TE DEJÉ UNA PARTE DE MÍ

2 0 0
                                    

AUGUSTINE POV

Unos insufribles gritos matutinos llegaron a mis oídos.

Los tapo con una almohada con la esperanza de qué el ruido desaparezca rápidamente, cómo no funciona, decido levantarme.

Cruzo el pasillo para llegar al pequeño comedor y encontrarme a Julie y Andrew peleándose por alguna idiotez, cómo hacen siempre. Para tener diez años parecen críos de tres.

-Solo lo diré una vez, estaros quietos.- les digo.

Los dos me miran fijamente y acaban por salir de la sala e irse a la cocina.

-Mamá, Augustine nos ha echado del comedor.- oigo decir a Julie.

-Sí, nos ha echado.- confirma Andrew.

-Que no me copies en lo que yo diga.-

-Estaba usando mis propias palabras.- 

-En diez minutos os quiero vestidos y desayunando en la mesa, como no lo hagáis olvidaros de la excursión al río.- les dice mi madre.

Entonces, en ese mismo instante, mi padre aparece por la puerta principal.

-Augustine, qué alegría verte, cielo.- se acerca y me besa la frente.

-Hola, papá. ¿Qué tal todo?-

-Muy bien, vengo a buscar a esos pequeños monstruitos para llevarlos al colegio.-

-Doma a esas fieras, señor Meyer.- 

-Lo intentaré.- se ríe y se marcha a la cocina.

Mis padres se divorciaron unos años atrás, pero siguen teniendo una relación estrecha. Decidieron que mi madre se quedaría la casa, dónde también nos quedaríamos los cuatro hermanos. Mi padre, por otro lado, se fue a un pequeño piso del centro del pueblo, allí vive solo y disfruta de lo que él define "una liberación mental del disfrute de la soledad". Aún así, se llaman todos los días, quedan para tomar café o cenar y se lo cuentan todo porque a pesar del divorcio tienen esa confianza especial. Es algo que admiro de ellos.

Después de eso me voy a mi habitación a vestirme y a arreglarme para el día de instituto. Bajo a desayunar y me despido de mis padres y mis dos hermanos.

Al salir a la calle veo que el coche de Sabrina ya esta aparcado esperándome.

-Buenos días, rubia.- me saluda.

-Buenos días.-

-Mira, te he traído bollos de canela y limón de la cafetería de la señora Theresa y un café cargado con espuma.- me lo entrega.

-Pero, ¿A qué hora te has levantado?- 

Todo el pueblo sabe que para conseguir esos bollos tienes que darte prisa.

-A las cinco y media de la mañana, es que no podía dormir. Pero no es para tanto, de verdad, es bonito ver el sol aparecer por las nubes y el cantar de los pájaros.-

-Estás fatal, deberías ir a un médico o algo.-

-Eh, déjame que gracias a mí consigues esos bollos.-

Arranca el coche y nos vamos para el instituto. 

Ese lugar no es que me emocione mucho, me paso la mayoría de clases dibujando y en las otras prestando atención solo a lo que me interesa. Mis compañeros y compañeras no están mal pero si que son algo insufribles como pude comprobar en la fiesta de Edward. 

Salimos del coche para entrar al centro, la gente está hablando por los pasillos y en una esquina veo que esta James hablando con Ethan.

James Olsen siempre ha sido el chico perfecto en todos los sentidos, la gente le adoraba y aún así nunca se le subió a la cabeza, había hablado con él bastantes veces, compartimos aula los primeros años de curso y siempre se comportó de maravilla conmigo, no es de extrañar que en séptimo curso, cuando evitó que una pelota me diera en la cara, me empezara a gustar.

No fue algo que yo buscara, jamás había mostrado un gran interés por los chicos o su físico pero algo en él me cautivó. Siempre tan amable con todo el mundo, los profesores sentían devoción por él y sus cabellos castaños junto a su sonrisa traviesa era un sueño hecho hombre.

Creo que empezó, sobre todo, cuando me regalaba sonrisas, cuando sus ojos chocaban con los míos o cuando me mostraba algún indicio de apoyo en los debates de clase. Nunca me había considerado el tipo de chica que se enamora del chico popular de la escuela, era demasiado cliché para mí. Pero aunque lo intentara negar, sabía que solo me estaba mintiendo a mi misma.

-Dime que no lo estás mirando.- me suelta Sabrina.

A mi mejor amiga no le caía demasiado bien James.

-Estoy mirando a todo el mundo, no puedo arrancarme los ojos.- 

-Entonces te los arrancaré yo.-

-Siempre has sido muy sangrienta, Sabrina.-

-Tranquila, mi psicóloga me esta ayudando mucho.- 

A veces mi mejor amiga me asustaba.

-Me voy a clase, intenta sobrevivir sin mí.- me dice.

-Lo intentaré.-

Al entrar al aula me dirijo a mi sitio de siempre, al lado de Jennifer St. Francis.

Cuando la clase se llena de estudiantes, el profesor Calum hace su aparición y empieza.

Las horas son largas pero me sé entretener muy bien. Leo mi revista favorita de arte que guardo en mi archivador, dibujo flores y un cielo con distintas tonalidades, cojo mi pequeña lima de uñas y me las arreglo, pienso en mi día e incluso presto atención a algunas palabras de la señorita Cristal, la profesora de historia del arte.

El timbre suena dando por finalizada las clases, así que salgo y me encuentro con Sabrina, Nathalie e Isabella.

-¿Qué tal las clases?- pregunto.

-Genial.- contesta Sabrina.

-Horrorosamente mal.- dice Nathalie.

-No sé, no he prestado atención.- suelta Isabella.

A Sabrina siempre se la ha conocido por sus impecables notas y maravillosos trabajos, así que no es de extrañar que todo lo relacionado con los estudios se le diera bien.

Vamos al comedor, allí cargamos nuestras mesas de comida y empezamos a hablar. A lo lejos diviso a James hablando con Betty, últimamente se les ve a menudo juntos.

-¿Me has escuchado, Augustine?- 

-¿Qué?- pregunto.

Sabrina me mira con los ojos entonados y Isabella vuelve a hablar.

-Estaba diciendo que han colgado carteles por todo el instituto anunciando el baile de invierno.-

-Oh, bien. Me gustan los bailes.- digo.

-Yo también, siempre he querido ser la reina y recoger mi corona con un espectacular vestido corte sirena.- comenta Nathalie.

-Creo que has visto mucho mean girls.- le dice Sabrina.

-Nunca hay suficientes veces.-

Pienso en el baile y con quién me gustaría ir, aunque lo que pienso es solo una fantasía.









brisas de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora