Propiedad (En Edición)

Capítulo 5

**Editado.

No sabía si lo que había ocurrido en las últimas horas era un sueño o una realidad dura de asimilar. De pronto, estaba en un lugar enorme, sacado de una película de horror. Ni siquiera sabía que existían casas así de extensas. Al asomarse por la ventana, Julián notó como las hectáreas se extendían a lo lejos. Julián no recordaba el camino de su casa a este lugar. Todo pasó tan rápido que durante el transcurso, Julián solo había observado sus manos, pensando en qué había pasado y porqué. Su cabeza estaba llena de posibilidades, pero cuando Martín le aclaró la razón detrás de su nueva estadía, Julián de verdad creyó que solo era un sueño y que en cualquier momento iba a despertar. Sin embargo, estaba sentado en una cama que no era de él, bajo la mirada de tres seres sobrenaturales, y su preocupación de los días pasados no era mal infundada. Así que, tenía todo el derecho a estar confundido. En especial, la mirada del chico con lentes lo seguía a cualquier lugar y Julián no tenía duda de que eran sus ojos los que lo siguieron los días pasados.

Julián anduvo por la habitación de la persona desconocida. Había escuchado que era la habitación de Gabo. No había fotos, solo un par de afiches. La habitación se veía detenida en el tiempo. Había polvo en los muebles, y en general, todo se veía de otra época. Pensó que podría escapar por la ventana, pero estaba demasiado alto, y Martín fue claro cuando dijo que no tendría oportunidad de hacerlo.

Julián trató de cerrar los ojos y dormir, pero toda la información que estaba a su disposición, no dejaba de rondar en su mente, además de la horrible escena que presenció. ¿Era su muerte inminente? ¿Terminaría como Valentino? Le llegó el recuerdo de lo que sucedió horas antes, cuando su "salvador" se aventó a él. Sintió el roce de los dientes sobre su cuello, y de verdad estuvo a punto de cagarse de miedo. No sabía si llorar, si implorar le serviría de algo, pero no quería estar allí. Quería regresar a casa y vivir su vida como normalmente lo hacía. Pero, tal vez debería irse acostumbrando a estar secuestrado, incluso si su "salvador" se oponía a ese término.

Su mente no solo daba vueltas a lo que había sucedido, también a lo que escuchó. El de lentes tenía sentimientos por él. O, es lo que Valentino trataba de hacerle ver. Julián unió las cejas. De ninguna manera él se enamoraría de una persona que lo privó de su libertad. El infierno tendría que congelarse para que Julián gustara siquiera del auto nombrado vampiro.

♤♡◇♧☆♧

Martín sabía que Julián no dormía. Pudo sentir su respiración normal, y el sonido que causaban el roce de la ropa con las sábanas. La habitación de Gabo se encontraba al final del pasillo, mientras que la de Martín era la más grande de la casa, ya que antes era una biblioteca, y los separaban cuatro habitaciones. Martín la ocupaba como oficina, donde pasaba horas frente al ordenador, invirtiendo y tomando nuevos casos, además de estudiar cuando era requerido, y también había mandado a construír un baño, para así no tener que lidiar con las tontería de Ezequiel.

Martín cerró la computadora portátil. Se levantó y avanzó hasta la habitación de Julián. A través de la puerta dijo: Ya duérmete, mañana irás a la escuela. Escuchó el grito de Julián, y luego su voz.

—¿Q-quién está allí?

Martín rodó los ojos y abrió la puerta.

—¿Tienes algún problema para dormir?

Julián negó. La cama seguía igual que antes de que Julián la ocupara.

—Entonces, ¿por qué no estás dormido? ¿Necesitas algo? Puedo traerlo.

—Necesito ir a casa, necesito mi mochila y mi maleta de entrenamiento— Julián se peinó el fleco con los dedos.

Estaba agotado y su semblante era cansado, pero el chico no estaba cerca de dormir.