NUESTRA FLOR EMPEZÓ A CRECER

2 0 0
                                    

BETTY POV

Los días pasaban y junto a ellos centenares de momentos nacían. Este último curso, sin duda, estaba siendo una explosión de nuevas emociones y formas de ver la vida. 

Mi amistad con James iba en aumento, me gustaba compararla con una flor que va creciendo a medida de las cosas buenas; charlas interminables, debatir sobre qué opinión es mejor o las excursiones que hacíamos cada fin de semana a un lugar distinto para poder respirar aire nuevo.

Después de nuestro sábado en High Line, James tuvo la idea de ir a un sitio diferente que escogiera cada uno, yo acepte de inmediato, me gustaba estar con él.

Fuimos a Central Park como idea de él, también al lago de Cold Spring que escogí yo para enseñarle que nuestro pueblo puede ser precioso, a Banneran Castle, Stonecrop Gardens y al Times Square o una tienda vieja de discos y vinilos.

En el instituto no pasó desapercibida la buena relación entre ambos, ganándonos miradas curiosas de algunos estudiantes, como Inez, que tardó dos días en venir a preguntarme el por qué de tan estrecha amistad.

Ante esa pregunta solo contesté que pura casualidad y el tener ideas parecidas. Aunque, siendo sincera, eso tampoco era del todo cierto, también tenía pensamientos semblantes con Emma y no íbamos por ahí quedando todos los días. Dándole vueltas a esa pregunta, me di cuenta que el verdadero motivo no existía. Simplemente nos habíamos encontrado y de alguna manera u otra conectamos como por arte de magia. 

Y ahora estaba en el mercado comprando.

Mi madre me había hecho una lista de cosas que necesitábamos ya que ella no podía acudir,  tenía mucho trabajo.

Estaba observando que naranja se encontraba mejor cuándo alguien se asoma por mi lado.

-¡Betty!- me dice.

Al girarme puedo ver que se trata de Nawr, me llevaba muy bien con él pero dejó los estudios el año pasado al darse cuenta que aquello no era para él.

-¡Nawr! Cuánto tiempo.- le sonrío.

-¿Cómo estás?- 

-Bien, comprando naranjas. ¿Y tú?-

-Oh, de maravilla. Sin duda necesitaba este año sabático para saber qué quiero hacer realmente en mi vida.-

-¿Y ya sabes qué es?- le pregunto intrigada.

-Voy a trabajar en un centro de ayuda para gente que necesita a alguien que les acompañe en el camino que desean escoger. Siempre he querido hacer algo útil y que ayude a la gente, esos libros solo me amargaban.-

-Wow, Nawr me parece algo precioso. Si es lo que te hace feliz estoy contigo.- 

Me dedica una bonita sonrisa.

-¿Algo nuevo en el instituto?- me pregunta.

-Por ahora todo siguen igual, lo único que emociona a los estudiantes es el baile que se celebrará en unas semanas.-

-Suena interesante, quizás me paso.-

-Allí te veré.-

Su nombre suena por el altavoz, pidiéndole que se dirija al almacén.

-Ha sido un placer, Betty. Espero verte pronto.- me guiña un ojo.

-¡Qué vaya bien!-

Cuando acabo mi compra intensiva de naranjas, termino de coger todo lo necesario y me voy a casa.

Al llegar lo dejo todo en la cocina bien organizado y me tumbo en el sofá, mis ojos se cierran y me quedo dormida.



El día siguiente aparece mágicamente y continua  completamente normal.

Por la tarde, James me pasa a buscar por mi casa para ir a dar una vuelta por el pueblo.

-¿No te cansas de ver siempre lo mismo?- me pregunta.

-¿A ti? Pues sí la verdad, no sabía cómo decírtelo.- 

-Ja ja, eres muy graciosa.- 

-Sé que te refieres al pueblo y no, no me cansa. Es mi hogar, ¿Te cansarías tú de ver aquel lugar que te vio crecer?-

-Honestamente sí, por mucho que pienses que este es tu sitio te puedes cansar de el, ¿Es qué nunca has pensado en irte? Viajar por todo el mundo, vivir en una gran ciudad, salir de aquí en busca de nuevas aventuras y emociones...- me dice.

Sí que había pensado en irme de Cold Spring, mi mente era demasiado curiosa para dejarla en un lugar estática. Siempre había querido ir al continente asiático y conocer aquellos lugares, al igual que ir a una buen universidad lejos pero una parte de mí me lo impedía.

-¿Y tu, James?- 

-Sí, creo que uno de mis deseos más fuertes es irme de aquí y encontrar mi verdadero hogar.-

Eso nos deja en silencio y navegando por nuestras mentes.

-¿Cómo sabes qué será aquel tu hogar?- le pregunto.

-Porqué no lo buscaré, simplemente me llegará. Me sentiré bien, cómo si no necesitara nada más en el mundo. Lo sabré cuando cada vez que me marche necesite volver a el, cuándo el mundo sea un sitio cruel y necesite esconderme o curarme, es una emoción que me llenará el corazón y el alma entera.-

Seguimos paseando, de vez en cuando me giro para mirarle y apreciar su rostro, se le ve sereno y a la vez como si estuviera en otro lugar. En algunas ocasiones me gustaría meterme en su cabeza y averiguar que pensamientos tiene, siento que hay algo que no cuenta.

Mientras nuestros pasos siguen el mismo ritmo noto tu mano acariciar mi piel, todo mi cuerpo se pone en alerta pero me dejo llevar por lo bien que sienta.

Acabamos sentados en un banco apartado en el parque, rodeados de pequeños arboles.

El cielo azul brilla pero no más que los ojos de James, los rayos de sol iluminan su rostro y puedo ver cada detalle; su piel tostada, sus labios finos, su nariz recta y su mandíbula perfectamente construida. Al verlo siento que es un regalo de los dioses, algo tan bello por fuera  que sería capaz de crear el más grande de los dolores.

-Cuéntame algo de ti.- le digo.

-¿Y ese interés en mi?- 

-Para entablar aún más lazos.- le guiño un ojo.

Se ríe, pero también noto cómo su cuerpo se tensa.

-Sé hablar alemán.-

-¿Qué? ¿Desde cuándo?- le pregunto.

-Desde los trece, me obsesioné con el idioma.-

-Vaya, me dejas anonadada.-

-¿Y que hay de ti?- 

-No hay mucho que contar, soy bastante simple.- le digo.

-Betty, eres muchas cosas pero simple no es una de ellas, créeme.-

Le sonrío.

-Tengo obsesión con la astronomía, saberme las constelaciones, los planetas y sus características, asteroides, descubrimiento de nuevas galaxias... Todo ese mundo.-

-¿Has pensado en ser astronauta?-

-Muy gracioso, James.-

Y hablando de estrellas y constelaciones, me pierdo en la melodía de su voz.









brisas de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora