▶️ Sin duda la parte más hermosa de una planta es la flor. Las flores pueden ser de múltiples formas, tamaños y colores. Es algo increíble que un hombre como el sepa eso.
▶️ Los personajes pertenecen a Kōhei Horikoshi creador de My Hero Academia.
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Se apoyo en alguna pared intentando recuperar el aire mientras se juraba que nunca en su vida volvería a correr. Al salir de la estación de metro se dio cuenta que era demasiado tarde y debía de abrir su tienda en pocos minutos, los nervios llenaron su cuerpo y la unica opción eran sus piernas, así que fue corriendo hasta llegar a su florería.
El raro encuentro con su cliente fue de alguna forma reconfortante, el pensar que su tienda marchaba bien y que no tendría que conseguir otro trabajo la calmaba innecesariamente. Y talvez tenía un poco de interés en el y es que el pensamiento de que sus ojos fueran realmente como cristales que nunca se rompen la tenía completamente intrigada, y es que cualquiera se puede quedar embelasada mientras mira esos ojos. Aunque la castaña era muy amable y cuidadosa con los clientes no se le quitaba lo despistada y el ejemplo perfecto de su pequeña cualidad fue cuando estaban en el tren donde se dio cuenta cuan pequeña es alado de....
－El....－ Susurró sin darse cuenta que estaba hablando. Tenía algo en mente pero se le había olvidado, lo tenía en la punta de la lengua.
Su mente hiso click en un instante. ¡¡No sabía su nombre!! y es que con todo lo que pasaba a su alrededor se le olvido preguntarle la cosa más importante. Recordando que ella le dio ese simple cupón con su nombre en el, era realmente vergonzoso. ¿Y si piensa que quiero que recuerde mi nombre?. Dio un suspiró y solo se dedicó a caminar.
Entró a su tienda y el olor a todo tipo de flores aparecieron juntó con el recuerdo de sus padres. Donde quiera que estén debían de estar orgullosos de ella, dando un rápido vistazo a toda su tienda dio un asentimiento con orgullo iniciando otro día de trabajo.
Ajustó algunas macetas, corto hojas muertas y preparó la caja registradora.
Ya sentía como su espalda necesitaba unas buenas vacaciones, ir a la playa y tomar un poco de sol, nadar hasta que el agua llegué a su barbilla, comer deliciosa comida y disfrutarlo con sus amigos.
Su vista fue a parar hacía el ventanal que se encontraba alfrente de ella, ¿estaba así de vacío cuando salió?, por más que lo intentara no podía dejar de pensar en que el día estaba algo extraño. Alzó los brazos por encima de su cabeza y se estiró, elevando su camisa por accidente, su piel se erizó al sentir la brisa helada de la temporada.
－Debo traer ropa más gruesa.－ Anotó mentalmente.
Fue hacía la salida y le dio vuelta al pequeño cartel que se encontraba en su puerta avisando que el lugar estaba abierto. Sentía que algo estaba olvidando, tenía ese presentimiento de que iba a ocurrir algo, observo a su alrededor y se quedó mirando el reloj de la pared.
