Jungkook
-Yo... yo, acepto el trabajo- respondí con vacilación.
-¡Genial!, ¿Te mudas hoy mismo?- interrogó la rubia- claro si te parece bien.
-No tengo mucho que traer así que supongo que hoy mismo.
-Esta bien, si quieres podemos ir a comprar los uniformes juntos.
-Si, claro.
Rose se acerco a mi y se aferró a mi brazo, intenté zafarme con naturalidad para no hacer la situación más incómoda de lo que era, pero solo recibí un agarre más fuerte por parte de ella, salimos de su hogar y me quedé por un momento en la entrada de esta mientras Rose buscaba algo, entrelacé mis dedos y empecé a apretarlos, me sentía bastante incómodo gracias a las miradas de preeminencia que recogía por parte de los residentes del vecindario, un vecindario de personas adineradas, lugar donde menos encajaba...
Narradora Omnisciente
Pronto un fuerte bullicio proveniente de un deportivo morado atrajo la atención de Jungkook, una puerta de esta se levantó y una mano apareció en esta mientras le indicaba que entrara, atendió la petición e ingreso al deportivo; el auto se veia aun mas grande por dentro, 2 enormes sillas de cuero blanco y coral, un manubrio en peluche magenta, una palanca de cambios del mismo color y lo más llamativo... Un pez en diamante que se encontraba debajo del parabrisas, sin mencionar los demás adornos caros y llamativos que poseía el deportivo.
Las puertas se cerraron y una luz rosa iluminó el auto, el ambiente era oscuro, parecía que fuera de noche pese a que fuera apenas el comienzo de la mañana, todo esto había sorprendido a Jungkook, ¿Tanto había avanzado la tecnología?, se sentía viejo a pesar de no tener más de 3 décadas de edad, se suponía que era joven por lo tanto debería saber sobre las modas más recientes, en cambio parecía un abuelo, poseía un estilo un tanto clásico y un poco anticuado.
Rose le indico a Jungkook que se abrochara el cinturón, petición que obedeció Jungkook con torpeza, había pasado años desde que no se subía a un auto y mucho menos uno tan caro, por ende Rose terminó ayudándolo, la rubia tomo lo que parecía ser un rayo y lo inserto en un compartimiento en el que encajaba perfectamente haciendo que se ilumine la placa antes mencionada, en el mismo instante los motores del deportivo empezaron a rugir causando un enorme terror en Jungkook, el auto arrancó y rápidamente tomó una gran velocidad en consecuencia el pelinegro se aferró a lo que podía mientras maldecía en su mente cada vez que el deportivo pegaba un pequeño salto, en cambio Rose solo reía a lo bajo gracias a las expresiones de Jungkook mientras cantaba canciones a todo pulmón.
A los 15 minutos el auto se detuvo en seco, las puertas se abrieron y Rose bajó de este con una gran seguridad, por otra parte Jungkook bajo mareado, sentía revuelto su estómago y mantenía su mirada perdida.
Sin preocupación alguna, Rose tomó el brazo de Jungkook nuevamente y lo arrastró hasta el centro comercial... llegaron a una tienda de alta costura, donde los recibió un señor de unos 30 años.
-Buenos días señorita Rose, es un gusto poder volver a recibirla, ¿En que le puedo ayudar?- expuso con cortesía el asesor.
-Buenos días quisiera comprar algunas prendas o si es posible un conjunto para mi acompañante- anunció Rose mientras mantenía su mirada en Jungkook.
-¡Por supuesto! ¿Qué tipo de ropa buscan o tienen algún estilo en general?.
-¡Jungkook!- nombró Rose.
-M-me gusta la ropa ancha, mayormente negra- explico el pelinegro.
-Bien, venga conmigo caballero, para que pueda escoger- indicó el asesor.
Jungkook se acercó un poco tembloroso hacia el asesor, entró en un gran vestidor mientras que por una pequeña gaveta de este se le entregaba la ropa, con cada prenda que probaba, exactamente cada prenda, así sea la más insignificante o rara salió a desfilar a Rose, ella lo miraba embobada, se sentia atraida por él, de por sí era lindo aun así vistiera un costal... Habían pasado ya 3 horas, momento en el que terminaron las compras, quién se imaginaría que hacer una tarea tan simple como escoger ropa, podría ser tan demorada, pagaron las prendas y salieron del almacén.
Rose había insistido bastante, quería que Jungkook se llevará uno de los conjuntos nuevos puesto, mejor dicho, quería que estrenará la ropa que ella le había comprado, después de tanto persistir terminó accediendo...
Al salir de la tienda, las miradas se posaron en Jungkook, al parecer Rose se quería aprovechar de esto por lo que tomo su mano y la entrelazo con la suya, atrayendo ojeadas llenas de celos, Jungkook se sentía desconcertado, le molestaba el hecho de que Rose lo tratara como un objeto que podría presumir pero a la vez se sentía ¿Feliz?...
-¿Esto es la aceptación social?- dijo para sí Jungkook.
El pelinegro decidió romper el ambiente incómodo en el que se encontraba y habló...
-Rose no es que me queje, p-pero ¿No íbamos a comprar uniformes?- inquirió.
-Sobre eso... decidí que trabajaras con ropa casual, te queda muy bien, solo usaras un delantal encima de esta, no tienes que ser tan formal, ¡Ah! y una cosa más, ya reemplace todo lo que dejaste en tu antigua habitación y por algo mucho mejor, no tienes que preocuparte en pasar las cosas viejas que tienes- declaró.
-Bien- contestó secamente.
A pesar de que Jungkook estuviera estrenando ropa y demás objetos que cualquiera pudiera desear, se sentía triste, la tetera que conservaba en su habitación tenía un gran valor para él, y pensar que no la podría traer consigo, lo hacía sentir mal...
"Lo que para uno es nada para otro puede valer cielo y tierra"
Así transcurrió todo el día, Rose y Jungkook pasaron de tienda en tienda y comían todo lo que podían, se podría decir que Rose la paso bien, en cambio Jungkook solo fingía una sonrisa, se sentía triste por la tetera. Si, una simple tetera podría cambiar su ánimo completamente...
Nota de la autora
Holaa uwu, bueno pues por ahora hasta aquí esta ya corregido, seguiré corrigiendo e igual pido perdón si mi narración no es muy buena, donde encuentren el banner (imagen que ven arriba) es hasta donde esta actualizado...
Les deseo un lindo día o noche, chauuuu
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Mi otro yo (jeon jungkook y T/N)
PertualanganYacía yo en mi cama pensando en mi vida, en los problemas que tenia, en la situación por la que estaba pasando, sin imaginar que algún día encontraría la salida de este horrible mundo para poder alcanzar mi felicidad... "Lo que para uno es nada para...