II. Colisión

158 44 7
                                    

Donde el principio del todo se refracta.

Liberé el aire retenido en mi garganta, sintiendo el roce de mi espalda contra el suelo ocasionado por el movimiento errático que tenía al respirar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Liberé el aire retenido en mi garganta, sintiendo el roce de mi espalda contra el suelo ocasionado por el movimiento errático que tenía al respirar. Observé el inmenso cielo sobre mí, detallando la casi nula intensidad de colores que parecía rodearnos con su aspecto lúgubre y que nos advertía de la tormenta que de seguro tomaría lugar en algún momento del día.

Levanté mi brazo hasta apoyarlo sobre mis ojos, buscando tapar la expresión de mi rostro mientras intentaba con todas mis fuerzas no darle pie a esa risa nerviosa que buscaba salir de mí. Mi cuerpo aún se sentía entumecido y un leve cosquilleo recorría cada una de mis extremidades, pero el alivio mezclado con el terror de haber estado al borde de la muerte hace segundos atrás despertaba algo dentro de mí, que por alguna razón mi miedo lograba transformar en diversión.

Solté una risa irónica casi sin poder evitarlo, aún sin poder creer lo que acababa de suceder.

No tenía sentido.

No había explicación para lo que acabábamos de vivir.

El murmullo desesperado de las personas a mi alrededor tampoco ayudaba demasiado a que pudiera calmarme. Pero el casi haber presenciado un accidente fatal y el ver como la posible víctima se encontraba tendida sobre el suelo riendo como un maldito lunático, de seguro era algo que alteraría un poco a cualquiera, por lo que intenté concentrarme en recomponerme de una vez por todas.

Alejé el brazo de mi rostro dejándolo caer sin fuerza a un costado de mi cuerpo.

Podía sentir la conmoción en el ambiente e incluso notar un leve movimiento delante de mí.

Usé todas las fuerzas que mi cuerpo aún parecía tener para poder enderezarme, dando de lleno con la mirada incisiva del pelinegro que me observaba expectante.

Su fornido cuerpo se encontraba de pie a tan solo centímetros de donde yo yacía desplomado sobre el suelo, por lo que sin pensarlo demasiado comencé a recorrer cada una de sus extremidades con mis ojos. Visualicé sus grandes botas de estilo militar, pasando por sus estilizadas piernas y subiendo hacia sus brazos repletos de tatuajes que se hallaban a la vista gracias a que llevaba puesta una camiseta de manga corta a pesar del clima que albergaba la ciudad. Luego levanté levemente la cabeza hasta dar de lleno con esos ojos café oscuro que parecían querer descifrar todos los secretos que yo pudiera llegar a mantener ocultos del resto del mundo.

Ni siquiera logro comprender lo que acaba de ocurrir, pero él parecía opinar todo lo contrario.

He vivido toda mi vida creyendo que mi poder pendía de un hilo. Y si la energía que éste me proporcionaba no fuera lo que le daba a mi cuerpo lo necesario para seguir realizando sus funciones vitales, hubiera creído que había desaparecido hace mucho tiempo atrás. Por lo que no había forma de que éste hubiera despertado así como así.

Magic ~KookMin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora