Capitulo: Mi color favorito.

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En algún momento de este capítulo la canción que les dejo arriba se tendrá que reproducir para acompañar la lectura. Disfruten.

20//enero/20256:40 p

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20//enero/2025
6:40 p.m.

Las partes íntimas de una persona siempre serán los puntos débiles de cualquier ser humano. Al igual que las rodillas, los oídos, los ojos y la garganta. No importa que tan fuerte sea tu contrincante estos puntos lo debilitaran fácilmente para darte una ventaja.

O por lo menos eso dice este libro que me dio Raúl. Busca de todas las maneras posibles mantenerme entretenida en algo, solo que es bastante raro que me dé este tipo de libros.

— Raúl — lo llamo desde el piso. Él está sentado en el sofá.

— Dime — responde sin apartar la mirada del televisor.

— ¿Por qué estoy leyendo un libro sobre como golpear a las personas?

— ¿Cómo que por qué? ¿No es obvio?

— Para mí no lo es.

Apaga el televisor y se sienta en el piso frente a mí.

— En las películas donde sucede un apocalipsis o un evento parecido a lo que está pasando, el protagonista siempre se topa con personas que quieren matarlo. Créeme, saber como defenderte te servirá.

— ¿Y cuál es tu razón para pensar que yo soy la protagonista?

— Todos somos protagonistas en una historia.

— La verdad, no considero que ninguna persona quiera lastimarme.

— ¿Por qué? — se acomoda mejor, subiendo un la pierna de manera que pueda recargar su brazo sobre su rodilla.

— ¿Estás insinuando que hay razones para que alguien me haga daño?

La risa que suelta es algo baja y un poco cortada, lo que me hace pensar que está nervioso. Bueno, lo sé porque esa risa la hace cada vez que está nervioso y siempre evita mirarme.

— Tiene que haberla, no creo que de la nada perdieras la memoria y despertarás en un callejón.

No digo nada. No tengo nada que decir. Por lo menos no algo que justifique ese hecho. Es demasiado frustrante el no recordar que fue lo que me pasó, como diablos llegué a ese lugar o porque razón mi memoria solo identifica ciertas cosas.

— Yo tengo que decirte algo — rompe el silencio, lo cual agradezco.

— Dime.

— No creo que haya sido coincidencia que tú y yo nos encontramos, mejor dicho, que yo te encontrara. Siento que tengo que ayudarte en algo, pero no sé en qué.

— Fantaseas mucho Raúl.

Otra risa está un poco más abierta y con diversión impregnada.

— Claro.

Belleza Letal (primer libro) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora