III. Culpable

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Cuando el mundo se detiene por un segundo.

Saboreé el sonido de su nombre entre mis labios sin pronunciar palabra alguna, tan solo gesticulando y sintiendo el movimiento que hacia mi boca en cada letra como si estuviera grabando cada una de ellas en mi ser, consciente de que no sería capaz...

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Saboreé el sonido de su nombre entre mis labios sin pronunciar palabra alguna, tan solo gesticulando y sintiendo el movimiento que hacia mi boca en cada letra como si estuviera grabando cada una de ellas en mi ser, consciente de que no sería capaz de olvidarme ninguna de ellas jamás.

Lo observé detalladamente notando en su postura confiada que muy en el fondo intentaba evadir la realidad que su desconfianza le hacia ver, creyendo que tal vez lo que había pasado no era del todo mi culpa, sino que fue tan solo un evento desafortunado que nos había envuelto a ambos por igual.

Pero el instinto casi nunca se equivoca, y él tenía razones más que suficientes para dudar de mí e incluso llegar a temerme.

Es una pena que haya decidido depositar en mí la confianza de que abriría la puerta de ese auto y me iría con él para resolver lo que sea que nos estuviera pasando. Resaltando así la gentileza y a su vez la ingenuidad que parecía esconder detrás de sus orbes, pero de la cual yo carecía.

Me detuve en su mirada lo suficiente como para notar la poca cantidad de poder que desprendían sus ojos, reflejando en estos mi silueta abatida.

-¿Qué pasa? - cuestionó con un tono divertido, siguiendo el hilo que mantenía nuestra conversación -¿Mi nombre no encaja con toda esa fachada de secuestrador que te has inventado en tu cabeza?

En el fondo sabía que su forma de tratarme como si nos conociéramos de toda la vida era solo una estrategia para evitar que saliera huyendo de aquí, para que no me sintiera tan acorralado ante su presencia.

No era genuino.

No había forma de que lo fuera.

Sonreí levemente llevando ambas manos hacia los bolsillos de mi campera, balanceando mi cuerpo sutilmente en el afán de intentar esconder el paso hacia atrás que había dado pero que el pelinegro no pareció notar.

-Tú sabes que tienes que secuestrar a alguien para hacerte llamar a ti mismo secuestrador, ¿no es así? - bromeé -Estoy seguro de que incluso es el paso más importante de la lista -señalé en su dirección -. Mucho más importante que tener un lindo auto e intentar convencer a chicos para que se suban en él.

Para este punto ya nos encontrábamos un poco alejados del centro. Podía notarse la falta de lugares extremadamente luminosos y llamativos que buscaban atrapar la atención de los turistas, y el sonido de la música a todo volumen que provenía de los locales cercanos ya no era lo que podría llamarse escandaloso, sino más bien tranquilo y envolvente. Todo alrededor tenía una energía más familiar que caótica y frenética, e incluso los locales de comida aportaban a esa imagen hogareña encendiendo las luces que daban hacia la calle, invitando a las personas de afuera a entrar a su calidez. Ciertamente siendo un panorama completamente alejado a esta actitud pasivo-agresiva que estábamos teniendo por aquí.

Magic ~KookMin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora