Xiao Zhan se encontraba arriba del barco celebrando internamente su victoria. Desde ahí en adelante todo sería una nueva aventura y estaba muy emocionado por eso.
Mientras tanto, algunos piratas comenzaban a abordar la nave y a llenarla con su nuevo botín. Zhan estaba un poco confundido, no tenía la intención de ser superficial ni mucho menos, pero esos marineros no lucían como los de la Guardia Real. Nadie portaba el uniforme debido o alguna insignia que indicara su posición. A demás, todos iban cargando objetos que no solían ser llevados en los barcos reales; cosas tan variadas que iban desde unos hermosos vestidos de finas telas, hasta una mesa que lucía como hecha de oro. Eso parecía más un robo que una carga de mercancía.
A menos que...
¡¿Dónde demonios se había subido?!
Asustado comenzó a correr como gallina sin cabeza tratando de buscar un lugar para esconderse. Estaba acabado, su aventura a penas comenzaba y ya había metido la pata hasta el fondo, podía imaginar como los piratas lo cortaban en pedacitos con sus filosas espadas. Era su fin.
– Todo listo capitán. El botín está asegurado y los marineros están listos para zarpar – informó uno de los piratas.
– Excelente. ¡Eleven anclas camaradas! ¡Es hora de largarnos de aquí! – rugió el Capitán Yibo.
– ¡A la orden capitán! – respondieron los marineros a bordo.
Poco a poco la nave comenzó a alejarse del muelle para adentrarse de vuelta al mar. Todos estaba muy ocupados en sus respectivas actividades, esperando a que su capitán les diera instrucciones sobre su próximo destino.
– ¡Guo! – llamó el capitán.
Un marinero llegó corriendo hasta estar frente al capitán.
– ¿Trajiste lo que te pedí? – preguntó Yibo
– Claro qué sí capitán, permítame traerlas ante usted.
El marinero salió corriendo y después de unos minutos regreso con los diferentes cuadros entre sus brazos. Los colocó uno por uno en el suelo para mostrarlos a su capitán.
Yibo observaba complacido cada una de las pinturas, hasta que se topó con una que no era como las demás. Con molestia levantó el cuadro del suelo, la tomo de los extremos y de un rodillazo la partió en dos.
Todos en el barco se quedaron boquiabiertos.
– ¡Guo Chen! ¡¿Qué demonios te dije que hicieras?! – gritó el capitán.
– Y-yo...
– ¡¿Te parece que esta pintura es igual al resto?!
– P-pues, e-es un paisaje c-como el resto – respondió temeroso.
– Eres un... – Yibo estaba contando mentalmente del 1 al 10000 para calmar su molestia y no arrancarle la cabeza en ese momento, pero el cielo no estaba de su lado ese día.
– ¡Capitán! ¡Tenemos un intruso a bordo! – avisó uno de los piratas mientras sostenía a un hombre con una mano y con la otra mantenía el filo de su espada en el cuello de este.
Yibo dio la media vuelta lentamente, mientras intentaba contener la furia que crecía en su interior. Cuando logro enfocar al intruso, su corazón se detuvo por un momento. Esperaba encontrarse con algún viejo ladrón de barba larga y ropa deshilachada, no a un hermoso hombre de finas facciones y una linda silueta.
¿Qué clase de intruso era ese?
Mientras Zhan hiperbentilaba detrás de unos barriles, el barco había comenzado a alejarse de la costa. Si no se aventaba pronto por la borda, nunca más volverían a ver la luz del Sol, sin embargo, el cielo tampoco estaba de su lado ese día.
– ¿Quién demonios eres tú y que haces a bordo de esta nave?
Sus músculos se tensaron ante la voz y no fue capaz ni de parpadear. Así no fue como se imagino que sería su muerte.
El pirata lo tomo de la camisa y lo arrastró hasta quién sabe dónde, en esos momentos el miedo lo tenía bloqueado y no entendía bien qué estaba sucediendo. Volvió en si cuando sintió como todo su cuerpo chocó contra la madera del suelo. Al parecer, había sido empujado hasta los pies de otro pirata.
Con todas su extremidades temblando comenzó a levantarse del suelo lentamente hasta quedar de rodillas. Aún con los ojos clavados en el suelo, sintió como el filo de una espada se posaba en su cuello.
– ¡¿Quién mierda eres y que haces a bordo?!
Con los ojos llorosos y el corazón a 1000 por segundo levantó lentamente el rostro. Su visita viajó deste el filo de la espada hasta la empuñadura de esta y luego hasta la muñeca del hombre que sostenía el arma.
Estaba jodido.
– ¡Responde maldita sea! – gritó con impaciencia el hombre que lo amenazaba.
– Y-yo... m-me confundí d-de b-barco – tartamudeo Zhan mientras levantaba de a poco su cabeza para poder ver el rostro del hombre que acabaría con su vida. La sonrisa de medio lado que este le proporciono hizo que su corazón tuviera un paro cardíaco. Definitivamente estaba acabado, no quedarían ni los restos de su alma.
– ¿Ah sí? – respondió con sarcasmo el pirata – Pues bienvenido a bordo de Calamidad.
⚓
📝🍎: Cortito pero con cariño. ¿Qué les está pareciendo la historia? (๑•﹏•)
ESTÁS LEYENDO
Tan Profundo Como El Mar - YiZhan
Fanfic¡Leven anclas, icen las velas y suelten las amarras! Será mejor que comiencen a creer en historias de piratas, porque esta es una. ⚓ Derechos de la idea original: Nathan_978 Redacción de la historia enteramente de mi autoría. × Queda completamente...