Belleza Letal (primer libro) ✔️

Capítulo: ¿Qué está pasando?

La vida es como una rosa: cada pétalo es un sueño y cada espina es una realidad.
(Alfred de Musset)

🖤Editado🖤

5/ Enero /2025
8:10 p.m.

Mis piernas se mueven lo más rápido que pueden sin una dirección en concreto, cada que volteo hacia atrás puedo ver como la neblina rojiza avanza más pronto, y todos a mi alrededor también lo hacen. Muchos tropiezan y a causa de eso terminan aplastados en el suelo por los demás.

Tengo que esconderme, ir a algún lugar donde esa cosa no me alcance.

Mirando a todas partes, decido gritar y golpear las puertas de las casas con la esperanza de que alguien tenga piedad de mí. Algunas personas imitan lo que hago.

— ¡ABRAN!— grito dando golpes con desesperación — POR FAVOR, ¡ABRAN!

La puerta se abre de un tirón causándome una visita al piso. Levanto la vista hacia la puerta y de una patada la cierro, me siento con la espalda pegada a ella, sin controlar mi respiración que está hecha un desastre. Observo a los tres individuos frente a mí que me mira con cara de... ¿Y a esta loca que le pasa?

— ¿Qué está pasando afuera? — me pregunta con tono alterado el hombre que abrió la puerta.

Quise responder a su pregunta, pero un grito agudo proveniente de la sala de arriba interrumpió mi hablar. Una mujer de cabello rubio corre a las escaleras mientras yo la sigo con la mirada, dándome cuenta de que la neblina desciende por las escaleras y otra vez los gritos se apoderaron de todo el lugar.

— Mierda — exclamo con desesperación.

Miro a mi alrededor buscando...no sé que diablos estoy buscando. Tengo que irme de aquí ahora.

No puedo salir a la calle por la neblina, pero tampoco puedo quedarme aquí porque la casa se está llenando de ella.

Piensa, piensa.

Detengo mi desesperada búsqueda en cuanto me percato de una puerta debajo de las escaleras, sin pensar dos veces corro hacia ella y entro dando un portazo para cerrarla. Todo está oscuro por lo que empiezo a tocar las paredes buscando un interruptor, cuando por fin lo encuentro lo presiono inundado de luz el cuarto.

Bajo mi mirada a la puerta y noto que está tiene una rendija debajo de ella. Recorro la pieza buscando algo que me sirva, detengo mi vista en una sabana sucia, así que la agarro y empiezo a cubrir el espacio entre el suelo y la puerta.

Me quedo quieta mirando la puerta tratando de normalizar mi respiración, lo cual resulta algo complicado por los otros síntomas que me invaden cómo lo es ese punzante dolor de cabeza y el calor de mi rostro, las constantes palpitaciones en mi cráneo son casi lo único que mi cuerpo siente.

Todo a mi alrededor está dando vueltas, mi vista se está poniendo borrosa y creo sentir que voy a...

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6/ enero /2025
6:09 a. m.

Despierto lentamente, algo aturdida, me cuesta recordar el por qué estoy en este lugar.

Al recabar la poca información que tengo me tranquilizo, pero esa sensación desaparece al instante al recordar que una caso extraña me seguía, o más bien seguía a todos.

Siento un vacío en mi estómago, tengo hambre.

Me levanto de golpe lo que ocasiona que tenga un mareo, espero un momento a que se me pase y en cuanto para, muy dudosa me dirijo hacia la puerta.

Necesito comer algo porque siento que puedo morir en este momento, pero me detengo antes de abrir la puerta, recordando que la neblina puede estar todavía afuera y si salgo moriré.

Bueno, morirás de todas formas si no comes algo.

Tomando en cuenta lo que dice mi consciencia, abro un poco la puerta para verificar que no haya rastro de la cosa roja y al ver que no hay nada salgo completamente.

Camino hacia la sala donde el piso está cubierto de sangre y hay dos cuerpos tumbados encima del charco del mismo líquido rojo. Me llevo las manos a la boca y aparto la avista de esa imagen asquerosa, toda estancia apesta a sangre.

Corro a la puerta y salgo de esa casa.

En cuanto estoy afuera, una brisa golpea mi rostro y expulso todo el aire que retuve en algún momento.

El sol apenas está saliendo, debe ser temprano todavía. Recargo mis manos en mis rodillas, ya que nuevamente esa sensación de mareo y vista borrosa me invade.

Otra vez no...