Flores ❁

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Si estaba un minuto más en ese lugar literalmente iba a explotar, maldecía cuando pensó que esto sería una buena idea y ahora tenía que estar afrontando las consecuencias y lo odiaba. No paraba de pensar en todas las mierdas que debía de resolver antes de la fecha y el estaba en ceros.

－Estas papas son picantes y a mi me gustan las de queso.－ Se escucho un  reproche familiar atrás suyo mientras sacaba la bolsa de papas y delvolviendola al estante donde estaban hace unos segundos.

Debía de hacerlo bien, por una vez en su vida no se iba a rebajar a nada que sea beneficioso o autorizado, esas mierdas aurrinan todo.

－Pero las picantes son 2 veces más grande, Denki tu no sabes lo que es calidad.

Debía de hacer lo correcto para terminar esta misión e irse a recibir su medalla, lo único que necesitaba para ser el mejor de toda la puta organización.

－Claro que se, por eso me gustan las de queso.

Solo tenía que pensar como hacerlo, había hecho esto un par de veces pero con la ayuda de los viejos, sentía que podía hacerlo solo así que rogo por la misión de clasificación alta, ya tenía la suficiente edad para saber como despejar a alguien del camino.

－Pero a Bakubro le gustan estas.

－¡¡YA CALLENSE DE UNA MALDITA VEZ!!－ No falto decir nada más, ya que el pelirojo y el rubio cerraron sus bocas inmediatamente y dejaron su debate para luego, no podían jugar con la furia de su amigo era intimidante para ser tan joven. Siguieron al cenizo mientras Kirishima empujaba el carrito.

Fue un espectáculo ver como Bakugo el ser más "orgulloso" y "solitario" de todo el mundo venía a la puerta de su casa a pedirle ayuda. Fue difícil de entenderlo... solo al principio, ya que quebró la puerta de su apartamento y entro mientras gritaba cosas sobre misiones y una cara redonda. Fue realmente chistoso al verlo cubierto de polvo y cenizas, que casi mueren por estar riéndose del cenizo.

No trabajaban hace mucho tiempo juntos y el lugar tenía una vibra delos viejos tiempos, los 3 chicos en acción, era realmente divertido volverse a unir con su vieja pandilla y aunque Bakugo no lo hablé, sabía desde el fondo que el también estaba feliz por volverse a reencontrar.

Cuando me botaron de la organización fue algo duro de asimilar ya que era solo un  niño, no podían hacer cuyo trabajo tan despreciable, así que solo me echaron para que ya no causara más problemas y fuera un punto perdido en el mapa.

Aunque toda mi historia es triste no podía simplemente lamentarme y llorar en mitad de la calle, solo debía de afrontarlo y seguir, y así lo hice conseguí un buen refugio y crecí entre gente amable y buena onda que vivía en la sombra del peligroso mundo, y aunque deseaba quedarme por siempre en ese lugar debía de irme porque sentía que ese no era mí destino.