**EDITADO.
La esencia de Julián se había desvanecido por completo. Martín se quedó con la playera que un día Julián había traído a casa para lavar. Aunque sucia, Martín la olía para mantener a raya su necesidad del muchacho y no salir a buscarlo. A pesar de haber sido usada, la playera olía a desodorante y a jabón. Un día, la prenda perdería el olor que lo calmaba y Martín debía de buscar un reemplazo.
Martín dio vueltas en la silla. Había tratado de leer la misma página de la novela porque su cerebro no estaba concentrado, sin éxito. Martín cerró el libro de un golpe. La novela era estúpida de todas formas. Ezequiel tocó a su puerta.
—¿Qué pasa?— Martín preguntó. Debía de escribir un ensayo de cinco cuartillas sobre la literatura del siglo XVIII.
—Vamos de salida. Apresúrate.
En los últimos dos empleos, Martin había usado demasiada fuerza con los criminales, por lo que Valentino tuvo que dejarlo fuera por un par de días. No podés romperle el cráneo a otro vampiro solo porque estás frustrado, Valentino dijo. Y bien, él tenía un punto que era válido. Su trabajo solo era investigar y ayudar a que esos imbéciles fuesen juzgados. A menos, que el pedido fuese matar.
—¿Ya tengo permitido ir?— Martín se acomodó los lentes.
—Valentino me dijo que te avisara, así que supongo que sí— Ezequiel trató de echar un vistazo a su habitación, pero Martín cerró la puerta— ¿Estabas pensando en el pichón? Ops, ese ya está reservado para Gabo. Tengo qué buscar uno nuevo.
Martín rodó los ojos. No podía dejar de pensar en Julián, y menos si Ezequiel lo traía a colación cada cinco minutos.
—Siempre podés secuestrarlo otra vez. Igual y esta vez funciona.
Martín le dedicó una mirada asesina. Cada día, Ezequiel adelantaba el día de su muerte.
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—¿Has tenido noticias de tu novio súper rico?— Felipe le pregunto durante el estiramiento.
Julián comenzó a usar la ropa que Martín había comprado para él. El gasto ya estaba hecho y no quería que la ropa se desperdiciara. Felipe había notado su nuevo guardarropa y sus comentarios sobre Martín siendo su novio se habían multiplicado.
—No es mi novio— Julián unió sus cejas —Y no, no he tenido noticias de él. Lo he llamado y no contesta. Mis mensajes no tienen respuesta.
Julián quería odiarse a si mismo. No quería sentir nada por el vampiro. Pero, su lado racional se había esfumado. Quería tenerlo cerca porque él había salvado su vida y estaba agradecido con él. No había otro motivo, Julián trataba de justificarse.
—¿Has intentado ir a su casa?
—No, no recuerdo dónde vive. Solo sé que está lejos. Es una mansión que da miedo.
—Bueno, ¿algún lugar que visite usualmente?— Felipe estiró su pierna detrás de su espalda.
Julián se quedó pensativo. Ya no tuvo oportunidad de seguir discutiendo el tema, pues Félix les ordenó que se formaran. Julián ya lograba dormir por seis horas, y ya no parecía un muerto en vida, pero su búsqueda por la bestia no había llegado a su fin.
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Martín sopesó la pregunta en su mente antes de vociferarla. Si le preguntaba a Ezequiel, su hermano vampiro se reiría de él por todo un mes, sin darle consejo, lo que en realidad necesitaba.
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Propiedad (En Edición)
Fanfiction[Martín/Julián] Universo alterno donde Martín es un vampiro.