yo----dijo al tiempo que ambos se mordían el labio.
----Pero no quiero hacerlo en esta posición, necesito que me muestres hasta dónde puede llegar mi cuerpo.
----¿Alguna sugerencia?----preguntó él, muy coqueto.

La verdad era que ella no tenía mucha experiencia, nada en realidad, pero si algo aprendió de la lectura erótica, era que eso mismo la había hecho descubrir lugares y contorciones sexuales que siempre quiso probar, y ese era el momento, ningún otro, estaba con el hombre indicado y solo debía lanzarse.

Ágilmente cambiaron de posición, con ella arriba, pero antes de seguir Dove se lo tomó con calma, pese a que la impaciente erección del chico buscaba dominar sus movimientos, necesitaba guardar en su memoria ese cuadro; ese hombre desnudo que la hizo vibrar.

Entonces capturó los labios de Jensen para besarlo; para comérselo a besos, húmedos, calientes, logrando que las lenguas enredadas les enviaran ráfagas de electricidad por cada terminación nerviosa que los hicieron estremecer.

Justo cuando las manos de Jensen se fueron primero a las caderas, y abandonando eso, ascendió por su vientre con las palmas para envolver los pesados pechos de Dove, torturando los pezones, con pellizcos y sensuales toques, obligándola a gemir fuerte, y en respuesta a esa provocación, sin pudor, ella comenzó a frotar su intimidad contra la gran erección del hombre, haciéndolo gruñir de pasión. 

Ella irguió su cuerpo, estabilizándose, cerró los ojos, y en un solo y certero movimiento, se auto penetró soltando un fuerte quejido al sentirlo, duro y caliente, dentro de su femenina cavidad.

El instinto la hizo moverse de adelante atrás, despacio, pero acelerando el ritmo, ondulando el cuerpo como una suerte de erótica serpentina, agitando las caderas, que ya comenzaban a enloquecer al hombre que ella dominaba sin ninguna duda, uno que se iba debilitando cada vez que entraba en su cuerpo, él en respuesta acarició con las yemas de los dedos, la sensual curva que se formaba al final de la espalda de la chica.

《Estación de trenes de Cork, Irlanda. En la actualidad》

----Hola, por fin llegaste...----estaba muy feliz, y se abrazaron fuerte.
----Hola...----dijo sin ánimos.
----Moría de la angustia...por un momento pensé que no vendrías.
Se quedó en silencio...mirando al piso.
----¿Y tus cosas? ¿Por qué no traes nada contigo?
----Este...yo----fue interrumpido, con mucho entusiasmo.
----Bueno, da lo mismo. Después arreglaremos eso...estoy tan feliz de que por fin hayas llegado...----le acarició el pelo.
----Yo también estoy feliz, mi amor, te extrañaba mucho; mucho...----se besaron.
----Ok, antes de subir al tren voy a contarte algo que hará que tu felicidad se multiplique mil veces más...
Le dijo con una enorme sonrisa. En respuesta cerró los ojos y se agarró la cabeza...ya no podía más.
----¿Qué sucede? ¿Te duele algo?----preguntó con angustia.
----Esto es tan difícil...----dijo con un hilo de voz y sin mirarle a la cara.
----¿Qué te pasa?
----Sentémonos...----le indicó el banco a su espalda.
----No, no quiero sentarme----dijo con seriedad, y rigidez en el cuerpo.
----Por favor...----le rogó con un hilo de voz.
----No...----frunció los labios.
--- ¿Por qué?
---- Tengo un mal presentimiento...----una lágrima corrió por su mejilla.
----¿De qué hablas?
----Estás ausente, triste, y no traes tus cosas, no hay que ser un genio para deducir que aquí está sucediendo algo. Hace unos días quedamos en vernos en este lugar, a esta hora, me prometiste tantas cosas.
----Lo sé, pero...---- hizo una pausa.
----Por tu expresión, ahora sé que no es nada bueno lo que tienes para decirme...----lloró desconsoladamente.
----No llores por favor, me harás llorar a mí.
----No me amas, lo sé...
----Por favor, no digas eso. Yo te amo con toda mi alma, eres el amor de mi vida, lo sabes bien. Esto no es lo que piensas...----le dijo casi sin voz.
----¡Entonces habla de una maldita vez!
Se quedó en silencio. Ella le gritó fuera de control.
----¡Habla ya!
----Lo que ocurre es que hace dos días, yo...

Relatos Eróticos Sin Final Feliz 2 : Cruzando La Línea de Lo Prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora