Flores ❁

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ִֶָ𖤐˚. ࣪

Todo el lugar olía a cigarrillos y alcohol, había fundas de basura alrededor de cada lámpara que se encontraban apagadas. Todo el lugar era una mierda y el inquilino también. Solo con saber que el de pelo cenizo vive alado donde se encuentra su amada ya era un dolor más de cabeza.

Dos hombres casi de la misma altura se encontraban haciendo un juego de miradas, sentados en dos sofas de color vino separados por una mesa de vidrio. Los ojos rubíes iluminaba todo un lado del cuarto haciendo juego con los zafiro. El silenció abundaba el lugar desde que entraron.

Dio su última calada y apagó el cigarro en el cenicero para así prestar la máxima atención a su invitado no deseado.

－El jefe te quiere ver－. Murmuró sin más. El azabache frunció su seño en señal de digusto al nombrarlo.

－No pensé que me extrañaría tanto－. Dijo sarcasticamente mientras se levantaba. －Yo ya no estoy en esa mierda－. Agregó para luego dirigirse a la puerta y salir de ese lugar de una vez por todas.

Entre una guerra de hombres, siempre tiene que haber secretos, aunque todo el mundo los tiene. Su líder anterior tenía demasiados y el era el único en saberlos. Un día su jefe le dio un terrible consejo pero efectivo.

"Descubre sus secretos y mátalo con ellos"

Y ese hijo de puta lo sabía.

－Tienes una linda novia－. Paro en seco apenas escucho las palabras ajenas. Vio por el rabillo de su ojo como el cenizo tenía una gran sonrisa que mostraban sus dientes mientras intentaba prender un cigarrillo. El claramente era muy orgulloso no podía dejarse llevar por la furia que sentía ahora.－Huele muy bien－ Susurró audiblemente.

Una vena ya sobresalía de su frente. －Habla－. Ordenó con los puños tensos a sus costados, todavía sin voltearse.

－Es fácil, solo tienes que hablar con el y aceptar lo que tenga que ofrecerte－. Explicó tranquilamente mientras relajaba sus piernas a lo largó del sofá.

La poca paciencia que tenía se fue en un chasquido, de un momento a otro tomó el cuello del joven y lo elevó. －Mira pedazo de mierda, yo saldré por esa puerta y jamás en tu vida me volverás a buscar porque si me vuelvas a molestar, te cortare tu cuello y lo enviare por correo al inservible de tu jefe－.Solto con bruquedad la camisa del chico y salió irritado tirando maldiciones y azotando la puerta tras suyo.