brisas de luz

TUS OJOS ME DESPERTARON DE NUEVO

JAMES POV

No había dejado de pensar en esa chica desde que me levanté el domingo.

Recordaba perfectamente cómo había sido la noche, recordaba su dulce voz hablando, sus manos entre las mías mientras bailábamos por la calle y sobre todo la enorme comodidad que sentía al estar con Betty.

Nunca había hablado con ella, habíamos compartido algunas clases durante nuestros años en el instituto y cruzado algunas miradas, pero jamás llegar al momento de entablar una conversación.

Ella siempre estaba con su amigo de grandes rizos y su amiga latina, mientras que yo siempre estaba rodeado de multitudes y gran cantidad de amigos con los que compartía momentos, andábamos por diferentes caminos.

Pero desde aquella fiesta mis pensamientos siempre estaban en Betty y las ganas sorprendentes que tenía de estar con ella.

Recuerdo cuando le explique aquella historia tumbados en la acera y la atenta mirada que me dirigía mientras prestaba atención a cada palabra que soltaba, también el debate sobre cuál es la mayor emoción de todas y cómo defendía que era la esperanza.

Me pase todo el domingo pensando en cómo le hablaría el lunes y qué le diría, se me pasaron mil cosas por la cabeza pero cada idea era peor que la anterior, no quería que se sintiera acorralada por mi, ni mucho menos incómoda, yo solo quería empezar una amistad con ella.

Por fin llegó el lunes.

Antes de entrar al aula hablé con Ethan y cómo le iban las cosas, él era mi mejor amigo desde primaria y siempre habiamos tenido una relación especial.

Después, entré a clase y la vi en su sitio de siempre. Estaba guapa con esa camiseta verde, le daba vida. Entonces ella levantó la mirada y me quedé bloqueado, lo tenía todo bastante pensado pero sus ojos bajaron todas mis defensas, de pronto, por alguna razón, caminé a paso decidido hasta su mesa y cuándo iba a abrir la boca para hablar, la profesor Amelié entró y mi oportunidad se esfumó.

Me pasé las clases escuchando la teoría y mirando a Betty, tenía un aura que me atraía.

Cuándo acabaron las horas lectivas salí del centro para irme al patio con Ethan para comernos el almuerzo.

Allí estuvimos hablando hasta que nos dio la hora y nos fuimos.

De camino para casa decidí pasarme por la calle de adoquines rotos, dónde me encontré a Betty.

Al final reuní el valor suficiente para hablar con ella. Tuvimos una conversación bastante animada, me sorprendió todas sus respuestas provocando que me llevara una sonrisa permanente en la cara.

El martes llega. Una mierda.

Miro el reloj y veo que son las siete y cuarto, me levanto y me visto. Como no me apetece ver a ninguno de mis progenitores cojo un dónut para el camino y me voy para el instituto.

Me monto en el patinete y minutos más tarde llego al instituto. En el lateral del centro veo a Ethan con Scott, Edward y Sam, un tío que domina la informática.

-Ey.- saludo.

-¿Qué tal, James?- me dice Scott.

-Estábamos hablando de ir esta tarde por el centro, yo necesito ya salir y por lo menos tomarme dos cervezas.- suelta Edward.

-¿Te animas?- me pregunta Ethan.

Él sabe perfectamente que desde aquello no me gusta mucho salir, así que va con cuidado cuándo se trata de estos temas. Pero sé que en el fondo le gusta que salga.