O3.♡

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─ ¡Nos vemos luego sunbea! ─

Gritó Shim en despedida a su manager.

Otro tedioso día de trabajo había acabado, y cierto alfa estaba regresando a su hogar con ganas de simplemente dormir, tal ves hablar un poco con su pareja, después comer algo que fuera correspondiente a la nueva dieta que le hicieron hace unos días, darle mimos a su perrita solo para después poder dormir todo lo que quisiera, ya que al día siguiente no tendría trabajo alguno u podía cambiar aquello solo para pasar leyendo algún libro, hacer maratón de películas a altas horas de la noche, quien sabe, aún no lo tiene decidido.

Con los pensamientos un tanto llenos caminaba por los grandes pasillos de su empresa, importaba poco las múltiples miradas ya que su sentir estaba con su mente y lobo, este desde que entró a la toma de fotografías para una marca de ropa en ascenso, estuvo muy pero muy inquieto, también a eso sumando le que su bonito Omega estaba un tanto desaparecido desde el día de ayer.

Tal ves era por eso, lo llamaría al llegar a su departamento, solo para asegurarse.

Tomo las escaleras, no le gusta mucho el ascensor, también a eso que estaba a solo un piso arriba de la recepción del edificio, no le haría mal el hacer ejercicio; De en dos en dos bajaba los escalones, a tal cual niño pequeño, ¿Que más da? Nadie lo miraba, nadie le podía decir nada, así que con confianza lo hacía.

Al abrir la puerta nuevamente múltiples miradas se posaron en el, uf, lo que tenía que soportar por ser guapo, o, ¿Se vistió mal?, no, su manager le dijo que cada día se viste mejor, lo lleno de cumplidos apenas entró a la sala, así que eso no podía ser.

Camino a la salida tranquilamente, hasta que sintió como alguien lo abrazaba por detrás, reconocía esas manitos dónde fueran así que de manera rápida se dió la vuelta.

Su menor no se dejó ver el rostro, más bien se ocultó de una mejor manera en el pecho de su pareja, Shim confundido comenzó acariciar los cabellos de oro a este.

─ ¿Niki. . . ? ─

─ ¿Podemos ir a su departamento hyung? ─

El alfa solo hizo caso a las palabras de su menor, saliendo del edificio paro un taxi dándole su dirección, aún en todo ese proceso Nishimura no se dejó ver su carita, el lobo de Jake estaba inquieto ante las actitudes raras de su pareja, pero no quería hablar de tales al estar afuera de su casa.

Al ya estar en su departamento, Riki corrió hasta la habitación del alfa.

El joven de cabellos negros miro a su sofá donde su mascota se encontraba, los dos hicieron contacto visual preguntándose mutuamente "¿Qué le hicieron?"

─ Ay Layla, siento que cada día estoy más cerca de cometer una tontería por amor ─ Puchero.─ Porque loco de amor, ya lo estoy. ─

La mascota de Shim solo dió un ladrido para volverse a acomodar en el sofá para dormir.

JaeYoon dejo sus cosas por ahí, para correr de igual manera a su habitación donde quedó en medio del umbral de la puerta al ver en el medio de su cama a su novio sentado con sus piernas cruzadas en forma de mariposa, con la almohada del Alfa en medio de las mismas, sus labios como los de un patito, su naricita con una bendita celeste y en cada extremo de esta tenía dos gatitos bicolor. ¡Adorable! Pensó Shim, sus ojitos no estaban rojos, solo dónde portaba la bendita pero estaba seguro que era maquillaje.

Así que se lanzó desde donde estaba sobre este, abrazo la cintura del mismo, ronroneo a tal cual gato mimoso, escucho las risas traviesas de su menor.

─ ¿Esa bendita esconde algo? ─

Nishimura nego con su cabeza, esa bendita era parte del maquillaje de su toma de fotos, no se la quito por qué le gustó cómo le quedaba. Comenzando a acariciar los rulos rebeldes de su destinado, confirmaba que Jake era como un bebé, necesitaba de muchos cuidados especiales, como muchos pero muchitos mimos.

─ Nop.─

─ ¿Tuviste toma de fotografías?

─ Si.─

─ ¿Paso algo en ella? ─

El menor no dijo nada, más bien dejo de darle caricias a su mayor, cosa dónde esté mismo se sentó en la cama, viendo fijamente a Niki, intentando leer sus expresiones.

─ Sucedió algo, ¿Qué fue? ─

El de cabellos de oro inflo sus mejillas en señal de protesta cruzando también sus bracitos, si le decía a Jake se burlaría de el como su madre lo hizo.

Riki no aguanto mas, y con voz temblorosa hablo.─ Unas omegas estaban hablando de usted. . . Decían que se estaba vistiendo muy bonito, que era el alfa de sus sueños, que tenía músculos preciosos, qué la ropita que usa le marcaba muchas cosas, ya sabe a lo que se refiere esas viejas cochinas, pero eso no fue lo que me enfado feito. . . Hyung, ¿Usted me cambiaría? ─

Cuando su menor levanto su mirar, ahora sí sus ojitos de encontraban rojitos por las lágrimas retenidas, estos suplicaban por una respuesta negativa ante aquella interrogante, el corazón sensible de Jake no soportaba ver a su otra mitad de esa forma.

─ No, obviamente no mi amor, ¿Cómo puedes dudar de eso? Esas viejas cochinas no tienen nada de razón.─

Comenzó a dejar besitos por todo el pálido rostro del Omega, desde el bonito lunar en su barbilla, el que se encuentra debajo del ojito de este, sus dos bonitas mejillas, su frente cubierta por los suaves cabellos de color rubio, hasta llegar a sus labios sabor fresa, que con gusto le recibió el besito.

El Omega no dijo nada más, satisfecho con la respuesta se recostó junto con su pareja en el colchón recibiendo muchos mimos por parte de este. El nunca dudaba del amor que su alfa le prometía claro que no, pero su madre le dijo que capaz y se iba con una de ellas, ya que las dos eran bonitas, venían de familias adineradas, eran fértiles, fácilmente le podían dar una manada entera, sueño de cualquier lobo alfa, sumisas, obedientes, omegas perfectas, cosa que cualquier hombre con un poco de cerebro no dudaría en ir tras ellas.

Gruño ante aquel pensamiento.

Alfa mío, solo mío.

─ Tus gruñidos son adorables Nini.─

─ Te voy a morder.─

─ Awwww, yo sé que quieres marcar territorio cosita celosa pero yo solo soy tuyo.─

─ ¡Hyung! ─

Nishimura se removió entre los fornidos brazos del peli negro, este solo riendo ante tales acciones, le encantaba molestarlo de alguna u otra forma.

─ Ya pues, lo siento, no le hagas caso a esas locas, después de todo mi lobo y yo a los únicos que queremos es a usted dos.─

Miro la linda sonrisa que formó su pareja, su lobo moviendo su cola de un lado a otro, le encantaba el efecto que tenía sobre su Omega.

─ ¿Quieres jugar? ─

─ Si, pero ahora yo le haré cosquillas a usted.─

─ Sabes que así no es el juego. . . ¡No Riki!, ¡Aleja tus manitos de bebé de mi! ─

Mío.

Mío

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