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— ¿Hiciste algo que la enfadara, Luka?

— Para nada, yo solo me tropecé con sus juguetes — comentó mientras se escondía detrás del automovil, esquivando los ataques que cierta niña conocida como Manon lanzaba.

— Así que esto es un simple berrinche — suspiró el felino.

— ¡No es un berrinche! ¡Él destruyó mis juguetes y yo voy a destruirlo a él! — gritó mientras lanzaba un rayo rojizo hacia los héroes, uno que ellos anteriormente vieron que destruía lo que tocaba, asemejando el cataclismo del felino.

Sin tiempo para reaccionar ellos cerraron sus ojos pero el impacto jamás llegó pues al frente suyo, una nueva heroína de prendas azuladas detenía el ataque con su abanico, girándolo como si fuese un escudo.

Los héroes abrieron sus ojos, viendo las hermosas prendas de la rubia, quien ahora tenía las puntas del cabello azuladas. Vieron con detalle la diferencia entre su atuendo. Ella para nada igual a ellos.

— Veo que esta avecilla se bajó del nido con el pie equivocado — bromeó.

— Miau, que dulce pajarito ven mis ojos — el felino se acercó a ella, intentando acertar un golpe en la contraria, la villana que intentaba destruir todo a su paso, pero era en vano.

Ladybug vio como el ave y el gatito hacían un buen equipo, sus movimientos eran bastante sincronizados, incluso más de lo que alguna vez fueron los suyo. Ella sentía celos.

— ¿Quién eres? No necesitamos ayuda, Chat Noir y yo podemos con esto.

— ¿Segura, bichito? Este pájaro no es una amenaza, no pienso comerte — se defendió de un golpe que la hizo retroceder hasta dónde el Couffaine se encontraba.

Por instinto ella miró a su derecha, topándose con los hermosos ojos de Luka, su persona favorita en todo el mundo, luego de su hermano, claro está. Ese momento fue suficiente para que ella se distrajera y que Manon lanzara a Chat Noir sobre el avecilla azul.

— ¡Estás estorbando! — gritó Ladybug.

— ¡Solo estoy tratando de ayudar!

— Pues no lo haces bien — _______ se levantó del suelo, siendo ayudada por el héroe de prndas negras.

— My lady, ¿no crees que estás siendo algo ruda? Guarda esas garras, necesitamos bastante ayuda.

La catarina bufó mientras intentaba contener a la villana ella sola. Chat noir se le unió mientras que ella sentía su corazón estrujarse un poco más. Lo único que quería  _____ era ayudar.

La Agreste estaba a punto de irse cuando notó a Luka. Si los héroes no la escuchaban, tal vez él sí iba a hacerlo. _______ corrió hasta él, tomándolo en brazos mientras desplegaba unas hermosas alas azules que los elevaban en el aire.

Ella lo llevó bastante lejos, justo a tiempo ya que la akumatizada había pasado por sobre los héroes de París, llegando a buscar al Couffaine.

— Necesito tú ayuda, ¿puedes escucharme?

— ¿Mi ayuda? — ladeó la cabeza mientras veía a la contraria con duda. Algo en ella le parecía familiarmente extraño.

— Primero dime dónde estaba el akuma.

— En su broche, el que lleva en el cabello. Se metió cuando por accidente tropecé con sus juguetes.

— Con sus juguetes... — habló para ella misma —, bien, ya sé qué hacer, ¿puedes por favor esconderte allá? — Luka asintió y cumplió con su petición.

[°°°]

— Que bueno que llegan, escondí al chico por allá, detrás de los barriles, así la akumatizada no podrá encontrarlo — comentó luego de unas horas, cuando ella ya había llamado al felino, pidiéndole que vinieran a este lugar, a la torre Eiffel, ya que tenía un plan en mente.

— ¡Lo sabía! ¡Nadie va a esconderse de mí! — apareció Manon lanzando su rayo, dándole a los barriles, incendiando todp mientras una enorme explosión se hacía presente.

Ladybug quería llorar, quería gritar. Ella estaba a punto de cometer un homicidio en contra de la heroína.

— ¡Eres una tonta! ¡Te dije que no servías para esto! ¡Te pedí que pararas y ahora, ahora por tu culpa! — Chat noir la abrazó para luego sentarse con ella sobre el pavimento del techo.

— Yo... yo no quería... Tal vez no debía ser una heroína, esto fue un error — quitó su collar y lo extendió hacia Manon —, tal vez debería rendirme.

La akumatizada los tomó, pero en ese instante la catarina reaccionó con la rabia que sentía, tomándo rl collar en sus manos y hechando a perder el plan del ave y el gato. Todo volvió a la normalidad.

— ¿Qué?

— ¡Querías engañarme! — hizo otra rabieta la menor, lanzandp esta vez al verdadero Couffaine por el borde de la torre, haciendo que cayera mientras veía como el mundo le pasaba en cámara lenta a sus ojos.

— ¡No! — la de prendas azules movió sus brazos, lanzado unas cuantas plumas de su traje en contra de la pequeña, distrayendola lo suficiente para que Chat Noir rompiera su broche, librándola del mal.

Luego de esto, ambos héroes se acercaron al borde de la torre, viéndo cómo la de cabellos rubios se lanzaba al vacío, esperando atrapar a Luka entre sus brazos, deseando que todo saliera bien.

— No, no tú... — recordó como no había podido hacer nada para salvar a su madre, así que extendió sus brazos hacia Luka, lo tomó de la cintura y lo acercó lo más que pudo a su cuerpo, haciendo que este recostara su rostro sobre su pecho, sintiendo sus latidos.

La pequeña ave extendió sus alas tratando de frenar la velocidad pero parecía en vano, por lo que decidió dárse la vuelta, quedando ella debajo, lista para recibir el golpe si era necesario.

El Couffaine no podía creer lo que estaba sucediendo. Esta desconocida se había lanzado al vacío por él, esperando el golpe con tal de que estuviera a salvo... ella había hecho latir su corazón de una manera rápida, se sentía cálido, se sentía como en su hogar, pero, ¿por qué?

— ¿Qué haces? — ella le miró de reojo.

— Te salvo — sonrió nientras cerraba sus ojos. A centímetros del suelo Chat Noir la tomó en brazos mientras que Ladybug los detenía entre el hilo de su yoyo.

Ella abrió los ojos, para volver a sonreírle al Couffaine, poniéndolo en el suelo, como si nada hubiese pasado.

— ¡¿Estás loca?! — Chat la abrazó sintiendo que su corazón se salía de su boca. Quería protegerle porque en parte le recordaba a su hermana ________.

— Para nada, solamente hice lo que era correcto.

— Gracias, por todo — se acercó a ella, haciendo que esta sintiera un pequeño cosquilleo en su estómago. Estaba a punto de decir algo cuando una de las gemas que componían su enorme dije de pluma comenzó a piar.

— Oh, debo irme — estaba dispuesta a irse cuando la catarina la detuvo.

— Lamento lo que dije... yo no debí ser así... por cierto, ¿cuál es tu nombre?

— Azure, pueden llamarse Azure. — ella negó con una sonrisa y se fue a su habitación.

No era tan malo ser una heroína, tení altos y bajos, pero si podía hacer el bien y admirar el mundo desde los ojos de Azure, entonces lo haría.

Invierno en tu corazón. - Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora