Despiertas en un callejón, no sabes por qué estás ahí, no sabes que te paso, no sabes quién eres.
Pensarías que ese es tu mayor problema, ¿Verdad?
Pero no es el mío, en mi caso mi mayor problema es una maldita especie de neblina roja que justo ahora...
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🖤 Editado🖤
Tomo asiento. Trato de ocultar lo nerviosa que estoy, su tono de hablar solo me hace pensar que algo malo es lo que me tiene que decir.
— ¿Paso algo? — inquiero preocupada, pero trato de moderar mi hablar para que no se note.
— Adelantamos la salida. Será dentro de tres días — no entiendo que es lo malo en ello y Mayer se percata de que no le veo el problema así que me explica — Tiene que prepararse, hay posibilidades de que el grupo de Seht nos quiera atacar.
¿Por qué mis problemas más grandes tenían que ver con ese hombre?
— ¿Prepararme en qué sentido? — pregunto.
— De todas las maneras, tanto en pelea como mental — se acerca un poco recargando los codos en el escritorio — Verá a la persona que la hizo sufrir. Necesito que esté bien mentalmente con eso.
— Lo estoy — afirmo con un tono de seguridad.
No, no lo estamos...
La verdad es que me aterra volver a verlo, pero no dejaré que eso se interponga en mis planes, o eso intentaré.
— Bien — Azael se voltea buscando un papel en el cual escribe algo — Tome esto. Es para que le puedan dar su arco y flechas.
Acepto el papel que me da, eso no tiene sentido — Pero, ya lo tengo. Le estaba enseñando a Víctor a usarlo —le digo.
— Sí, pero se lo dieron al joven Saywell. No a usted — aclarar mi duda — Dele ese papel a Saywell para que pueda entregárselo.
— Gracias — me levanto y salgo del lugar para ir en busca del pelinegro
Víctor ya no está donde lo deje, lo busco por el edificio B, en el A no está porque a cabo de venir de ahí y no lo ví, el C está completamente solo. No está ni con los que están entrenando, me escabullo para que la Sargento Walker no me vea.
Ella es muy... Estricta, tan solo con verla te das cuenta de eso. Su cabellera rosa lacia que le llega un poco debajo de los hombros hace juego con sus ojos grises haciendo resaltar su piel blanca. En general ella es muy guapa, pero da miedo. Ya están entrenando y no quiero que me ponga acorrer cómo los demás.
Llego otra vez al edificio B, pero me quedo recargada en la pared de un costado del edificio para que no me vean.
— Bela — me habla Dante en voz baja no obstante eso no quita el hecho que hace que de un brinco del susto —Perdón, no quería asustarte — se disculpa con una sonrisa nerviosa en la cara.
— ¿Has visto a Víctor?
— Sí, de hecho vine a buscarte para que nos acompañaras.
