One Shots Tom Hiddleston

Adam

Narra TN 

Estaba de vacaciones en Detroit, unas amigas vivían aquí así que me invitaron a pasar unos días, luego de la ruptura con mi novio quise salirme de mi ciudad y despejar mi mente un rato.

Estaba en la habitación que me habían prestado, puse mi maleta sobre la cama y la abrí para sacar mi ropa.

— Ya tenemos planes para esta noche - entro Mackenzie - 

— Chicas - gire a verlas - quiero descansar, fue un vuelo bastante largo y yo...

— No vas a descansar - Claire negó -  no nos hemos viste en ¿qué? ¿cinco años? Debemos salir a tomar y no quedarnos a dormir.

— De acuerdo - respondí sin mas remedio - pero vamos a regresar temprano.

— No se en que momento te volviste una anciana - ambas rieron y salieron de la habitación - 

Más tarde estaba arreglándome para salir con las chicas, me puse un vestido negro que me llegaba hasta arriba de las rodillas y unos botines junto a una chamarra de piel, salí de la habitación y ellas ya me estaban esperando. 
Luego de un rato de andar por el centro buscando un lugar a donde ir y no hubieran filas enormes para entrar, encontramos un bar un poco solo. 

— No es lo mejor - hablo Claire - pero con que haya alcohol estaremos bien.

Entramos y era mas de música rock y cosas por el estilo, a mi me daba igual, solo quería despejar mi mente. Nos sentamos en una mesa pegada a una de las paredes, Mackenzie pidió una cerveza para cada una y estuvimos tomando y hablando de cualquier cosa.

—  ¿Después de aquí a donde iras? 

— No lo se - las mire - tal vez regrese a Chicago y busque otro empleo...

— Olvídate de Cristian... Es un imbécil que no supo valorar lo que tenia y creía que todo era fácil de conseguir.

— Si, lo sé - suspire - me di cuenta tarde.

—  Bueno al menos terminaste con él - Claire respondió - y estas aquí con nosotras en Detroit.

 — Quiero bailar - Mackenzie miro a Claire - vamos.

— Vamos - ella la tomo de la mano - ¿no vienes, Tn?

— No - sonreí de lado - vayan ustedes.

— De acuerdo.

Ellas caminaron entre la gente y yo reí al verlas, las había extrañado demasiado. Mi relación con Cristian había sido muy larga, incluso desde antes de que ellas se mudaran hacia acá. No me dejaba salir con mis amigas, solo iba del trabajo a casa y yo estúpidamente estaba enamorada de él, sin importar todo el daño que me hizo, las infidelidades, las traiciones, mentiras, celos y abusos que él me hacia a diario... Hasta que un día, bueno de hecho fue hace dos días, me arme de valor, tome mis cosas y me salí de casa, sin dejar mi numero o una nota diciendo a donde iba, simplemente salí.